América

Lima

Expedición Garoé «Tras las huellas del agua en el desierto de Nazca», Perú

Foto de izquierda a derecha: Biólogo Teobaldo Dioses, Bióloga Albertina Kameya, Calm.(r) Germán Vásquez Solís Talavera, Mc.S. Carla Aguilar Samanamud, Isidoro Sánchez García, Manuel Méndez Guerrero, Bióloga Carmen Yamashiro, Ing.
Foto de izquierda a derecha: Biólogo Teobaldo Dioses, Bióloga Albertina Kameya, Calm.(r) Germán Vásquez Solís Talavera, Mc.S. Carla Aguilar Samanamud, Isidoro Sánchez García, Manuel Méndez Guerrero, Bióloga Carmen Yamashiro, Ing.larazon

A lo largo de la primera quincena del mes de noviembre de 2015, la expedición Garoé conformada por el grupo de reflexión Men&San viajó de Europa al Cono Sur a través de Canarias, tal como lo había planificado dicho grupo siguiendo algunos objetivos de desarrollo sostenible.

Su lema era «Tras las huellas del agua en el desierto de Nazca, Perú, para ello llevaron en sus alforjas la historia de Canarias relacionada con el agua y la energía, en las islas de El Hierro y Tenerife, respectivamente. Con los ejemplos del Garoé histórico del siglo XV cuando el árbol sagrado de los bimbaches atrapaba la lluvia horizontal en Valverde (El Hierro); de las aguas nacidas en la cuenca hidrográfica de Aguamansa en La Orotava (Tenerife) y generaron electricidad a finales del siglo XIX, por una iniciativa privada, y en el siglo XX por la municipalización del servicio, y de cuando la combinación del viento y el agua dio paso al proyecto hidroeólico de La Gorona del Viento en el siglo XXI, promovido por el Cabildo de El Hierro. Es El Hierro la isla canaria volcánica más joven y menos poblada (10 mil habitantes), de 278 km2 de superficie y 1.500 metros de altitud, y Tenerife la más extensa (2.000 km2) y más alta (3.718 msnm) del archipiélago de Canarias, con el Teide como volcán oceánico del Atlántico norte, en la región biogeográfica de la Macaronesia. El Hierro fue referente en el mundo por ser la raya náutica de la vieja Europa, con el meridiano cero en Orchilla hasta finales del siglo XIX.

A su llegada a Perú los expedicionarios se emplearon en conocer las aguas del mar, de la zona costera y de la sierra, y sus correspondientes aplicaciones, desde las marinas a las termales pasando por las domésticas, agrícolas y salinas. Por ello mantuvieron en Lima reuniones con los responsables ejecutivos y técnicos del IMARPE, con profesores de la Universidad Nacional Agraria La Molina; en Nazca con autoridades políticas y académicas, además visitaron Cusco y su zona de influencia, con especial dedicación a las infraestructuras arqueológicas de las diferentes culturas precolombinas y en particular las relacionadas con el agua y el Valle Sagrado de los Incas, con el Machu Picchu como bandera, sin olvidar Moray y Tipón, Chinchero y Maras, Ollantaytambo y Aguas Calientes. De este primer viaje realizado por los expedicionarios Garoé se redactó un diario específico y se tomaron imágenes al objeto de preparar una ficha y llevar a cabo el diseño y preparación de una exposición de fotografías en Canarias relacionadas con el mundo hidráulico para colgarla en el año 2016. El grupo de reflexión Men&San, integrado por Isidoro Sánchez García & Manuel Méndez Guerrero, codirectores de la referida expedición Garoé, han sentado las bases para una futura cooperación canario-peruana.