Caso mascarillas
El juez prohíbe salir de España a Luis Medina y a su exsocio
El instructor acuerda la retirada del pasaporte a los dos empresarios, que además deberán comparecer en los juzgados cada 15 días. Medina dice ahora que no se siente engañado por Luceño
El juez del “caso mascarillas”, Adolfo Carretero, ha prohibido salir de España a Luis Medina y a su exsocio Alberto Luceño tras su declaración como investigados por la supuesta estafa al Ayuntamiento de Madrid en 2020 como intermediarios en la venta de material sanitario. El magistrado ha acordado de forma cautelar la retirada de sus pasaportes, tal y como le han solicitado las acusaciones populares (PSOE, Podemos y Más Madrid), pero no la Fiscalía Anticorrupción ni el Consistorio de la capital, que ejerce la acusación particular como perjudicado.
Para Carretero, la existencia de riesgo de fuga por la gravedad de los hechos investigados y los delitos que se les imputan, así como el hecho de que tengan negocios en el extranjero, abonan la hipótesis de una posible huida de la Justicia, lo que justifica la retirada del pasaporte.
El instructor también ha impuesto a los dos imputados la obligación de comparecer cada 15 días en el juzgado, una medida cautelar que igualmente habían instado las tres formaciones políticas que ejercen la acusación en este procedimiento.
Medina y Luceño -que se han acogido a su derecho a no contestar a las preguntas de las acusaciones y solo han respondido al instructor- habían solicitado acceder a los juzgados de Plaza de Castilla por la puerta trasera del edificio -según confirman fuentes jurídicas-, pero desde el decanato se les negó esa posibilidad, por lo que ambos han accedido a pie a los juzgados por la entrada principal.
Ambos se han ratificado en las declaraciones que prestaron en la Fiscalía Anticorrupción, pero con una matización: Medina ha dicho ahora que no se siente engañado por Luceño, muy lejos de lo que manifestó ante la Fiscalía y de lo que aseguró a los medios de comunicación en varias diferentes entrevistas. Según los abogados de PSOE, Adolfo Barredo, y Más Madrid, Nuria Zapico, ese cambio de versión se debe a una mera estrategia defensiva.
Aunque la declaración de ambos se antojaba larga (el juez llegó a traerse la comida al despacho ante la previsión de una más que prolongada jornada), finalmente las dos comparecencias duraron apenas una hora. En los pasillos, y mientras Carretero redactaba el auto de medidas cautelares, a Medina y Luceño se les vio departir (pese a que la relación entre ambos, aparentemente, no es ahora mismo estrecha), según las fuentes consultadas.
Casi 5,6 millones en comisiones
El hijo de Naty Abascal y su ex socio han declarado durante apenas una hora ante el titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, que los investiga por una supuesta estafa al Ayuntamiento de la capital en marzo de 2020 por la que se embolsaron en comisiones casi 5,6 millones de euros por el suministro, por parte de una empresa de Malasia, de un millón de mascarillas, dos millones y medio de guantes y 250.000 test rápidos, la mayor parte defectuosos, a cambio de once millones de euros. Carretero les imputa delitos de estafa, blanqueo y falsedad documental (y alzamiento de bienes en el caso de Medina).
Según Anticorrupción, los precios de todo ese material se inflaron artificialmente “con ánimo de obtener un exagerado e injustificado beneficio económico”, lo que se plasmó en que “un elevado porcentaje del precio ofertado” (aproximadamente el 60 % en el caso de las mascarillas, el 81 % en el caso de los guantes y casi el 71 % en el caso de los test Covid-19) correspondía a esas comisiones supuestamente ilegales.
La Fiscalía siguió el rastro de esas comisiones y pudo constatar que Medina invirtió esa ganancia en un yate, “Feria”, registrado en Gibraltar, por el que pagó 325.515 euros y en la adquisición de bonos por valor de 400.000 euros. Pero cuando el juez ordenó el embargo de sus cuentas corrientes para hacer frente a posibles responsabilidades civiles, no había ni rastro de esos bonos y en esas cuentas sólo había 247 euros, lo que llevó al juez a imputarle también un delito de alzamiento de bienes y a imponerle una fianza de 891.227 euros y a poner en marcha la maquinaria para embargarle sus bienes, entre ellos la herencia de su abuela, si no aporta esa cantidad en el plazo requerido.
Coches de lujo, Rolex y noches de hotel
Luceño -que se ha comprometido a afianzar los 5,5 millones que se le reclaman de forma cautelar en concepto de responsabilidad civil- gastó el dinero percibido en seis noches de hotel en Marbella por 60.000 euros; en tres Rolex por 42.000 euros; ocho coches de lujo por los que desembolsó 1.034.999 euros; una vivienda y tres plazas de garaje (1.107.400 euros en total) en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y otros cinco coches de lujo (Aston Martin DBS Superleggera, Porsche Panamera, Lamborghini Huracan, Mc Laren 720S y un Mercedes A200) que costaron 1.028.499 euros y por los que entregó como parte del precio algunos de los que había adquirido anteriormente.
En función del acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid -que ejerce la acusación como perjudicado- se firmaron tres contratos entre la Empresa de Servicios Funerarios y la compañía malaya, de la que Medina y Luceño decían ser representantes, por los que se suministraron al Consistorio un millón de mascarillas KN95 Graphene Sterilization Antiviral 3D Mask, por un precio total de 6.689.300 dólares; dos millones y medio de guantes de nitrilo, por cinco millones de dólares y 250.000 test rápidos Covid-19 por 4,2 millones de dólares.
Pero según destapó Anticorrupción, de los 6.689.300 dólares pagados por el Ayuntamiento, cuatro millones fueron transferidos a cuentas de ambos en concepto de comisiones (Luceño percibió tres y Medina, uno). Algo similar sucedió en el caso de los guantes, “de ínfima calidad”, con la salvedad de que el Ayuntamiento se dio cuenta de que en cualquier supermercado de Madrid se podía comprar por 0,08 euros cuando habían pagado por cada uno dos dólares. Un contratiempo para los empresarios que les obligó a devolver los cuatro millones de dólares que habían percibido en comisiones .
Por último, respecto a los 250.000 test Covid, solo 75.000 tenían un nivel de sensibilidad aceptable (94 %), casi una cuarta parte (60.000) era inservibles por su reducido nivel de sensibilidad (66,7 %) y otros 115.000) eran “de dudosa eficacia por su bajo nivel de sensibilidad (80 %)”.
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