¿No sabes qué se puede hacer con un contenedor marítimo? Una casa de lujo puede ser la solución

Vivamos cerca o lejos del bendito mar, quien más, quien menos ha visto alguna vez uno de esos enormes contenedores de colores que pueblan los puertos de cualquier lugar del planeta. Sirven, ya saben, para almacenar todo tipo de materiales que parten o llegan en esos gigantescos barcos que atracan a cualquier hora del día y de la noche. Y si alguien no los ha visto en directo, existen cientos de referencias cinematográficas, generalmente ligadas a poco bueno, de ese tipo de contenedores. En época de modernísimas series televisivas, una referencia a una de las primeras, The Wire, donde el mítico Frank Sobotka hacía cosas malas al frente de los estibadores del puerto de Baltimore.

En principio, pueden quedar como enormes cajas oxidadas, pero su vida útil alejada de los puertos cada vez está tomando más relevancia dadas las enormes posibilidades que, por ejemplo, pueden tener como residencia. Y están interesando cada vez más a la gente de buena salud económica, que ve en aquello de vivir en una casa hecha a base de varios contenedores algo de lo más sugerente y exclusivo.

Sin olvidarnos, por supuesto, del carácter ecológico que tiene el asunto. Sostenibilidad y eficiencia energética se dan la mano es esta alternativa saludable y concienciada a los materiales de construcción tradicionales. Habitualmente, los contenedores marítimos no son demasiado grandes; su extensión suele oscilar entre los 15 y los 30 metros cuadrados, pero de la combinación de varios están saliendo ya absolutas maravillas plenas de diseño y comodidad.

Algunos de los más prestigiosos arquitectos del mundo ya están trabajando en este tipo de innovadores proyectos cuyo plazo de ejecución es habitualmente corto, nada comparable con el de una vivienda convencional. La libertad para forrar el exterior del contenedor del material que se desee es solo comparable con la cantidad de opciones que depara el interior. La combinación resulta imbatible en la mayoría de los casos de un nuevo modelo de arquitectura que no ha hecho nada más que comenzar.