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Macchinine, el rincón de Madrid en el que es posible comprarse un Ferrari por 600 euros
José María lleva al frente de Macchinine desde 2017. Es la única juguetería especializada en vehículos en miniatura de la capital. Un santuario en la calle Barquillo para los amantes de las cuatro ruedas
Desde 2017 lleva al frente de Macchinine, la única juguetería especializada en coches en miniatura de Madrid. En toda España, solo existen dos más; una en Barcelona y otra en Benidorm, y aunque venden objetos parecidos, no son comparables con la variedad e historia de los que alberga este pequeño rincón en la céntrica calle Barquillo. Trece mil joyas repartidas en treinta y tres metros cuadrados y un techo de seis metros de altura. Y aunque están perfectamente colocadas para aprovechar el espacio al máximo, poseen material para llenar tres tiendas más como esta.
Su actual propietario, José María Sánchez, es ingeniero de Caminos de profesión aunque asegura que lo suyo han sido desde siempre los coches. Por ello, se dedica de forma profesional a ellos, tanto de colección como antiguos, corre rallis, es director de un equipo del París Dakar y uno de los organizadores del Rally Entresierras. Desde que la tienda abrió por primera vez sus puertas hace ya casi veinte años, este se encontraba entre sus clientes habituales por su pasión por los coches de Scalextric y cuya colección asciende en la actualidad a las 5.000 piezas. Y fue hace cinco cuando vio la posibilidad de adquirirla. «Funciona bien, no me puedo quejar, pero sin duda, es en estas fechas cuando más vendemos», asegura a LA RAZÓN.
Aunque grandes ciudades como Londres, Munich, Los Ángeles o Nueva York cuentan con una de características parecidas, son muchos los entendidos que aseguran que Macchinine es la mejor porque posee verdaderas joyas antiguas. «Me preocupo de invertir dinero, de comprar colecciones. Hoy me han ofrecido tres o cuatro, ayer siete. Creía que tendría que ser yo quién buscase, pero todo lo contrario, no hay día que no me ofrezcan algo», confiesa. En estos años son muchas las que ha adquirido, en su mayoría de gente fallecida o herencias y de todo tipo: Scalextric, Matchbox, Dinky Toys Poch, de origen español, alemán o japonés…. y también las que ha rechazado. «Creo que la gente prefiere venderlas aquí porque saben que se quedan en manos de profesionales, que sabemos valorarlas y que acabarán en manos de coleccionistas», confiesa.
En este momento, sus piezas más caras son dos coches de escala 1:8, es decir, ocho veces más pequeñas que el original, aunque posee varias de menor tamaño que vende por dos mil. Posee coches de todas las escalas siendo la más pequeña la de 1:87. «Son muchos los que por estas fechas vienen buscando los coches que tuvieron sus abuelos o sus padres. La mayoría los tengo, pero no siempre en el mismo color», relata. Otros muchos vienen buscando el suyo propio y en ese caso también los personalizan: los pintan, les ponen la matrícula correspondiente, adhesivos... cualquier detalle. Algo que lleva mucho trabajo y tiempo y para lo que tienen lista de espera. También se encargan de buscar modelos imposibles. «Alguna vez han venido directamente con fotografías de coches de los años 30 sin tener ni idea de cuáles eran. Primero los identificamos y luego intentamos localizárselo. A veces no es tarea fácil, aunque prácticamente sé todo lo que se ha construido», apunta. En las últimas semanas del año los más vendidos suelen ser los Seat 600 y los Renault 8. Aunque la lista de los más vendidos en general, la encabezan los Ford Mustang, Ferraris y Porsche.
Sorprendentemente, son muchas las veces en las que son los coches más caros los que se venden más rápido. Y aunque son bastantes los coleccionistas de maquetas de coches, siempre están al tanto de las novedades. «Yo soy el primero que cada vez que recibo cosas buenas les aviso y también son ellos los que se ponen en contacto conmigo para conocer las novedades», asegura. Un mercado en el cada día puedes encontrar una joya nueva. Aún recuerda un camión Matchbox que tuvo a la venta durante cuatro años por mil euros y por el que nadie preguntaba. «Hasta que dos personas se fijaron en él, un peruano y un gijonés, y aunque habían venido varias veces a la tienda no se decidían a comprarlo», relata. Hasta que hace unos meses, el mismo día y con muy poco tiempo de desfase, los dos tomaron la decisión de ir a comprarlo. «Fue el peruano, se lo dejé en 800 euros y cuando vino el de Gijón no se lo podía creer», confiesa entre risas.
Su última venta ha sido un Ferrari SF90 Stradale de 1:18 por el módico precio de 600 euros. Un detalle curioso de esta es que el cliente vino con el original a buscar la maqueta y lo aparcó en la puerta. «Es un habitual de la casa. Podría comprarlo en cualquier otro lado más barato pero siempre lo hace aquí», asegura. Aunque si tuviese que quedarse con un original sería con el Land Rover Defender 109 de Miguel de la Quadra Salcedo. El más especial para él y que guarda en uno de sus garajes. Aunque está inmerso en negociaciones con la familia para quedarse con él, por el momento, se conforma con su maqueta.
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