Gastronomía
Oda al aperitivo más cremoso
El 16 de enero se celebra el Día Mundial de la Croqueta y, como tal, la jornada merece una buena celebración.
El 16 de enero se celebra el Día Mundial de la Croqueta y, como tal, la jornada merece una buena celebración, pues estamos hablado de una de las mayores joyas gastronómicas de este país. ¿Y qué mejor forma de conmemorar una jornada como ésta que pegándose un buen festín de este clásico de la mesa española? En Madrid la oferta es amplísima, de hecho, a nadie en esta ciudad le debe de costar más de cinco minutos encontrar un bar donde degustar una buena croqueta, casi tanto como la de una madre. Y es precisamente para los amantes de la receta tradicional para quienes cocina a diario el equipo de La Casa Julio (Madera 37), en pleno barrio de Malasaña, cuna del tapeo por excelencia. Y quien dice Malasaña dice Lavapiés, donde encontramos el Bar Melo’s (Ave María 44), alabado por sus magníficas y enormes croquetas, famosas por su relleno cremoso y líquido que obliga al comensal a coger pan y tenedor.
Para los que buscan un ambiente menos castizo y sabores más intensos, la Taberna Arzábal (Menéndez Pelayo 13 y Santa Isabel 52) ofrece en sus locales de Ibiza y Atocha croquetas potentes y con un rebozado crujiente, siendo su marca de identidad el uso para la elaboración de su bechamel leche de oveja, que les da a sus rellenos una intensidad sólo apta para los más valientes. Para ellos también la que algunos consideran la mejor croqueta de queso azul de todo Madrid, en el Mercado de Antón Martín, la que sirven en The Original Globet Croquettes y que se disfruta de pie y con las manos, como siempre se ha hecho. Los que las prefieran cuadradas tienen una rellena de patata y trufa blanca en La Catapa (Menorca 14). Chema Soler, en su Gastrocroquetería (Barco 7) hace las que más le gustan a la reina Letizia: de carabinero y kimchi, de sepia y de magdalena.
Y para terminar, dedicado a los que quieren atreverse con cosas nuevas, croquetas únicas y diferentes, pero igual de deliciosas que las demás. Por un lado, la versión dulce de chocolate y naranja de La Croquetta (Fuente del Berro 33), perfecta para una merienda o como postre de una comida. Por otro, la amplia oferta vegana de El Perro Gamberro (Segovia 16), que con ingredientes cien por cien vegetales y ecológicos, incluye en su carta croquetas de sabores muy naturales que nada tienen que envidiar a las recetas más tradicionales: tomate y albahaca, calabaza a la pimienta negra, pisto y remolacha y, la favorita de sus clientes, la de espinacas con dátiles.
Todas ellas acompañadas de caña bien fría que, según la web Croquetas Ricas, es la bebida favorita de los croqueteros. Y lo mejor de todo esto es que no hace falta esperar a que sea su día: ¡la croqueta sienta bien en cualquier momento!
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