"Caso mascarillas"
Más Madrid reclama al juez que el primo de Almeida declare como testigo
Solicita también al instructor que testifique la directora de la universidad americana CIS, que puso en contacto a Luis Medina con Carlos Martínez-Almeida
Más Madrid, que ejerce la acusación popular en el “caso mascarillas”, ha pedido al juez Adolfo Carretero que llame a declarar como testigo a Carlos Martínez-Almeida, primo del alcalde de Madrid, después de que el empresario Luis Medina ratificara ayer ante el instructor que se puso en contacto con él para vender material sanitario al Consistorio en marzo de 2020, una operación en la que el hijo de Naty Abascal y su entonces socio Alberto Luceño obtuvieron 5,5 millones de euros en comisiones.
En el escrito presentado en el juzgado por la formación, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, la abogada de Más Madrid, Nuria Zapico, insta al titular del Juzgado de Instrucción número 47 de la capital a que pida a la Policía Municipal la “averiguación de su domicilio a fin de ser citado por conducto judicial”.
Además, la acusación popular reclama igualmente que comparezca como testigo María Díaz de la Cebosa, presidenta de la universidad americana CIS, a quien Medina señaló como la persona que le facilitó el contacto del primo de José Luis Martínez-Almeida.
Para Más Madrid se trata de dos diligencias “pertinentes y útiles” para intentar esclarecer “cuándo y de qué forma” los investigados -a los que Anticorrupción imputa delitos de estafa, blanqueo y falsedad documental (y de alzamiento de bienes en el caso de Medina) “contactaron con el Ayuntamiento de Madrid para ejecutar los hechos presuntamente delictivos que se investigan”, y si contaron con la “colaboración o cooperación de cargos y/o empleados municipales”.
Medina quería contactar “con el Ayuntamiento o la Comunidad”
Medina explicó al instructor, Adolfo Carretero, cómo llegó hasta Carlos Martínez-Almeida, primo del alcalde de Madrid. Según la versión del hijo de Naty Abascal, fue Luceño –a quien conocía «por trabajo» desde 2018-, quien le trasladó que «tenía proveedores de materias en China» para que él buscara «a gente a la que le pudiera interesar». «Se nos ocurrió a los dos», declaró, aunque especificó que el contacto con el Ayuntamiento lo tenía él.
Medina contó al juez que el contacto de Carlos Martínez-Almeida se lo pasó «una amiga común», María Díaz de la Cebosa; «directora de una universidad en la que yo estuve un año». Al familiar del regidor, matiza, «no le conocía de nada». A ella le trasladó que «quería contactar con el Ayuntamiento o con la Comunidad». «Llamé a Carlos Martínez-Almeida y le dije que teníamos material sanitario para vender», explicó. «Al ser primo del alcalde –dijo–, imaginé que me podría dar un contacto en el Ayuntamiento».
El familiar del regidor, según su versión, le facilitó una dirección de correo electrónico, «que creo que era de Elena Collado», la alto cargo municipal que fue la encargada de gestionar la operación, a quien le dijo que tenían la posibilidad de suministrar productos sanitarios.
Tras una primera llamada, ella habló con Luceño, quien en su declaración ante el juez dejó claro cuál era la función de Medina en el negocio: «Luis era un facilitador y yo soy un agente». «Yo no engañé a Medina. Yo no sabía la retribución hasta que no se cerrara la operación». Y aunque Luceño afirmó que él era «agente exclusivo» de Leno –la empresa de Malasia que suministró el material, gran parte defectuoso según Anticorrupción–, Medina (que se definió como un «broker de materias primas» que hasta la pandemia no se había dedicado a temas sanitarios) dijo no conocer de nada ni a la empresa Lena ni a su administrador, Shan Chin Chon.
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