
Operativo
Desarticulada una red que introducía droga a través Barajas con 16 detenidos y 5 millones incautados
Una de las viviendas se trataba de un piso guardería en el municipio toledano de Sonseca donde fueron localizados 25 kilos de cocaína.
Agentes de la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera han desarticulado una organización dedicada a introducir droga en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas con falsos viajeros deteniendo a dieciséis personas que ocupaban varios puestos dentro del grupo criminal, además de incautar cinco millones de euros. A través de un comunicado, recogido por Europa Press, la Policía ha aclarado que los sospechosos están acusados de delitos contra la salud publica, blanqueo de capitales y tenencia ilícita de armas y explosivos. Durante los cinco registros efectuados en tres domicilios y dos trasteros, los agentes hallaron una pistola, un fusil de cerrojo, un lanzagranadas, multitud de cartuchería, casi 100 detonadores, dos vehículos y diez teléfonos móviles aparte del dinero. Una de estas viviendas se trataba de un piso guardería en el municipio toledano de Sonseca donde fueron localizados 25 kilos de cocaína.
La Policía Nacional ha apuntado que los sospechosos trasladaban la sustancia estupefaciente fuera de las instalaciones aeroportuarias, ya que esta red criminal contaba con personal que aprovechaba su condición de empleado del aeropuerto con acceso restringido al recinto. La investigación comenzó en el mes de octubre del año 2022 con la incautación de varias mochilas que contenían entre 10 y 14 kg de cocaína con origen de diferentes aeropuertos extranjeros, donde resultaron detenidas varias personas. Durante el año siguiente, nuevamente se interceptó equipaje que contenía en su interior más de 40kg de cocaína y los agentes se percataron de que se encontraban ante una organización sofisticada, especializada en el tráfico de droga a gran escala, con una logística y estructura internacional bien establecida.
Las pesquisas de los agentes llevaron a identificar una estructura operativa con reparto de funciones en cada uno de sus miembros, donde el líder de la operación hacía de "conseguidor", actuando de centro neurálgico de la red, integrando y vinculando cada célula a través de decisiones estratégicas, responsable de las medidas de seguridad de la organización y encargado de mantener relaciones con el resto de participantes. La operación también contaba con "rescatadores" encargados de entrar en el aeropuerto haciéndose pasar por pasajeros que accedían a la terminal con tarjetas de embarque de bajo coste para luego recoger las maletas llenas de cocaína en la cinta transportadora de llegadas, quitando la etiqueta de identificación y saliendo del recinto aduanero.
Participaban también los "maleteros" que eran trabajadores de las diferentes empresas que se encuentran en la zona aeroportuaria y facilitaban la entrada de la droga, con un papel crucial en la salida de la mercancía. Además, otro miembro actuaba como testaferro, recibiendo contraprestaciones económicas tanto del líder como de la organización internacional por cometidos como el alquiler o compra de vehículos a su nombre y de propiedades, encubriendo las actividades ilícitas de otros miembros de la organización. También, era el encargado del suministro de armas y municiones. La organización contaba con una persona encargada del blanqueo de capitales a través de un entramado de empresas de las que era el administrador, disponiendo de una oficina física que tenía como empleado al líder para justificar y dar apariencia de normalidad a su nivel de vida. Además, desviaba el dinero a cuentas de países extranjeros, donde viajaba con frecuencia, sacando de circulación el dinero a través de monedas virtuales.
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