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Sucesos

«Se respiraba el miedo. Nos acordamos del 11-M»

La hebilla de un cinturón con forma de granada obliga a la evacuación de parte de la estación de Atocha.

Varios andenes de la estación de Atocha tras el desalojo. Foto: Alberto R. Roldán
Varios andenes de la estación de Atocha tras el desalojo. Foto: Alberto R. Roldánlarazon

La hebilla de un cinturón con forma de granada obliga a la evacuación de parte de la estación de Atocha.

La hebilla de un cinturón con forma de granada desató ayer la alarma tanto en la estación de Sants (Barcelona) como en parte de la estación de Atocha. Eran las ocho de la mañana cuando el personal de seguridad de la estación de Barcelona detectó dentro de una maleta un objeto sospechoso, con forma de artefacto, y procedió a dar la alerta a los Mossos, que desplegaron a los equipos Tedax de desactivación de explosivos.

Los Mossos desalojaron dos trenes de las vías 3 y 4 de la estación catalana para hacer comprobaciones en los convoyes y en las vías del AVE y pidieron a Renfe que detuviera la circulación de trenes de Alta Velocidad a su paso por la estación. Pero, al parecer, según dijeron a Efe fuentes de la investigación, el retraso en dar ese aviso por parte de los vigilantes de Adif permitió que la mujer portadora de la maleta montara en el tren con destino a Madrid. El vehículo debía llegar a la estación madrileña a las 10:15 horas, pero minutos antes, por orden de la Policía Nacional, el personal de Adif comenzó a evacuar a los ciudadanos que se encontraban en la estación. Los trenes con destino a Madrid fueron detenidos antes de llegar y la Policía inspeccionó la maleta sospechosa y comprobó que el supuesto explosivo era en realidad una hebilla, al tiempo que los Mossos también descartaban la presencia de explosivos, por lo que en cuestión de minutos se desactivó la alerta.

Caos, desinformación y miedo. Así definieron varios testigos que se encontraban en las cercanías de la estación de Atocha la falsa amenaza de bomba. Algunos usuarios expresaron su temor por la situación, como Laura, quien decía durante los momentos del desalojo: «Se respira miedo porque todos nos acordamos del 11-M». Añadió que se enteró de la situación por Twitter y a través de las redes sociales, hecho que también apuntaba José Armando Gómez: «A la mayoría nos llegó la información vía teléfono o redes sociales. Los que estábamos allí no sabíamos por qué había sido».

Asimismo, Armando relató a LA RAZÓN cómo se encontraba en la estación para coger un AVE a Valencia cuando el personal de seguridad «empezó a gritar» que había que desalojar. Entonces, los viajeros «echamos a correr por los pasillos en dirección a la salida, algunos con maletas y equipajes». Una vez fuera, según añadió, fueron abordados por la Policía que formó el cordón de seguridad y obligó a la gente a alejarse por precaución.

Aunque diversas fuentes señalaron que en general se mantuvo la calma, la Policía tuvo que tranquilizar a alguno de los usuarios, que se asustaron ante el amplio dispositivo policial. Al final, las Fuerzas de Seguridad volvieron a abrir los accesos a la estación minutos después y todo quedó en un susto y en retrasos en la salida de trenes y en la llegada al trabajo de muchos viajeros.