Medio ambiente

El río Jarama de Madrid se ahoga en un mar de toallitas

Los ayuntamientos de la zona se han unido para presentar un informe a los organismos con competencia en la limpieza del río

Basura en el río Jarama
Basura en el río Jaramaemnienda limpia tu mierdaemnienda limpia tu mierda

Nazareth Saiz es vecina de San Fernando de Henares. Para ella, la pandemia no solo supuso un antes y un después por aquellos dos meses que pasó, como el resto de los españoles, metida en casa. Su cambio, sobre todo, llegó al salir. “Cuando empezamos con aquellas primeras salidas, íbamos al campo y nos dábamos cuenta de que la naturaleza había vuelto a recuperar su territorio. Estaba todo limpio, genial”, dice a LA RAZÓN. Sin embargo, la utopía duró poco. “En una semana estaba todo realmente mal ora vez”, relata. “Los residuos se amontonaban, y la gente había pasado, incluso, por la vegetación que había crecido con la primavera”. En aquel momento, Nazareth entendió que, además de quejarse, “tenía que hacer algo” ante todo aquel montón de botellas, latas y material higiénico como toallitas, compresas o tampones que se amontonaba a orillas del río Jarama y que, tristemente, lleva años asfixiando el entorno natural del lugar.

“Tenemos muy poca conciencia de lo que ocurre cuando tiramos estas cosas al inodoro”, señala Nazareth. “En los propios árboles se ha creado una costra de todo esto, es horrible”. No pudo hacer otra cosa que ponerse a limpiar. Y así, poco a poco, se fue organizando con más vecinos en lo que hoy se conoce como Enmienda Limpia tu Mierda. “Es así de literal, aquí no valen medias tintas”, señala. Desde entonces, además de salir a limpiar, al menos, una vez al mes, han hecho iniciativas con colegios, institutos, actividades de concienciación con los ayuntamientos de la zona… Todo lo posible, en definitiva, para mantener limpio el espacio. Sin embargo, no es una tarea fácil porque, tal como afirma Antonio Martínez, portavoz de la Asociación Ecologista del Jarama “El Soto”, se trata de un problema realmente complejo de gestionar.

“El río Jarama, a partir de Paracuellos, tiene un nivel de contaminación muy elevado, aunque no siempre se refleja en las analíticas la magnitud del problema porque estas no detectan los vertidos esporádicos que se producen desde las redes de saneamientos y depuradoras después de las tormentas y las fuertes lluvias”, explica Martínez. Este fenómeno tiene hasta nombre propio: las toallitas del Jarama, con el que se hace referencia a las grandes cantidades de residuos de ese tipo de productos que salen por una veintena de aliviaderos, impulsados por aguas fecales. “Esto ocurre varias veces al año”, apunta Martínez, “y crea, además de un problema ambiental, por supuesto, también un problema sanitario, por el uso que se da después a esas aguas”.

El Jarama transcurre por un territorio protegido en el que se cruzan distintas competencias, lo cual, tal como señala Martínez, “al final acaba en que nadie se haga cargo del problema al 100%”. Así, mientras los ayuntamientos de la zona son responsables de sus redes de saneamiento, la Consejería de Medio Ambiente lo es de salvaguardar territorios y ecosistemas protegidos de la Comunidad de Madrid, mientras que el Canal de Isabel II es la gestora de las depuradoras de la Comunidad de Madrid (con excepción de las de la capital) y, por último, la Confederación Hidrográfica del Tajo, tiene la responsabilidad de conservar el dominio público hidráulico, es decir, el agua, el cauce y las riveras de los ríos. En este sentido, desde el Canal de Isabel II aseguran que “los vertidos que se hacen no son de residuos, sino de aguas depuradas y que están autorizados por la Confederación Hidrográfica del Tajo, cumpliendo estrictamente las condiciones de las autorizaciones de vertido que dicta este organismo regulador”.

