Policía Nacional

Desmantelada la mayor “empresa de telecoca” de Madrid que tenía más de 2.000 clientes

Disponían de una auténtica estructura empresarial en cuanto a los repartos de tareas en la organización, regalos de fidelización a los clientes, compromisos en cuanto a plazos de entrega, garantías de calidad y precintos específicos

En una de una de las mayores operaciones realizadas hasta la fecha por la Policía Nacional contra la venta de cocaína por encargo, o “telecoca”, se ha desmantelado en Madrid una de las mayores organizaciones dedicadas a este negocio. En la operación, cuyas investigaciones comenzaron hace un año, han participado 250 agentes y se han detenido a 28 personas en 21 registros domiciliarios simultáneos. Además, la Policía se han intervenido más de 85.000 euros y casi cuatro kilos de cocaína.

Según detalla la Policía Nacional el “telecoca”, que contaba con un call center para atender a sus más de 2.000 clientes y 200 repartos de media al día, disponía de una auténtica estructura empresarial en cuanto a los repartos de tareas en la organización, regalos de fidelización a los clientes, compromisos en cuanto a plazos de entrega, garantías de calidad y precintos específicos. La cocaína era habitualmente repartida en motocicletas financiadas por la organización hasta el punto acordado con el comprador pero, durante el estado de alarma, realizaban las entregas en el interior de supermercados próximos a los domicilios de los encargados de la distribución. Hay 28 personas detenidas, el 90 por cien son de nacionalidad colombiana que habían exportado el modelo de venta droga del país latinoamericano, y se han practicado 21 registros domiciliarios simultáneos en los que entre otros efectos, se han intervenido más de 85.000 euros y casi cuatro kilos de cocaína.

Infraestructura empresarial propia de una empresa

La investigación se inició hace un año cuando los agentes detectaron varias ventas de monodosis de cocaína. La rapidez y el modo en el que se efectuaba la transacción hizo sospechar que se trataba de un modus operandi que no era el habitual. Las vigilancias e indagaciones posteriores permitieron comprobar que se trataba de una organización criminal dedicada a la distribución de cocaína por el método del “telecoca”.

Los investigadores consiguieron detectar que los investigados habían creado una amplia infraestructura logística a modo de empresa, con una red clientelar de más de 2.000 personas. La organización criminal giraba entorno a un call center donde se encargaban de recibir los pedidos de las dosis de cocaína a través de centralitas telefónicas y de coordinar el resto de la estructura criminal. Una vez recibido el pedido, a través de centralitas distintas contactaban con alguna de las personas contratadas como repartidores y que tenían distribuidos de forma estratégica por toda la ciudad -25 suministradores en ocho zonas- para que llevaran al domicilio o lugar de trabajo la dosis encargada.

Compromiso de entrega y regalos por fidelización

La organización criminal giraba entorno a dos “call center”, situados en Las Tablas y en Cuzco, donde se encargaban de recibir los pedidos de las dosis de cocaína a través de centralitas telefónicas y de coordinar el resto de la estructura criminal. Una vez recibido el pedido, 25 suministradores distribuidos por 8 zonas de toda la ciudad llevaban al domicilio o lugar de trabajo la dosis encargada. Incluso, en algunas circunstancias dejaban la droga debajo del felpudo o en el cuarto de basuras, como ha explicado en una rueda de prensa Juan Miguel Hernández, Inspector Jefe del Grupo Operativo de Investigación Zonal de Madrid. Su mayor pico de ventas lo consiguieron el día de Nochevieja con 500 repartos, según ha detallado el comisario jefe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de Madrid, José Antonio Rodríguez San Román, informa Efe.

Horarios de trabajo y vacaciones

Los distribuidores acumulaban unas ganancias de 6.000 euros al mes por realizar estas actividades y tenían un horario de trabajo de lunes a viernes de 11 a 24 horas y los fines de semana hasta la una de la madrugada. También tenían dos días libres semanales y vacaciones remuneradas. Desde la organización vigilaban el buen trabajo de estos empleados, que en algunas ocasiones intentaron quedarse con las dosis o clientes y fueron “sancionados” con el despido o reducción de sus ingresos.

A partir del inicio del estado de alarma establecieron una red de puntos de contacto en supermercados próximos al lugar de residencia de los encargados de la distribución. “Os recomiendo que aprovechéis para desintoxicaros”, llegaron a escribir a sus mejores clientes. Sin embargo, la organización fue variando con el paso de las fases de la desescalada ya que “daban paseos con ropa deportiva” cuando se permitía hacer deporte y ahora ya habían recuperado su distribución normal.

Conocidos por el boca a boca

Elaboraban todas las monodosis, de un precio de 60 euros, con el mismo precinto como “marca de calidad” de la organización, que periódicamente facilitaban a los repartidores en función de la estudiada estadística sobre el volumen de ventas. La forma con la que captaban a los clientes era por el “boca a boca” y se da la circunstancia que algunas de estas personas eran turistas que llegaban a la capital, porque la red incluso repartía en hoteles. Desde el inicio de su actividad delictiva los investigadores calculan que han suministrado 45 kilos de cocaína por importe de 2 millones y medio de euros.

Los repartidores se desplazaban a entregar el estupefaciente en motos financiadas por la organización o en transporte público hasta que se decretó el estado de alarma.

Para que los distribuidores pudieran disponer del estupefaciente necesario para repartir entre los clientes, habían creado un enlace que se encargaba de preparar la droga y elaborar las monodosis que periódicamente facilitaban a los repartidores en función de la estudiada estadística sobre el volumen de ventas.

La organización tenía establecido un compromiso de entrega de la sustancia en menos de 20 minutos, regalos por fidelización a los mejores clientes y precintos con los que pretendían marcar la calidad y origen de la sustancia.

Una vez que los investigadores acreditaron el entramado criminal y establecieron las tareas que llevaba a cabo cada miembro de la organización, planificaron un dispositivo para practicar la detención de todos ellos y efectuar la entrada y registro de manera simultánea en 21 domicilios. En el operativo, en el que participaron más de 250 agentes, se arrestó a 28 personas y se intervinieron más de 85.000 euros en efectivo, casi cuatro kilos de cocaína, 1.300 dosis preparadas para su venta, 10 motocicletas, decenas de terminales móviles, y efectos relacionados con la venta de la droga -básculas de precisión, envoltorios, precintos-.

La investigación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número 13 de Madrid e impulsada por la Fiscalía Especial Antidroga de Madrid.