El apartamento de Succession, la serie de moda, a la venta por 23,3 millones de dólares

Para empezar, una confesión. Quien escribe estas líneas no ha visto ni uno solo de los capítulos de Succession, una de las series de moda. Sí que es consciente de que su tercera temporada está causando auténtica sensación en HBO y que su cada vez más amplia legión de seguidores ya espera con ansia la cuarta entrega. Ese modernísimo servicio de documentación llamado Wikipedia, tan útil las más de las veces, alumbra la penumbra indicando que Succession es una serie estadounidense que cuenta la historia de una familia peculiar, dueña de un imperio de medios audiovisuales y de empresas de entretenimiento.

En esta tercera temporada de la que todo el mundo habla, uno de los protagonistas, Kendall Roy, al que da vida el actor Jeremy Strong, sitúa su cuartel general en un sensacional apartamento que, contrariamente a lo que sucede en muchas de estas producciones, no es un decorado al uso, sino una vivienda actual, lista para entrar a vivir. Y aquí viene lo más interesante.

El apartamento es cuestión se sitúa en uno de los más espectaculares edificios de Nueva York. El Woolworth Tower, levantado en 1913, fue el edificio más alto de la capital del mundo hasta que en 1930 se inauguró el Chrysler. Pero sus 241 metros de altura y esa particular pintura verde en lo más alto, con la que se decoraban los primeros rascacielos de Nueva York, quedarán para la historia de la arquitectura y del gran sueño americano.

La vivienda de Kendall Roy en Successión está a la venta. Así, como suena. Nada menos que por 23,3 millones de dólares, algunos menos euros, pero muchísimos en todo caso. El Pavilion A, que así se llama el apartamento, es, en realidad, un dúplex de 623 metros cuadrados en la planta 29 de un edificio situado en el tramo sureño de la calle Broadway, justo enfrente del Ayuntamiento de la ciudad.

Esta exclusiva residencia posee 5 habitaciones, 4 baños y dos tocadores. Tiene seis tragaluces, techos de 6,7 metros y una terraza de 210 metros cuadrados. Todo un lujo al alcance de seriéfilos modernos y con una amplísima cuenta corriente.