Medio Ambiente
Madrid: los otros 300 árboles que por ahora nadie reclama
Las dos últimas peticiones de Adif a Cibeles plantean la tala de otras tantas unidades en las obras de la estación de Atocha y la de Cercanías en Aluche
La tala de árboles derivada de las obras de la línea 11 de Metro ha quedado, por el momento, suspendida. La Comunidad de Madrid anunció el pasado lunes que los trabajos se interrumpían para realizar un análisis «pormenorizado» de las 240 unidades afectadas de Madrid Río. Una decisión que se toma tras la manifestación, este pasado fin de semana, de centenares de vecinos de Arganzuela en protesta por la tala. Si bien se modificará el proyecto constructivo para impedir la desaparición de estos árboles, el Gobierno regional ha asegurado que no reubicará la estación. De esta forma, tal y como aseguró ayer el consejero de Transportes, David Pérez, el Ejecutivo regional espera que la polémica quede «cerrada» y no siga siendo «estirada» por los partidos de izquierda con fines electoralistas.
Quede o no cerrado el tema, lo que sí está por explicar son los casi 1.200 árboles talados esta legislatura por el Gobierno del PSOE y Podemos, dentro de las obras de Cercanías y Adif, ambos entes públicos dependientes del Ministerio de Transportes: 1.050 de ellos corresponden a las obras de Adif –en un entorno comprende, entre otros puntos, Atocha, Chamartín y Méndez Álvaro–, mientras que otros 143 árboles se han perdido por las obras en la estación de Cercanías de Ramón y Cajal, teniendo como zonas afectadas la avenida Pío XII y San Cristóbal de los Ángeles, entre otras. Ambas actuaciones las ejecutaron los organismos estatales previa autorización por parte del Ayuntamiento de Madrid.
El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, hizo ayer referencia a estas talas después de la paralización de las obras anunciada por la Comunidad de Madrid. Durante su visita al entorno, recientemente urbanizado, de la calle Sierra Toledana, el regidor preguntó si el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos también «reevaluará» el impacto de sus obras sobre el arbolado en la ciudad de Madrid. «¿O solo hay que hacerlo cuando quien ejecuta las obras es la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid?», preguntó.
«Es una cuestión de sentido común. Igual que es necesaria, a mi juicio, la ampliación de la estación de Atocha que va a hacer Adif –y por eso hemos autorizado una afección de 300 árboles, yo no soy tan hipócrita de decir que, como es el Gobierno de España, no le aplico el mismo criterio que a la Comunidad, como hace la izquierda», argumentó el alcalde. Por eso, ve con buenos ojos que el Gobierno regional busque «puntos de encuentro» entre generar la menor afección al arbolado y «que se ejecute una infraestructura tan importante» como la ampliación de la línea 11. En ese sentido, hay que recordar que el Gobierno regional, en palabras del consejero de Transportes, ha accedido a reunirse con los vecinos de las zonas afectadas.
Últimas peticiones
LA RAZÓN ha tenido acceso a dos de las últimas autorizaciones, a petición de organismos estatales, para la tala de árboles en la capital. En ambos casos, todavía no se han ejecutado. En el caso del proyecto de la estación de Atocha, se reseña a Adif que, de las 332 unidades afectadas, «247 ejemplares se encuentran en estado aceptable». Y, debido a su tamaño, «no presentan garantías suficientes de supervivencia en caso de trasplante, por lo que se autoriza a su tala y retirada».
En cuanto a la remodelación de la estación subterránea de Cercanías en Aluche, una de las últimas peticiones hace referencia al «inventario del arbolado afectado»: 32 unidades. «El arbolado», se indica en el proyecto, «podrá ser objeto de trasplante o de tala, en el caso de que no pueda ser conservado. Se propone la tala y posterior retirada de los tocones de los ejemplares arbóreos que se encuentran en la zona de actuación, ya que, por su situación, es inviable ejecutar las obras manteniendo dichos ejemplares». Todo ello, apuntan, siguiendo la ley de Protección y Fomento del Arbolado Urbano vigente en la Comunidad de Madrid.
El informe explica que se ha optado por la tala de los árboles «y compensarlos posteriormente con la plantación de nuevos ejemplares. Esto es debido a que el arbolado afectado es considerado arbolado urbano, con una edad y unos tamaños elevados que hacen que su arraigo tras el trasplante sea muy difícil». Además, explican que el «estrés ambiental al que están sometidos estos ejemplares (escasez de sustrato para el desarrollo de sus raíces, daños mecánicos, enfermedades, etc.), hace aún más difícil el conseguir un trasplante satisfactorio». Por todo ello, se estima que el trasplante supondría «un elevado gasto económico» frente a un probable «escaso éxito».
10.000 árboles
Martínez-Almeida quiso recordar ayer que, durante su mandato, se han plantado «215.000 árboles». Una cifra que contrasta con los «1.193» eliminados desde que Pedro Sánchez está en la Moncloa. Por otro lado, tuvo palabras para la oposición. Especialmente para la candidata de Más Madrid a la Alcaldía, Rita Maestre. La candidata formó parte del Gobierno de Manuela Carmena, que solo en 2017 reconoció haber talado 10.000 árboles. Un ejemplar cada 52 minutos. El Consistorio gobernado entonces por Ahora Madrid justificó su decisión por «la situación de emergencia» que se encontró en 2015, debido a posibles accidentes que podían causar.
Desde Ecologistas en Acción, una de las organizaciones más beligerantes contra la tala de árboles ahora paralizada, aseguran a LA RAZÓN que se encuentran «haciendo un seguimiento» de la tala llevada a cabo por Cercanías y Adif, según afirmó a este diario su portavoz en Madrid, Jesús Martín Hurtado. «Estamos investigando el asunto. Desde Ecologistas no apoyamos ninguna tala de árboles. En caso de que exista una vía legal para actuar, lo haremos», añadió el portavoz.
En relación al caso protagonizado por el Gobierno regional, Martín Hurtado afirma que, por el momento, «solo se ha solucionado el problema de forma momentánea», ya que la paralización de las talas son las correspondientes al «parque de Arganzuela, no las del parque de Comillas», que afecta a 300 árboles. En su opinión, se produjo «una negligencia de la comunicación pública del proyecto». Por ejemplo, la posibilidad, recogida en el documento, «de poder trasplantar ciertas especies cuando no tenían las condiciones precisas para sobrevivir». Esto motivó el recurso, presentado el pasado viernes por Ecologistas ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en el que denunciaba supuestas «irregularidades» en el estudio de impacto ambiental y la declaración de impacto ambiental del proyecto de ampliación de la línea 11 de Metro.
Aún está por ver si las asociaciones vecinales que protestaron por la tala se conforman con la paralización decretada por la Comunidad de Madrid. Una veintena de organizaciones consideraron ayer «acertada», pero «insuficiente» la decisión de la Consejería de Transportes. En un comunicado conjunto, critican que la misma localización de la estación de Madrid Río en el parque de Arganzuela es algo «inaceptable».
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