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Patrimonio

Madrid "contrata" a dos águilas y un halcón para defender a la Puerta de Alcalá

En la restauración del monumento se detectó que su afección biológica más acusada era la ocasionada por la colonización de aves, principalmente palomas

Retiran completamente la lona de la Puerta de Alcalá y ahora se centran en la conservación del monumento A. Pérez MecaEUROPAPRESS

El Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha un nuevo sistema de conservación de la Puerta de Alcalá que consiste en emplear un halcón y dos águilas para ahuyentar a las palomas, causantes de la afección biológica más destacada del monumento, como se ha podido comprobar durante los trabajos de restauración, a punto de culminar.

Esta medida no se ha aplicado hasta ahora en la conservación de monumentos del Ayuntamiento de Madrid, por lo que se trata de una medida sin antecedentes en la ciudad que se irá valorando progresivamente a lo largo del año 2024. Tal y como ha señalado la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, “si da resultado, será un gran éxito”.

“La restauración de la Puerta de Alcalá ha sido única por tratarse de un emblema de la ciudad prácticamente desde su construcción y por su metodología, en la que se han seguido los criterios más avanzados y las técnicas más punteras, y esa línea se va a mantener para garantizar la conservación del monumento”, ha añadido.

Tras analizar las patologías de la Puerta de Alcalá, se detectó que su afección biológica más acusada era la ocasionada por la colonización de aves, principalmente palomas, en forma de depósitos orgánicos generados por la acumulación de plumas, nidos y deyecciones por toda la superficie, incluso anidación en lugares resguardados del viento, temperatura y lluvia.

Todos estos restos generan alteraciones estéticas y daños químicos como la formación de fosfatos, acidificación y corrosión del soporte pétreo, ya que las deyecciones contienen amoniaco, ácido úrico, fosfórico, oxálico y sales, elementos muy agresivos con la piedra. Los excrementos se convierten también en sustrato y fuente de nutrientes para otros organismos como bacterias y hongos, lugar de crecimiento de líquenes y musgos, así como insectos y microorganismos o incluso el crecimiento de raíces de plantas superiores, provocando humedad que facilita otras reacciones químicas, a las que se suma los daños físicos o mecánicos de estas raíces o del picoteo y la actividad del ave en el monumento.

Así las cosas, desde la Dirección General de Patrimonio Cultural se valoraron diferentes sistemas de disuasión para estas aves, y se optó por realizar vuelos ahuyentadores con halcones adiestrados para este tipo de palomas que habitan en el entorno de la Puerta, ya que la presencia de aves rapaces intimida a las palomas y hace que no permanezcan en el monumento.

Para determinar este plan de acción, se realizaron consultas al Departamento de control de vectores de la Subdirección General de Salud Pública del Ayuntamiento de Madrid y Flora y Fauna de la Comunidad de Madrid, y se contó con la asesoría del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) del Ministerio de Cultura.

A continuación, se obtuvo la autorización de la Dirección General de Biodiversidad y Gestión Forestal de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior para la realización de estos vuelos disuasorios para las palomas, que provocan riesgo higiénico-sanitario y daños estructurales.

En concreto, el plan prevé una fase de tratamiento de choque de duración aproximada de seis meses donde se realizan vuelos a diferentes horas del día para que las palomas no se habitúen a un horario específico, consiguiendo implantar su actividad en la zona. Tras la valoración de la efectividad de la medida, se llevaría a cabo un tratamiento de mantenimiento a largo plazo, don vuelos dos días. Las especies que volarán son dos águilas Harris y un halcón híbrido Gerifalte sacre.