A-6

Fin de las obras en el puente de la avenida Padre Huidobro sobre la M-30

La estructura presentaba una reducción de la resistencia del hormigón, lo que dio lugar a la aparición de una importante cantidad de fisuras

Ya hay fecha para abrir al tráfico el puente de la avenida Padre Huidobro sobre la M-30
Ya hay fecha para abrir al tráfico el puente de la avenida Padre Huidobro sobre la M-30Ayuntamiento de Madrid

El Ayuntamiento de Madrid ha finalizado los trabajos de rehabilitación y acondicionamiento de la parte superior del tablero del puente que soporta la avenida Padre Huidobro (A-6) sobre la M-30. De esta forma, la madrugada del jueves, 31 de agosto, al viernes, 1 de septiembre, finalizarán las afecciones al tráfico en la A-6.

Una vez concluida la fase más importante y crucial de la intervención, los trabajos en la parte inferior del tablero, que afectan a la M-30, continuarán hasta mediados de septiembre. Hasta ese momento, se mantendrá la ocupación del carril derecho de la M-30 en sentido norte y del carril anexo de salida a Dehesa de la Villa. El tráfico se mantendrá tanto en los dos carriles restantes de la M-30 en sentido norte como en la salida de Dehesa de la Villa-A-6. En sentido sur de la M-30 no habrá ocupaciones permanentes. Finalizada la ocupación, se realizarán cortes puntuales de carril en la M-30 en horario nocturno para labores finales de acondicionamiento del tablero.

Los trabajos, ejecutadas por el Área de Obras y Equipamientos, se pusieron en marcha después de que los servicios municipales de conservación de estructuras detectasen la existencia de problemas estructurales en el hormigón del tablero, lo que llevó a la necesidad de actuar de forma inmediata para prevenir su evolución y evitar que pudiese llegar a suponer un riesgo para los usuarios.

El puente, proyectado en 1989 y cedido por parte del Estado al Consistorio en 2004 junto a la M-30, tiene una longitud de 63,20 metros y un ancho de 35,34 m. De forma trapezoidal, la estructura se configura con una losa continua de hormigón apoyada en una única pila y en los dos estribos.

La estructura presentaba una reducción de la resistencia del hormigón, lo que dio lugar a la aparición de una importante cantidad de fisuras longitudinales en la cara inferior del tablero. Por ello, ha sido necesaria su impermeabilización para evitar la entrada de agua y así detener la reacción química que degradaba el hormigón. Asimismo, el tablero presentaba deformaciones, por lo que se debía ejecutar un nuevo apoyo intermedio del puente.