Comunidad de Madrid

Operación San Cemento: estiércol contra el botellón

Las zonas verdes de la Complutense han sido abonadas y precintadas coincidiendo con la fiesta universitaria que se celebra hoy. El rectorado pide «un campus limpio».

Desde el pasado lunes, los terrenos con césped donde los estudiantes suelen asentarse para hacer botellón en San Cemento están vallados y abonados. El rector, Carlos Andradas, ha lanzado una campaña en Twitter para pedir «civismo»
Desde el pasado lunes, los terrenos con césped donde los estudiantes suelen asentarse para hacer botellón en San Cemento están vallados y abonados. El rector, Carlos Andradas, ha lanzado una campaña en Twitter para pedir «civismo»larazon

Las zonas verdes de la Complutense han sido abonadas y precintadas coincidiendo con la fiesta universitaria que se celebra hoy. El rectorado pide «un campus limpio».

Homa tiene 17 años y confiesa que empezó a beber con 16. Dice que lo que más le atrae de San Cemento es la música. «Lo que más me apetece es ir a la “rave”, me encanta». No teme que le multen porque cree que «parece mayor» y que al haber tanta gente «es complicado que te pillen». Homa, como miles de estudiantes que acudirán hoy a Ciudad Universitaria, es ajeno al terremoto político que ayer azotó la Comunidad de Madrid, e incluso a la ley que tramita el Congreso que permitirá sancionar a los padres de los menores que beban alcohol en la calle. Los universitarios de la capital saben que, además de exámenes finales y fechas límite para la entrega de trabajos, hay otra cita ineludible marcada en su calendario. Como cada año, el último jueves de abril se celebra religiosamente «San Cemento», un macrobotellón que congrega de media a más de 15.000 personas en el campus de Moncloa. Este año, sin embargo, todo el que vaya se encontrará con un obstáculo diseñado para dispersar el botellón. La idea: abonar con estiércol el césped de Ciudad Universitaria para que la pestilencia ahuyente a los estudiantes e impida que hoy se instalen desde primera hora con sus litros de cerveza y sus calimochos.

«Pero, ¿qué es San Cemento?», cuestiona una estudiante despistada. «Tu nuevo día favorito y tu nuevo Dios», le contesta, tajante, un compañero. Un vistazo rápido a las redes sociales corrobora la importancia que los alumnos otorgan a este evento. A quien pregunta dónde se celebra, le replican que «en nuestros corazones» y, si pide ubicación exacta, precisan: «Por todas partes». Este año, además, la fiesta tiene su propia cuenta oficial en Twitter, a través de la que se ha divulgado un cartel publicitario diseñado por los propios estudiantes, que han utilizado de forma caricaturesca la imagen de Cristina Cifuentes y Mariano Rajoy realizando un brindis.

Aunque el botellón se ha convocado desde la Facultad de Arquitectura, todos los centros se unirán a esta celebración que crece cada año. El «modus operandi» es quedar en la boca de metro de Ciudad Universitaria y, simplemente, «seguir al tumulto». Es habitual que la riada de jóvenes acabe estancándose en el Paraninfo, los jardines entre Medicina y Enfermería y las zonas verdes aledañas a la facultad de Ciencias de la Información, sobre todo en la vaguada de Cantarranas, comúnmente conocida entre los estudiantes como «la pradera» que separa Periodismo de Arquitectura, en dirección al campo de rugby.

Abono, vallas y carnés

Tras el último San Cemento, el de 2017, el campus amaneció convertido en un vertedero, con más de 200 metros cúbicos de basura. Casi no se veía una brizna de hierba, «ni el verde del suelo», recuerda una alumna de Comunicación Audiovisual. Y es que, el año pasado, se batió el récord de basura recogida, con 252,6 toneladas de residuos de distinta índole. De ellas, 203 fueron recogidas por los trabajadores contratados por la Ciudad Universitaria y 7,5 por el Ayuntamiento.

Con el objeto de evitar que espectáculo tan lamentable se repita de nuevo para la convocatoria de hoy, Carlos Andradas, rector de la Universidad Complutense de Madrid, ha iniciado una campaña de concienciación a través de las redes sociales. Su lema para que los estudiantes no ensucien el campues es sencillo: «Otro San Cemento es posible».

Andradas ha contado este año con algunas «ayudas» para disuadir el botellón. Desde el pasado 23 de abril, por orden municipal, están precintadas las zonas del Paraninfo y la pradera de Ciencias de la Información para evitar los daños registrados en el césped el año pasado. Estos terrenos también han sido fertilizados con estiércol. El motivo, según reza el cartel es que se está haciendo «trabajos de jardinería», pero los estudiantes tienen claro que el objetivo es disuadir la celebración de San Cemento: «Están echando abono en los montículos de Paraninfo, pensado en San Cemento, como hicieron el año pasado en Filosofía y Derecho», se quejan en Twitter. A este vallado temporal se ha unido el que desde hace unos meses se viene construyendo en todo el terreno comprendido entre Periodismo y el Paraninfo. Una valla de tres metros de altura que impide la entrada en esta zona comúnmente conocida como «el pinar» de Periodismo.

También mediante esta red social, el rector está librando su propia batalla contra el botellón: «¿A quién beneficia #SanCemento? Desde luego no a la universidad pública. No te dejes utilizar. Queremos un campus limpio y sostenible». Las respuestas dadas a Andradas no vislumbran que la jefatura de la Complutense vaya a conseguir su objetivo: «Tú sigue abonando el césped, no te imaginas dónde hemos llegado a beber», le retan. «La primera cerveza va a ir a tu salud, Andradas», expresaba, desafiante, otro usuario. «Ayúdanos a organizarlo en vez de poner problemas», requerían algunos.

Además del vallado de las zonas verdes, el decanato de Ciencias de la Información también va a poner trabas al descontrol de San Cemento. Ayer envió un correo electrónico a cada uno de los estudiantes en el que se les comunicaba que «con motivo de la convocatoria de San Cemento», el día 26 de abril, que se hará «necesario presentar el carné de la UCM», para poder «acceder a la Facultad de Ciencias de la Información». En caso contrario, dice, «no se podrá pasar a ninguno de los edificios del citado centro». Con esta medida se pretenden evitar disturbios dentro de la facultad y piquetes que otros años han intenado evitar que los alumnos asistan a clase en esta fecha señalada.

Los profesores también estarán protegidos. «Los docentes que acudamos en coche, tendremos más seguridad, porque se nos va a pedir nuestro documento de trabajadores de la Universidad para poder acceder», relata una empleada de Periodismo.