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Dos muertos en Alcorcón tras un tiroteo en un pub
El homicida huyó tras disparar al dueño del On the Sea y a una pareja. Se dejó su pistola, con silenciador casero, en la escena del crimen.
El homicida huyó tras disparar al dueño del On the Sea y a una pareja. Se dejó su pistola, con silenciador casero, en la escena del crimen.
Todo el mundo sabía que en el On the Sea se pasaba cocaína. Es un bar de copas situado en la calle Pozas de Alcorcón al que pocos iban por su música, de estilo latino, o a disfrutar de una copa tranquilamente; quien lo frecuentaba solía entrar para salir poco después con algún gramo en el bolsillo. Al frente del mismo estaba Nacho, un hombre de en torno a los 40 años que ya había estado en prisión por este tipo de asuntos, según fuentes policiales. Hace años, cuando la Policía le entró al bar, tiró la cocaína a un cubo con lejía pero consiguieron intervenirle varios gramos. Tras salir de prisión, continuó con el negocio. Según fuentes cercanas a él, ahora tenía deudas y puede que su muerte esté relacionado con ellas.
En teoría, el local tiene licencia de bar especial, por lo que debería estar cerrado a las 3:30 horas pero la noche del sábado alargaron un par de horas más. Eso sí, sólo había «conocidos»: Nacho, una pareja (Maite y Tony) y algún otro cliente habitual más. Esta pareja era conocida en la localidad por su conflictividad. Se desconoce si estaba el cierre echado y abrieron al presunto homicida porque le conocían o éste entró abriendo la puerta sin más. En cualquier caso, a eso de las 5:30 horas de la madrugada, accedió al interior un individuo bastante conocido en la localidad por su fama de conflictivo. La Policía investiga cómo se produjeron los hechos pero la secuencia fue, a groso modo, la siguiente. El presunto homicida llevaba tiempo reclamando una deuda a Nacho, que podría estar relacionada con el suministro de estupefacientes, dado la estrecha relación del conocido delincuente con ciertos entornos. Pidió una copa y, cuando Nacho se dio la vuelta para servírsela, le disparó en la cabeza en varias ocasiones. Un tiro le dio en la nuca y, al menos, otro en la cabeza, pero puede que tuviera más. Nacho cayó encima de la barra y apenas vivió unos minutos más. Alertados por lo que acababan de presenciar, la pareja que se encontraba en el interior trató de huir del lugar. La mujer, llamada Maite, de unos 40 años, se acurrucó, muerta de miedo, en un rincón del pequeño local pero el tipo la disparó en el pecho y también falleció casi en el acto. Antes de tratar de esconderse, el hombre también recibió un disparo en el muslo izquierdo. Fue durante el forcejeo con este tipo, Tony, cuando al autor se le cayó el arma homicida en el interior del garito. Nervioso, salió corriendo del local y huyó en un coche, según testigos presenciales. La pistola, muy antigua, disparaba balas de calibre 9 milímetros y tenía incorporado un silenciador casero, según fuentes policiales, por lo que los vecinos no escucharon los disparos, sólo los gritos de auxilio del que fue disparado en la pierna, que salió corriendo a la calle pidiendo que llamaran a una ambulancia y gritando el nombre del presunto asesino.
Eran las 5:49 horas de la madrugada cuando los servicios de Emergencias del 112 recibieron el primer aviso aunque el goteo de llamadas fue incesante. Enseguida llegaron al lugar varias patrullas policiales y los sanitarios del Summa. Los facultativos sólo pudieron confirmar la muerte del propietario del bar, tendido en la barra del establecimiento y practicaron sin éxito una reanimación cardio pulmonar de 30 minutos a la mujer.Maite tenía una herida por arma de fuego en el hemitórax derecho sin orificio de salida. También tuvieron que certificar su muerte. El hombre, por su parte, presentaba una herida en el muslo izquierdo sin orificio de salida. Se llama Anthony Denny Horcajo, tiene 43 años y es de origen dominicano pero tiene pasaporte español. «Tony», como le conocen en el barrio, fue trasladado al Hospital de Alcorcón. Dado que era el único superviviente que presenció los hechos y que, además, conocía al presunto homicida, pudo aportar bastantes datos a los investigadores, por lo que enseguida tuvieron identificado al autor, un conocido vecino de la localidad de entre 35 y 40 años. Sin embargo, al cierre de esta edición, aún no se había practicado su detención y podría retrasarse dado la facilidad que podría tener para «borrase del mapa», al menos, por un tiempo.El fin de semana pasado ya tuvo una pelea en otro bar de Alcorcón con otra persona y les tuvieron que separar. La pasada madrugada, sin embargo, parece que ya salió de casa con ánimo homicida.
A «Tony» también le conocían en el barrio por su conflictividad y porque solía pedirle dinero a su pareja, según una conocida de la fallecida. Los agentes del Grupo VI de Homicidios se han hecho cargo de la investigación del suceso y ayer ya tomaron declaración a varios testigos, además de a «Tony», el único que presenció la escena completa, para poder centrar al autor de los hechos. Los agentes de la Policía Científica, por su parte, estuvieron casi siete horas en el interior del establecimiento realizando la inspección ocular. A lo largo de la mañana los familiares de los dos fallecidos fueron llegando al lugar y las escenas de dolor fueron dramáticas. El dueño del bar deja a una mujer viuda, Xiomara, de origen colombiano, y a un niño de ocho años. Vivían en Aldea del Fresno. También deja un hijo veinteañero de una relación anterior, que ayer apenas podía articular palabra.
Maite, por su parte, deja a una joven adolescente, fruto de una relación anterior a Tony. Con este último lo dejaba y volvía de forma sistemática, por lo que sus conocidos no sabían en qué punto se encontraba ahora la tóxica relación.
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