Hablemos de futuro
Objetivo 2050: la transición a la economía verde pasa por la descarbonización
Con la llegada de la pandemia se ha demostrado que la lucha contra el cambio climático no puede esperar más. Vivimos un momento de evolución y redefinición que puede convertirse en una oportunidad única para reducir nuestro impacto en el medioambiente. Por este motivo, Banco Santander pone en marcha un ambicioso plan de emisiones netas cero que amplía y renueva su firme compromiso con la sostenibilidad y el cuidado del planeta
Son muchos ya los epidemiólogos y activistas que señalan que pandemias como la del coronavirus se repetirán en el futuro debido a la deforestación, el calentamiento global y al impacto que tienen nuestras acciones sobre el medioambiente. La emergencia climática es crucial ya no solo para construir un futuro mejor, sino para evitar hoy sus consecuencias en el presente.
Por ello, esta crisis puede servir como una oportunidad única para mejorar.
El momento perfecto para el cambio
Como en otras crisis, el parón en seco que hemos vivido ha afectado a todos los sectores de la sociedad. La emergencia sanitaria nos ha obligado a bajar el ritmo en el día a día y a repensar la forma en la que entendemos nuestra interacción con el entorno.
Ahora que con la llegada de la vacuna estamos más cerca de volver a la normalidad, es el momento de redefinir algunos de los objetivos que tenemos en el horizonte, especialmente aquellos relacionados con el cambio climático. Se trata de una ocasión única para redirigir nuestros esfuerzos para la recuperación y construir un mundo más sostenible y saludable.
Así lo ha entendido Banco Santander, que mantiene desde hace años un compromiso pleno con la sostenibilidad. Por una parte, con la reducción de emisiones en su propia actividad; por otra, acompañando a sus clientes en la transición hacia una economía verde.
Objetivo 2050: cero emisiones netas
Banco Santander, que recientemente se ha convertido en miembro fundador de la Net Zero Banking Alliance para ayudar a movilizar el apoyo financiero necesario para construir una economía global de emisiones cero y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, es uno de los firmantes de los Principios de Banca Responsable, de los Principios de Inversión Responsable y del Compromiso Colectivo de la Acción por el Clima, iniciativas respaldadas también por la ONU.
En este contexto, ha hecho públicos sus objetivos de descarbonización y ha creado una hoja de ruta hacia el año 2050 para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas:
1. Alinear su cartera para cumplir los objetivos de París: Los primeros pasos anunciados por la entidad fijan 2030 como el año en el que dejará de prestar servicios financieros a clientes de generación de energía eléctrica cuyos ingresos dependan del carbón térmico en más de un 10% y eliminará por completo su exposición a la minería de carbón en todo el mundo. En los próximos meses, además, el banco compartirá los objetivos de descarbonización para otros sectores relevantes, como los de petróleo y gas, transporte, minería y siderometalurgia.
2. Continuar contribuyendo a la transición hacia una economía verde: La entidad presidida por Ana Botín, que seguirá desarrollando productos verdes para sus clientes – hipotecas verdes, préstamos de eficiencia energética, para la instalación de paneles solares, etc - se ha comprometido a financiar o facilitar la movilización de 120.000 millones de euros en financiación verde hasta 2025 y de 220.000 millones de euros hasta 2030. Banco Santander es líder mundial en financiación de energías renovables según datos de Dealogic a cierre de 2020, con el respaldo a proyectos de energías renovables de nueva creación (greenfield) con una capacidad total instalada de 13.765 megavatios (MW), suficiente para suministrar energía a 10,3 millones de hogares y evitar la emisión de 60 millones de toneladas de CO2. Esta es la línea en la que pretende seguir trabajando con sus clientes para apoyarles en la transición hacia una economía baja en carbono.
3. Reducir la huella medioambiental del banco: Este ambicioso y necesario camino lo lleva tiempo recorriendo Santander, que recientemente ha conseguido uno de sus grandes objetivos: ser 100% neutro en carbono en su propia actividad mediante el uso de energías renovables y otras iniciativas de eficiencia, así como con la compensación de las emisiones restantes. Pero su compromiso en cuanto a su propia huella continúa avanzando con dos metas en el horizonte: eliminar el 100% del plástico innecesario de un solo uso de sus oficinas y edificios corporativos para final de 2021 y que, en 2025, el 100 % de la electricidad que emplea la entidad proceda de fuentes renovables en todos los países en los que opera. De hecho, este último objetivo ya se ha alcanzado en un 60% a nivel global y algunas geografías como España ya lo han cumplido.
Como declaró Ana Botín en el acto en el que Banco Santander anunció su compromiso de alcanzar las cero emisiones netas en 2050, “el cambio climático es una emergencia global. Somos uno de los mayores bancos del mundo, con 148 millones de clientes, y por eso tenemos la responsabilidad y la oportunidad de apoyar la transición ecológica y animar a más personas y empresas a ser más sostenibles”.
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