Música

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Morgan, más que una revelación

Morgan ha publicado «Air», uno de los mejores discos del año pasado
Morgan ha publicado «Air», uno de los mejores discos del año pasadolarazon

Se han abierto camino, como otros grupos, sin apoyo de una gran compañía. Con su segundo disco, «Air», los madrileños Morgan sorprendieron a todos con un sonido y un estilo que no parecía «hecho en casa», sino procedente de muchas millas más allá. Entre otras alegrías conseguidas con este álbum, además de pasar por algunos de los grandes festivales de España y de completar una extensa gira por nuestra geografía, ahora cierran el círculo en Madrid, donde han agotado las 1.800 localidades de su primera actuación en el Circo Price (hoy, Inverfest), por lo que han anunciado una nueva fecha (27 de enero), y, finalmente, optan al Premio Ruido que entrega la prensa especializada y que reconoce al mejor disco del año. Morgan y otros seis aspirantes al galardón actúan en la gala que se celebra el 31 de enero en el Teatro Barceló.

Ya han dejado de ser ese «secreto mejor guardado» que corría de boca a oreja pero sin levantar la voz demasiado, para que no haya una masa que de repente se suba a este carro. «Bueno, sé lo que dices, pero nosotros preferiríamos que venga cuanta más gente, mejor», comenta Nina, Carolina de Juan, magnífica voz de vieja antes de cumplir los 30. «Nos gustan los piropos pero nos gusta más tocar. Pero sí nos consta que tenemos muchos seguidores que fueron previamente arrastrados por sus amigos». Nina compone y canta buena parte de las canciones, en inglés y castellano, sobre vivencias propias: «Me cuesta hacerlo de otra manera, imagino que tendré que mejorar en eso. Componer es un desahogo para mí. Son letras que saco de dentro porque no tengo otra manera de expresarlas», señala. Nina, hermana e hija de músicos, dejó los estudios clásicos y, mira por dónde, terminó haciendo carrera. «Estudiamos solfeo como actividad extraescolar de pequeñas. Pero bueno, lo dejé porque pensé que mi vida no iba a discurrir por esos lares», comenta. Sin embargo, la música siempre jugó un papel fundamental en su vida. «En casa siempre ha habido un piano para trastear y tocar. Jugar con él y dar berridos siempre fue mi pasatiempo favorito –recuerda–. Así que siempre he estado componiendo algunas melodías y canciones que fui guardando... hasta que un día, de risas, se las enseñé a mis compañeros. Entonces decidimos hacer el grupo». Tuvo antes que vencer cierto pudor. «Claro, porque no hay una manera correcta de hacer canciones. No existen unas prácticas que te enseñen lo que está bien o mal. Eso que da un poco de miedo y sientes que no sabes bien lo que haces. No sabes si te pasas de la raya o te quedas corta, si es una basura o realmente vale la pena lo que has escrito. Y eso da un poco de vértigo».

Otra cosa, que combina práctica y genética, es la voz de Nina, de la que hablábamos antes. «Yo creo que en parte tiene que ver con que mi madre y mi hermana cantan y siempre hemos escuchado grandes voces. Aretha Franklin, por ejemplo, estaba muy presente en casa. Pero escuchamos música sin complejos, investigando con artistas como Norah Jones o Christina Aguilera. Y supongo que influirá que tenga algo en el cuerpo, una fisiología que agradezco que haya tocado», ríe. Parece que escucha música de todo tipo, sin prejuicios. «¡Claro! También a las Spice Girls... siempre con apertura de miras».