Puente de Vallecas
Usera, el «Chinatown» de la capital con servicio de denuncias propio
De los 30.860 ciudadanos chinos que viven en la capital, según el Ayuntamiento de Madrid, el distrito de Usera es, con diferencia, donde se concentra la mayor parte de ellos: 6.120. Le sigue, aunque ya con la mitad de población, los distritos de Carabanchel (3.583) y Puente de Vallecas (3.222). Pero es Usera el verdadero «Chinatown» madrileño, donde nada más bajar del metro uno podría pensar que ha llegado a cualquier país de oriente. Letreros comerciales con caracteres asiáticos, todo tipo de negocios (desde sucursales bancarias hasta organizadores de bodas para chinos pasando por el típico bar español regentado por asiáticos o talleres mecánicos) y hasta su propia prensa local. Se ha criticado que se pueda convertir en un gueto, ya que no necesitan relacionarse con ciudadanos españoles en todo el día para realizar ningún servicio.
Una de las principales características de esta comunidad es el hermetismo y, derivado de ello, el escaso número de denuncias que interponen en comparación con la gran cantidad de población que hay en el distrito. Es sabido por todos que los chinos tienden a resolver sus problemas entre ellos y no suelen hacer uso de los recursos del sistema. A raíz de la «operación Emperador» –fueron detenidas 87 personas por evasión de capitales por parte de mafias chinas–, cuando los comerciantes chinos se quejaron de la estigmatización que había sufrido todo el colectivo, la Policía puso en marcha un proyecto piloto en colaboración con la Fundación Orient. La Policía les preguntó el motivo de la escasa cifra de denuncias y éstos le trasladaron que se debía al handicap del idioma.
Desde la Unidad de Participación Ciudadana de la Policía Nacional pusieron en marcha un proyecto piloto de «teledenuncia» (el ciudadano chino que quiera denunciar tiene a su disposición un teléfono en comisaría con un compatriota al otro lado para traducirle al agente policial), cuya sede experimental no podía ser otra que la comisaría de Usera-Villaverde, dada la densidad de población de este país. Fue puesta en marcha el paso mes de abril y el único handicap es el horario de este servicio de traducción telefónico. Está de 9:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas por la tarde. Los traductores de la Policía son de la Fundación Orient y, aunque no pueden cubrir un horario de funcionario policial, la relación es tan estrecha que han llegado a recibir alguna «denuncia-llamada» en su móvil fuera de este horario.
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