
Medio Ambiente
Madrid vaticina un frenazo industrial en cinco años por la política energética del Gobierno
La Comunidad impulsa su plan «Madrid Forestal» para proteger los montes frente a los incendios

La Comunidad de Madrid se ha puesto en guardia y contempla con disgusto su futuro más inmediato después de alertar de que su progreso económico se verá comprometido en los próximos cinco años por la política energética del Gobierno central. «Pone en riesgo el progreso y la competitividad de la región», ha explicado el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, durante un encuentro con los medios de comunicación.
El consejero madrileño cree que el problema está en la falta de planificación eléctrica y el cierre progresivo de las centrales nucleares, una política medioambiental que «comprometerán el futuro industrial y tecnológico de Madrid en los próximos cinco años».
Y es que los planes del Ministerio para la Transición Ecológica, dejaban fuera proyectos clave para nuevos desarrollos urbanos e industriales, lo que ha encendido las alarmas en la Puerta del Sol.
El problema radica en un desequilibrio entre la velocidad de crecimiento económico y la capacidad de la red eléctrica nacional que deja fuera a grandes desarrollos urbanísticos que dependen de puntos de conexión.
«Estamos hablando de una situación inédita: por primera vez, una industria podría no implantarse en España por falta de energía eléctrica», ha denunciado Novillo.
De momento, la energía necesaria para abastecer Madrid Nuevo Norte está garantizada, pero la incertidumbre se centraba ahora en los desarrollos del sureste después de que Madrid cuente con más de 60.000 viviendas comprometidas en desarrollos urbanísticos y decenas de proyectos empresariales que no figuran en la planificación inicial del Gobierno central.
Así las cosas, el suministro de nuevas urbanizaciones y proyectos tecnológicos podrían quedar en el aire.
De momento, Novillo respira después de que en la reunión de hace unos días con el Secretario de Estado de Energía éste se comprometiera a revisar la situación aunque, de momento, esa decisión no se ha plasmado por escrito. No obstante considera que la rectificación «llega tarde y refleja una falta de visión estratégica preocupante». «Estamos perdiendo el tren de la digitalización», lamentó.
Un ejemplo claro es el de los centros de procesamiento de datos (CPD). Madrid concentra ya más del 60 % del tráfico digital del país y multinacionales de alto perfil han elegido la región para instalarse. Sin embargo, estos proyectos requieren importantes volúmenes de energía y suministro estable. «Estamos hablando de inversiones millonarias que podrían desviarse a otros países o regiones más previsoras. No es un problema local, es una pérdida de competitividad para toda España», detalló.
El consejero de Digitalización, Miguel López-Valverde, también avisaba de esta circunstancia hace unos días y expresaba su preocupación por que después del cupo catalán pudiera venir ahora un cupo energético que pudiera autorizar una ampliación de capacidad energética a Cataluña y País Vasco en detrimento de una comunidad como la madrileña, limitando así su bienestar y su industria. «Tendría graves perjuicios porque la electricidad es bienestar, es riqueza, es industria. Hablar de cupos es tener las miras muy cortas», dijo hace unos días.
Estrategia verde contra los incendios
Más allá de la preocupación por la situación energética, Madrid quiere consolidar su estrategia de transformación verde después de un verano marcado por los incendios, en el que el de Tres Cantos, ocurrido ahora hace dos meses, ha sido especialmente trágico.
Novillo ha asegurado que «el verdadero problema no está solo en las llamas, sino en la falta de gestión». El abandono del medio rural, la pérdida de rentabilidad agraria y una normativa «demasiado rígida» han dejado a los montes madrileños en un estado de vulnerabilidad estructural.
Teniendo en cuenta esta circunstancia, La Consejería ha puesto en marcha el plan Madrid Forestal, con el que pretende multiplicar por veinte la extracción de madera para reactivar un sector que genera empleo y contribuye a sanear los bosques.
El objetivo de la Consejería no es restaurar el equilibrio ecológico, sino también identificar qué ejemplares que deben ser retirados para favorecer el crecimiento de otros más fuertes y resistentes.
