Buenos Aires
Un museo de arquitectura para la Milla del Arte
Madrid arrebata a Nueva York la construcción de la galería de Emilio Ambasz. El número 30 del Paseo del Prado lucirá en dos años su «arquitectura verde»
Una doble fachada verde competirá dentro de dos años con el jardín vertical del Caixaforum... y con el Museo del Prado, y el Reina Sofía, y el Thyssen. El Paseo del Arte de Madrid contará con un nuevo museo dedicado a la arquitectura y el urbanismo impulsado por la Fundación Emilio Ambasz. El arquitecto argentino firmó ayer un convenio de colaboración con el ayuntamiento de la capital para construir su Museo de Arte, Arquitectura, Diseño y Urbanismo (MAADU), que aspiraban a tener grandes ciudades como Nueva York o Buenos Aires.
El consistorio madrileño cede por 75 años un inmueble municipal situado en el Paseo del Prado número 30 –a una manzana del Caixaforum y frente al Museo del Prado–, que Ambasz remodelará de arriba a abajo transformándolo en un edificio sostenible cuyas fachadas y techo estarán cubiertos con plantas. A diferencia del jardín vertical del Caixaforum, que sigue la tradición francesa de ser un jardín para ser admirado, la cubierta del MAADU está compuesta por plantas, cada una en una maceta, invisibles desde la calle. «Si una planta enferma se cambia la maceta, así es muy fácil de mantener y evita el paso de los rayos ultravioleta, que puedan dañar las obras», explicó Ambasz, que añadió que «es posible tener el verde en la ciudad, el verde sobre el gris».
Becas para artistas
La Fundación que preside invertirá 10 millones de euros en remodelar el edificio que, según detalló el arquitecto, se encuentra en un estado «lamentable». Al inmueble se le añadirá una planta más –en la que habrá un restaurante– y albergará una colección permanente de arte, arquitectura y urbanismo revolucionario y sostenible. Además, contará con una biblioteca virtual, salas de exposiciones temporales de prototipos de arte, arquitectura y diseño, cedidos por los museos más prestigiosos, espacios para conferencias y simposios y un programa de becas de excelencia en colaboración con reconocidas universidades del mundo, como la Universidad de Princeton. También se llevarán acuerdos de colaboración con los mejores museos del mundo, como el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York. Los programas darán prioridad a los arquitectos y diseñadores que trasciendan los límites de las artes y la concepción tradicional de la arquitectura y el diseño, para llegar al corazón de los visitantes.
Un museo que, según afirmó ayer la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, transformará la capital en una «potencia cultural» al convertirse en «probablemente la milla cultural más importante del mundo», por la alta concentración de museos en apenas un kilómetro. «El eje cultural es clave para Madrid y para España y vincula a nuestra ciudad con la excelencia, mejora nuestro posicionamiento internacional, facilita que consigamos más eventos, congresos y convenciones y despierta el interés en los turistas, con todo lo que implica para nuestra economía», consideró la regidora.
La capital española competía con otras capitales del mundo como Nueva York, Londres, París, Florencia, Bolonia, Buenos Aires, Baltimore y Sidney. Sin embargo, Ambasz se decidió finalmente por Madrid por la importancia de su Paseo del Arte. «La ciudad de Madrid es uno de mis lugares favoritos por su localización y su arquitectura. La idea de crear un museo aquí viene de mis lazos con este país, donde he realizado obras reconocidas internacionalmente, como el Centro de Retiro Espiritual en Sevilla», explicó el arquitecto, que aseguró que se siente «muy orgulloso» de poder ampliar la oferta cultural de la capital.
Confianza
Además, el bonaerense confesó que siente «el deber» de traer su museo a Madrid después de haber sido nombrado ciudadano español pero, sobre todo, por «sentido de la justicia». «Quiero que los españoles tengan confianza en sí mismos. Hay una crisis, pero se va a pasar, las cosas cambian», afirmó Ambasz, que escribió una carta a la alcaldesa para interesarse por el edificio del Paseo del Prado, 30, que fue retirado del catálogo de inmuebles que había puesto en venta el consistorio para dedicarlo al MAADU.
Una vez conseguidas las necesarias autorizaciones municipales, el arquitecto cree que no tardará más de dos años en «rehacer» el edificio que supondrá el «desembarco» en Madrid de un tipo de arquitectura sostenible que, «lamentablemente», no es muy frecuente en España, especialmente frente a Estados Unidos, donde mucha gente apuesta por ella. Por su parte, Botella agradeció la generosidad de la Fundación Ambasz y aseguró que «tenemos que facilitar ahora más que nunca todo lo necesario a aquellos que quieran venir a la ciudad con cualquier inversión o con algo tan emblemático como este museo».
Un referente cultural mundial
La capital de España cuenta con una de las concentraciones de museos más importantes de Europa. En apenas un kilómetro, Madrid tiene cuatro museos, entre ellos uno de los más importantes del mundo, como es el Museo del Prado. A él se añaden la colección Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía, que compite con el MoMA de Nueva York. También se puede contar como museo el Caixafórum, puesto que además de conciertos y actividades educativas, acoge importantes exposiciones. Además, unas manzanas más lejos está el Centrocentro del Palacio de Cibeles.
La técnica del «verde sobre gris»
EMILIO AMBASZ. «Lucho por un futuro urbano donde sea posible abrir la puerta y salir directamente a un jardín, por muy alto que esté el apartamento donde residimos». La declaración de intenciones es de Emilio Ambasz (Buenos Aires, 1943). Conocido por la técnica que él mismo denomina «el verde sobre el gris», el diseñador y mecenas del nuevo Museo del Arte, Arquitectura, Diseño y Urbanismo (MAADU) del Paseo del Prado ha sido internacionalmente premiado por sus trabajos en los que la naturaleza, la luz, el agua y las ambiciosas perspectivas son protagonistas. Este ex comisario de diseño del Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York, responsable de la Casa de Retiro Espiritual de Sevilla y ganador del premio y medalla de oro en el concurso del Plan de la Expo de Sevilla'92, es un reconocido arquitecto cuya firma se encuentra detrás del diseño del Fukuoka Perfectural International Hall de Japón, el Invernadero del Jardín Botánico de San Antonio en Texas, o el Museo de Arte Folclórico Americano de Nueva York.
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