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Madrid

El pederasta de Ciudad Lineal, preso en una celda acristalada

El pederasta de Ciudad Lineal, preso en una celda acristalada
El pederasta de Ciudad Lineal, preso en una celda acristaladalarazon

Ningún familiar ha ido a verle a la prisión de Soto del Real ni ha solicitado hacerlo

El presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ángel Ortiz Martínez, continuaba ayer en la celda de enfermería del centro penitenciario de Soto del Real, pero no en una habitáculo normal, sino «en una celda de observación acristalada con barrotes para que los funcionarios puedan observarlo en todo momento», tal y como pudo saber LA RAZÓN.

Además del Protocolo de Prevención de Suicidios que ya avanzó este periódico, se le ha puesto una medida especial recogida en el reglamento de penitenciaria con el fin de «salvaguardar» la integridad física del interno, una medida que establece el director del centro penitenciario, bien por iniciativa propia o bien por la solicitud del preso, para «salvaguardar la vida o integridad física del recluso». Esta medida conlleva a su vez determinadas restricciones, como no poder salir al patio, salvo al pequeño patio de enfermería que hay en esta prisión y evitando en todo momento que pueda mantener algún contacto con otros reos que no sean los dos presos sombra que comparten celda con él.

Asimismo, «ninguno de sus familiares ha ido a ver» al presunto agresor de menores y eso que cumple prisión preventiva desde la noche del pasado viernes. Al parecer, aunque parezca pronto, muy pronto para ello, podrían haber hecho el ademán, «porque es un derecho. Los familiares cercanos pueden solicitarlo y te dan la fecha de la cita», precisan las mismas fuentes a este periódico.

El presunto agresor sexual estuvo el pasado martes durante unas horas en la vivienda de Santa Virgilia en la que habría cometido alguna de las agresiones durante la práctica de un reportaje fotográfico para la realización de una reconstrucción en 3D. Durante ese tiempo, comentó que está a la espera de que se aclare todo y se quejó de que se le esté acusando de perder peso para no ser reconocible en las ruedas de identificación que se señalarán en los próximos días. Sostiene que la Policía no le ha pesado «ni antes ni después», ya que no hay báscula en la prisión. El presunto pederasta se queja también de que desde el viernes el juzgado no le ha devuelto sus efectos personales, como los cordones de sus zapatillas, algo que depende ahora de Instituciones Penitenciarias. Esto le está impidiendo hacer ejercicio, ya que al parecer no podría moverse con facilidad al quedarle grandes las mismas.

Levantar el secreto

Por ahora, no hay más diligencias señaladas. Está previsto que se fijen las ruedas de reconocimiento con algunas de las menores, las cuales tendrán previsiblemente que dar su versión ante la Fiscalía de Menores. Por el momento, la Policía acusa a Antonio Ortiz de cinco delitos de agresiones sexuales, cinco secuestros, tres intentos de secuestro, dos intentos de homicidio y allanamiento de morada. En su auto de prisión, la jueza María Antonia de Torres no especificó los delitos al estar las actuaciones bajo el secreto del sumario, una situación que se prevé levantar en los próximos días.