Joyería

Boucheron, una de las primeras casas de Alta Joyería que sigue a la vanguardia hoy

Además de diamantes, Boucheron tiene una preciosa historia tallada a sus joyas. Te contamos sus orígenes y quiénes fueron algunos de sus ilustres clientes.

Boucheron
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La emblemática casa de Alta Joyería Boucheron es una de las más reconocidas en nuestros días por ofrecer exquisitas joyas y relojes, caracterizados por sus piedras distintivas y de espíritu libre. Pero sus orígenes se remontan a mucho tiempo atrás. Tanto es así, que fue la primera casa de joyería ubicada en la parisina Place Vendôme, bajo el Palacio Real de París, conocido como el centro del lujo francés, allá por 1858. La casa fue inaugurada por Frédéric Boucheron y su prestigio es tal que algunos de sus clientes fueron miembros de la familia imperial rusa, el Maharajá de Patiala o Edith Piaf, entre otras ilustres personas.

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Su reconocimiento es tal, que una de sus joyas más emblemáticas, la Serpiente Bohème, sigue siendo una de sus piezas más demandadas cincuenta años después de su lanzamiento. Esta pieza está incluida dentro de una gama que salió por primera vez del taller de la Maison en 1968 encarnando el espíritu libre y la creatividad de la casa.

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Remontémonos al inicio de los tiempos. Frédéric Boucheron nace en 1831 en una familia de pañeros. Rompe con la tradición familiar a una edad temprana para abrir su joyería. Después de haber aprendido mucho sobre la delicadeza en las telas y las texturas, consigue que su oro se vuelva tan flexible como los materiales que usaba su familia desde que él era pequeño. Esta delicadeza en las joyas hace que su habilidad se expanda por Francia y el extranjero, llegando a las casas de miembros de las familias reales y grandes estrellas de Hollywood.

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Una bonita anécdota brilla entre sus joyas. Una de las subastas de joyas más famosas del mundo se celebró en 1887 en el Louvre. Frédéric adquirió en esta subasta 31 diamantes de los más cotizados del mundo, además de una de las joyas más bellas de la Emperatriz Eugenia. Pero Frédéric no la compró para ponerla en la venta. Lo adquirió para incluirlo en un anillo para su esposa, como símbolo del amor eterno. Gracias a esto, Boucheron es el joyero del amor y hombres de todo el mundo lo eligen para adquirir su anillo de compromiso.

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