Coronavirus

El Padre Ángel pide ayuda tras la muerte de 6 ancianos en una de sus residencias: “No podemos aguantar más tiempo así"

Los fallecidos son personas mayores de 80 años que presentaban pluripatologías, cuatro fallecieron en la propia residencia y dos de ellos en el hospital Ramón y Cajal

El Padre Ángel ha pedido “ayuda urgente” a la Comunidad de Madrid y al Gobierno de España tras la reciente muerte de 6 ancianos, dos de ellos totalmente confirmados por coronavirus, en la residencia Montserrat Caballé, ubicada en el madrileño distrito de Barajas y regentada por Mensajeros de la Paz.

“No podemos aguantar más tiempo así. Hemos pedido ayuda a la presidenta de la Comunidad de Madrid, al consejero de Políticas Sociales, al consejero de Sanidad y a la Unidad Militar de Emergencias (UME).... Necesitamos urgentemente material y ayuda para nuestros ancianos en las residencias”, ha indicado el responsable de Mensajeros de la Paz, que ha reconocido estar “angustiado” por lo está ocurriendo.

En un comunicado, al que ha tenido acceso Europa Press, el Padre Ángel ha querido lanzar sus primeras palabras a las familias de las personas mayores fallecidas. “Me consta que nuestro personal está haciendo todo lo humanamente posible, un esfuerzo casi sobrehumano, doblando turnos para evitar contagios, y por eso quiero tranquilizar al resto de familiares porque todo lo que esté en nuestra mano no duden de que lo haremos. Estamos siguiendo todos los protocolos de aislamiento para evitar más contagios. Nuestros mayores son lo que más nos importa y estamos a la espera de una contestación por parte de los responsables públicos y del gobierno”, ha aseverado.

Los fallecidos son personas mayores de 80 años que presentaban pluripatologías, "que han hecho muy difícil que superen la enfermedad. Cuatro de ellos fallecieron el la propia residencia y dos de ellos en el hospital Ramón y Cajal. “Estamos siguiendo todos los protocolos establecidos, pero aún así se nos han ido”, declaraba con lágrimas en los ojos la doctora de la Residencia de Monserrat de Barajas, “que está casi 24 horas en alerta ejerciendo su profesión”.

Por su parte, el director general de Mensajeros de la Paz, Sergio Mella, ha destacado el “gran esfuerzo” de todo el personal de este geriátrico con los residentes. “Lamentamos profundamente estas pérdidas. Nuestros residentes son una de nuestras mayores preocupaciones y estamos en contacto permanente con las residencias para conocer su estado y todo lo que necesitan para afrontar esta situación y evitar nuevos contagios”, ha afirmado.

Hasta ahora, la residencia la Residencia Montserrat Caballé ha solicitado la ayuda a la UME y a los responsables de la Comunidad de Madrid y Mensajeros de la Paz se encuentra a la espera de contestación porque los materiales para llevar a cabo los protocolos, como guantes y mascarillas se están terminando.

Begoña, que tiene a su madre en este geriátrico, de 135 plazas y algunas concertadas con la Comunidad de Madrid, ha mostrado a Europa Press su “preocupación enorme” por lo que está ocurriendo y eleva la cifra de muertos a 9, además de gran número de contagiados entre residentes y trabajadores, según datos que le han proporcionado trabajadores del centro. “Los empleados, que desde ayer ya cuentan con mascarillas y guantes, están desbordados y han separado a los ancianos. Algunos les han dejado en salas comunes y otros en habitaciones, ya que con lo ocurrido no pueden atender individualmente a todos en cada habitación”, ha explicado.

Al igual que la dirección y la gerencia de la residencia, y el resto de los parientes de los internos, han pedido más medios humanos y materiales a las autoridades. Y es que, según ha indicado esta familiar solo hay una doctora de lunes a viernes y otra los fines de semana, por lo que “están desbordados”.

Además, ha pedido pruebas de coronavirus, desinfección de las instalaciones y traslados a hospitales de los más enfermos. Begoña entiende el personal priorice su tiempo en atender a los ancianos y no puedan darles toda la información sobre sus seres queridos. De hecho, los trabajadores y directivos de la residencia ha trasladado a las familias “confianza y tranquilidad” para poder desarrollar su labor y no lo pueden hacer si las familias están llamando continuamente al centro. Ep