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Madrid: siete zonas de la ciudad vivirán interconectadas gracias al Internet de las Cosas

El Ayuntamiento de la capital inaugura en la UPM su laboratorio IoT. Las pruebas de esta tecnología en la ciudad llegarán antes de 2025

Una de las pruebas con luminarias en el laboratorio habilitado en la Universidad Politécnica de Madrid
Una de las pruebas con luminarias en el laboratorio habilitado en la Universidad Politécnica de MadridAyuntamiento de Madrid

Bajar a tirar la basura, y que la intensidad de la luminaria identifique tu presencia, de forma que pueda aumentar su intensidad; contenedores cuyos sensores midan la temperatura, el llenado y la posibilidad de humo; farolas que varíen su luminosidad en el caso de que conduzcamos una bici de Bicimad; pasos de cebra que avisan visualmente a los conductores por la presencia de un peatón... En resumen, bancos, papeleras, farolas, contenedores... los millones de elementos urbanos que conforman el callejero, interconectados entre sí. Con una doble finalidad: ahorro energético y comodidad para el ciudadano.

No pasarán muchos años hasta que veamos esta red en las calles de la capital. El Ayuntamiento de Madrid inauguró ayer el laboratorio de Internet de las cosas ciudad de Madrid, IoTMADLAB, fruto del convenio de colaboración suscrito con la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), y que cuenta con financiación del Foro de Empresas madrileño. Una iniciativa que se enmarca dentro de la estrategia de transformación Madrid Capital Digital, presentada por Cibeles el pasado mes de noviembre, y que persigue tres fines: conseguir los mejores servicios digitales para las personas, dotar de inteligencia a la ciudad y reforzar el posicionamiento de Madrid como polo de innovación digital.

«Se trata de lograr una ciudad hiperconectada, con un mejor ajuste de la oferta y demanda de los servicios», explica a LA RAZÓN Fernando Álvarez, subdirector de Transformación Digital del Ayuntamiento de Madrid. Como describe Álvarez, el reto no está en la implantación de los sistemas descritos al principio de este artículo: en realidad, está en su interconexión. «Los datos que generan los distintos equipamientos de la ciudad hay que analizarlos, interpretarlos y, después, que tomen decisiones. Una farola o un banco pueden tener sensores incorporados. Sin embargo, cada uno habla su propio lenguaje, debido a que pertenecen a distintos fabricantes. El objetivo es dar con un estándar común», añade. Uno de los ejemplos es el de la domótica: la luz, el aire frío o caliente, el cierre de puertas... todo ellos, interconectado a través de la red wi-fi.

Es ahí donde cobra importancia el nombre del laboratorio inaugurado ayer: IoT, Internet of the Things, o Internet de las Cosas en castellano: la capacidad de los objetos físicos de interactuar, comunicarse y comprenderse a través de la red. Y para lograrlo, se necesita un «lenguaje común», como se explicó ayer. Para ello, se está colaborando con las empresas que suministran tecnología y que prestan servicios a la ciudad, y con los diferentes responsables técnicos de los servicios municipales. Hay que tener en cuenta que se trabajará con herramientas que están en constante cambio y evolución, como la inteligencia artificial, la realidad virtual, el blockchain o la ciberseguridad.

Áreas heterogéneas

La pregunta es inevitable: ¿cuándo lo veremos? Como avanza Fernando Álvarez, «una vez que se completen las fases 1 y 2 del proyecto, está previsto que se desplieguen siete espacios urbanos en distintos puntos de la ciudad». En cuanto a los plazos, teniendo en cuenta que el convenio finaliza el 31 de diciembre de 2024, en lo que queda de año se implantará en al menos tres espacios –previsiblemente después de las elecciones–, mientras que para el año que viene se llevaría a cabo en los cuatro restantes.

Sobre los puntos elegidos, Álvarez explica que aún es muy pronto para saberlo. «Están por determinar. Hay que hablar con todos los grupos técnicos municipales, los que se encargan de la calidad del aire, de las zonas verdes... Serán ellos los que elijan las áreas. En todo caso, sí nos gustaría que las zonas elegidas sean heterogéneas».

En cuanto al objetivo de polo de innovación digital, el subdirector de Transformación Digital recuerda que la iniciativa se basa en la colaboración público-privada. Así, el laboratorio se financia directamente con las aportaciones de las empresas del Foro de Empresas por Madrid. Un caso que refuerza la cooperación entre las instituciones para maximizar las capacidades digitales de la ciudad.

Por último, desde Cibeles subrayan que el proyecto ha despertado el interés de instituciones europeas como Eurocities y la European Network of living Labs, así como de las empresas y operadores de servicios. Además, responde al programa de fomento del Govtech para la promoción de start ups y scale ups de base tecnológica, así como para la generación de talento con nuevos perfiles digitales. Todo ello como fuente de atracción de inversión y creación de empresas tecnológicas y de servicios.