Mapa ilustrado
Los 15 enclaves del Madrid del capitán Alatriste
De la plaza Mayor a Casa de Campo: un recorrido por las principales localizaciones de la famosa serie de novelas de Arturo Pérez-Reverte
Atesora el título de serie de novelas más exitosa de la literatura contemporánea en español y, sin embargo, sus historias sumergen a quien las lee en la España de la Edad Moderna. Y es que, Arturo Pérez-Reverte eligió como escenario para «Las aventuras del capitán Alatriste» el Madrid del XVII o, lo que es lo mismo, el Madrid del Sigo de Oro. Para ello, el escritor utilizó el plano de la ciudad que el cartógrafo portugués Pedro Teixeira trazó en 1656 por encargo del rey Felipe IV, resucitando 350 años después la fisionomía de aquella villa en la que vivieron Lope, Calderón, Cervantes, Quevedo y Góngora. Y ahora, cuando se cumplen 25 años de la publicación de la obra de Reverte, el área de Cultura del Ayuntamiento ha editado un nuevo mapa ilustrado, esta vez de la mano de Raúl Arias, que hace un recorrido por los principales escenarios en los que vive y batalla el capitán Alatriste.
Son 15, empezando por la plaza Mayor, inaugurada en 1619 tras el derribo 50 años atrás de las modestas viviendas que la rodeaban cuando allí se instalaba el mercado de abastos antes de convertirse en el corazón de la capital y del mundo por deseo de Felipe II cumplido por su hijo Felipe III. Alatriste suele pasear por sus soportales en compañía del alguacil Saldaña. Seguidamente, las localizaciones 2 y 3 del mapa se corresponden con moradas del capitán: la cárcel de la Corte en la plaza de la Provincia, que hoy es la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores; y la calle de San Bruno, entonces calle del Arcabuz, donde el protagonista vivía y bebía, como rememora la actual Taberna del Capitán Alatriste en el número 7 de la calle de Grafal.
El trayecto continúa por la calle de Toledo que, como entrada natural a la Villa y Corte por el sur, en el siglo XVII era una de las más animadas de la capital y acceso más directo al mercado principal, y las cavas Alta y Baja, memoria de una antigua muralla islámica por las que en tiempos de Alatriste abundaban mesones y posadas.
Con el número 6, otro de los puntos clave de este mapa ilustrado lo constituyen la plaza de la Villa y la primitiva casa consistorial, en el casco histórico de la ciudad y uno de los principales núcleos del Madrid medieval. Es aquí donde se emplaza la casa y torre de los Lujanes, uno de los conjuntos arquitectónicos más antiguos de la capital, así como la casa de Cisneros, que da a la que para el capitán de Reverte es la calle de los Azotados, actual calle del Cordón, por donde pasaban los penados de la cárcel de la Villa. Después, la calle Mayor, la principal del Madrid de Alatriste, pues por ella discurren procesiones cívicas y religiosas, así como comitivas de los visitantes ilustres.
Llegando a la Puerta del Sol, se encontraba el lugar de tertulia por excelencia de Madrid, la lonja del hoy desaparecido convento de San Felipe el Real y, a menos de 300 metros andando, la iglesia de San Ginés, donde se refugiaban los perseguidos por la Justicia en época de Alatriste. Con el número 10, el Teatro del Príncipe, que así se conocía en el XVII al Teatro Español, en torno al que al capitán le gusta observar el bullicio de los aficionados.
También habla Reverte en sus novelas de las Descalzas Reales, el convento aristocrático en el que los nobles ingresaban a sus hijas para que crecieran conforme a su rango y condición, o de la casa de las Siete Chimeneas en la plaza del Rey, un edificio al más puro estilo del Madrid moderno en el que fue recibido por el embajador inglés en 1623 el príncipe de Gales Carlos Estuardo cuando vino a la capital de incógnito para conocer a María de Austria, con quien había concertado un matrimonio que nunca llegó a producirse, episodio recogido en la primera novela de la serie del capitán Alatriste.
La ruta propuesta por el Ayuntamiento continúa por el Puente de Segovia, una obra monumental excesiva para el río sobre el que se erigía y, a continuación, el Alcázar Real en el solar que hoy ocupa el Palacio de Oriente, que Felipe IV se esforzó por desempolvar contratando a pintores de renombre para que decoraran con frescos alegres las sombrías estancias y colocando en los muros cuadros de autores con el reconocimiento de Velázquez, Tiziano, Rubens y Murillo. Por último, la parada número 15 se corresponde con la Casa de Campo, en cuyo bosque existía entonces una fuente de acero a la que acudían las damas contemporáneas al capitán para tratarse una rara enfermedad que no era otra cosa que un tipo de anemia.
Así que, el barrio delimitado por la pluma de Arturo Pérez-Reverte para un tal Diego Alatriste ocupa nada más y nada menos que la Villa moderna al completo.
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