El modelo se basa en ordenación técnica y supervisión constante, con apoyo de los agentes forestales y subvenciones para propietarios privados que suponen el 66% del territorio forestal madrileño. «Si no gestionamos los montes, los incendios lo harán por nosotros», asegura el consejero.
El primero de estos aprovechamientos de madera planificados será en un monte de utilidad pública de Gascones del que se extraerá materia de pino silvestre.
«Se trata de una actividad esencial para sostener las estructuras de defensa ante incendios, ya que permite bajar el nivel de combustible, crear cortafuegos y fajas de defensa. También hace la masa arbórea más adaptable a sequías o grandes lluvias, así como a plagas y enfermedades».
La Comunidad de Madrid ha hecho ya sus cuentas de tal manera que el Ejecutivo autonómico pasará de facilitar 18.504 metros cúbicos de madera que le supondrán unos ingresos de 510.045 euros en la pasada legislatura a poner en el mercado 357.333 que aportarán 4,1 millones en 2026, lo que supone un incremento del 716%.
Así, serán los agentes forestales de la Comunidad los que se encargarán del control de esta primera iniciativa en Gascones. De hecho, se ha puesto en marcha una unidad específica que estará coordinada con los técnicos que se ocupan de la gestión de los montes.
Plantas fotovoltaicas: solo un 4% del terreno
Por otra parte, uno de los asuntos más polémicos gira en torno a la proliferación de plantas fotovoltaicas. Mientras el Gobierno central impulsa su expansión masiva como parte de la transición energética, la Comunidad de Madrid quiere implantar un modelo que será «ordenado y compatible» con el mantenimiento del paisaje agrícola.
Novillo defiende el «mosaico agrícola, ganadero y forestal» como herramienta no solo de prevención de incendios, sino también de equilibrio territorial.
El consejero ha dejado claro que la instalación indiscriminada de paneles solares en zonas de olivar o viñedo productivo supone una amenaza directa para la identidad rural y la economía local.
«Hay que proteger el suelo fértil», afirma, y por ello la Comunidad trabaja en un plan de protección del paisaje que identifique zonas aptas para la energía solar sin comprometer los cultivos tradicionales.
El asunto de las placas fotovoltaicas está trayendo conflictos en localidades como Aranjuez. De hecho, el Pleno del Ayuntamiento de Aranjuez ha aprobado por unanimidad emprender acciones judiciales contra la instalación de plantas solares fotovoltaicas en el entorno del municipio, dentro de la zona de amortiguamiento del Paisaje Cultural de Aranjuez, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2001.
El impulso a la Denominación de Origen Aceite de Madrid y a los vinos de la región, que por primera vez en 25 años ven crecer sus superficies de cultivo, se enmarca en esta misma estrategia. «Nuestros pueblos solo tendrán futuro si hay vida y rentabilidad económica», ha detallado el consejero madrileño durante su encuentro con los medios de comunicación.
Crece la superficie arbolada
►La Comunidad de Madrid tiene 420.000 hectáreas de superficie forestal que supone el 53% del total. Pero se da la circunstancia, además, de que la superficie arbolada ha aumentado hasta alcanzar el 40%, lo que ha incrementado la biomasa acumulada, con todos los riesgos que ello conlleva, como es la posibilidad de incendios, plagas, enfermedades y la posibilidad de que los fenómenos meteorológicos adversos impacten de manera más severa. Así, el Ejecutivo autonómico tiene previsto modificar la Ley Forestal y de Protección de la Naturaleza con la idea de «reforzar la cultura de prevención de los incendios, mejorar los instrumentos de planificación, clarificar las obligaciones de propietarios y gestiones de terreno y garantizar una respuesta más rápida y eficaz ante las emergencias», detalla la Consejería de Medio Ambiente. La nueva norma incidirá en hacer compatible la ganadería extensiva como aliada en el cuidado de los montes y la lucha contra el abandono rural. Esta actividad «permitirá reducir la biomasa combustible, regenerar suelos y mantener la biodiversidad».
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