En un plano más personal, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha definido como “callejera, tabernaria y pandillera”en su paso en la noche de este marte por “El Hormiguero” de Antena 3. También ha confesado que le gusta gusta mucho “madrugar y hacer deporte”, que es “muy llorica” y que, en ocasiones, sale a la calle sin guardaespaldas, porque le “gusta mucho andar por Madrid”, para que la gente le cuente cosas. Ha reconocido es “previsible” y e “cenar en casa”, aunque ha confesado que no tiene muchas cosas en la nevera más allá de cervezas, un “kiwi, un limón y el limón kiwi”. Y cómo no, ha vuelto a uno de sus hitos de la campaña electoral del 4 de mayo: su defensa del sector de la hostelería: “Me gusta el mundo de la taberna y de la caña”.

Quizá en el momento más humano de su diálogo con Pablo Motos, Ayuso ha confesado el mayor secreto que guarda en su teléfono móvil: “Una nota que contiene una lista con las cosas buenas de haber sido presidenta”. Y ha puesto ejemplos: “Hoy apuntaré: haber estado en El Hormiguero”. Ha explicado así esto: “Quiero que esta etapa de mi vida. No voy a tener nada más bonito que servir a mi país desde la región en la que he nacido”. Dentro de esta lista ha enumerado algunas de sus anotaciones: “La primera audiencia con el Rey, ver el Wanda blanco desde el helicóptero con motivo de Filomena, haber sido la primera mujer que pisó un estadio en Arabia Saudí...”.

Al hilo de esto, ha detallado su concepción de la política como algo temporal en la vida de una persona: “En política hay que saber irse a tiempo. No hay que tener miedo a perder el poder”. En este sentido, ha confesado que ella “vuela libre en cuanto a las dependencias”. Y ha concluido “cuanto esto se acabe se acabó”. Porque, para ella, la política es una carrera de relevos, en la que ha que permanecer “cuando estés a pleno rendimiento”. Por todo ello, la mejor receta es, a su juicio, disfrutar de esta etapa con la mayor intensidad posible: “Para saber irte hay que vivirlo con plena pasión”.