De esta manera, el Canal de Isabel II señala que los vertidos que genera esta situación son exclusivamente de residuos domésticos, que son competencia municipal. “La Policía municipal tiene la competencia de vigilar y controlar, en el término municipal correspondiente”, asevera la organización. En este sentido, Martínez pone como ejemplo la orilla del Manzanares. “Allí uno no ve toallitas porque en Madrid hay tanques de tormentas, que son unos depósitos subterráneos a los que llegan los residuos cuando hay lluvias fuertes. Cuando pasa el fenómeno, poco a poco esa agua se va depurando, por lo que esto podría ser una buena forma de prevenir que los residuos se agolpasen en las orillas del Jarama”, explica. Sin embargo, lo que está pasando en Paracuellos, en Coslada, en San Fernando… “es una auténtica vergüenza”. Y, por eso, ahora, los ayuntamientos de la zona han dicho “basta”.

Por todo ello, se ha creado la Alianza por la Recuperación del Río Jarama, impulsada desde el Ayuntamiento de San Fernando de Henares con una veintena de consistorios de la zona. “Cuando tomamos posesión, teníamos claro que este era un asunto prioritario, y me dirigí por carta, personalmente, a cada uno de los alcaldes de los municipios por los que discurre este recurso natural con el objetivo de formar un frente de actuación común para su recuperación y protección”, dice Javier Corpa, alcalde de San Fernando de Henares. “Se trata de uno de los ríos más importantes de nuestra región, y está degradado convirtiéndose, en las últimas décadas, en un problema de salubridad con la aparición de la mosca negra y la proliferación de mosquitos, además de vertidos, especialmente, plásticos y toallitas, que dañan la flora y la fauna”, añade.

Las peculiaridades y situación del río son diferentes según la zona, pero Corpa está convencido de que todos los municipios pueden aportar su granito de arena para que cambie la situación. En la última reunión que mantuvieron en Velilla de San Antonio la pasada semana se establecieron, además de los encuentros generales, comisiones de trabajo por localidades que presenten circunstancias o casuísticas comunes, para lograr, de este modo, un funcionamiento más ágil, práctico y operativo. De esta manera, Corpa se muestra “optimista”. “Es cierto que me gustaría ir más rápido, pero el proyecto es complejo”, reconoce. “Son muchas las partes implicadas y se requiere coordinación y constancia, pero creo que estamos dando pasos importantes con la colaboración desde los ayuntamientos a los Gobiernos autonómico y central, partidos políticos, asociaciones...”.

Para revertir esta situación “no sirve ‘hasta aquí llegan mis competencias…’ que, en el caso de los ayuntamientos, son más limitadas; aquí tenemos que ‘remar’ en la misma dirección e implicarnos al máximo todos”. De hecho, el alcalde considera que los vecinos pueden ser también partícipes de esta recuperación con algunos sencillos gestos, como no tirar toallitas a inodoro y colaborar en el cuidado de nuestro entorno. En este sentido, han puesto en marcha varias campañas de sensibilización, y este es otro de los compromisos adquiridos en la Alianza, llegar a la población y concienciar.

La Alianza tiene ya una ‘hoja de ruta’ fijada. En la última reunión se presentó un completo documento de diagnóstico que plasma el estado del río a su paso por los diferentes municipios. Ahora, se establecerá un grupo de trabajo integrado por técnicos de Medio Ambiente de los ayuntamientos, quienes procederán a ‘depurar’ dicho informe para su exposición, previsiblemente en el mes de octubre, ante los organismos con competencias. Asimismo, se acordó establecer campañas de difusión y comunicación y actividades lúdicas destinadas a la ciudadanía, para informar sobre qué se está haciendo y, también, para sensibilizar y concienciar, trasladando la situación a los partidos políticos con representación en la Asamblea de Madrid y a la Federación Madrileña de Municipios (FMM). “Es fundamental que las instituciones implicadas vayamos ‘de la mano’, porque este tiene que ser un proyecto de consenso, que se consolide en el tiempo”, señala, convencido de que “unidos será más fácil conseguir este reto”.

“Nuestras ciudades y pueblos nacieron y crecieron en torno al Jarama, y me gustaría ver, y que mis hijos pudieran disfrutar, el río tal y como se conocía, por ejemplo, en la década de los años 60, cuando había playas fluviales y los madrileños y madrileñas se acercaban a pasar un día de campo en este entorno privilegiado”, concluye el alcalde. “Tiene que volver a ser un elemento potenciador, y no un vertedero”.