Historia
Monarquía, República y algo más en el Museo Geominero de Madrid
Aquí se plasma, en su arquitectura, los avatares políticos de España: del escudo real de Alfonso XIII al republicano o el yugo y las flechas
Una de las instituciones más relevantes en nuestro país, en lo que al saber científico y técnico se refiere, es el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) del CSIC. Una institución que precisamente, el pasado viernes 12 de julio de 2024, ha conmemorado el 175 aniversario de su inauguración en un acto oficial en el que se presentó el libro Instituto Geológico y Minero de España: 175 años.
Sus orígenes parten de la «Comisión para la Carta Geológica de Madrid y General del Reino», fundada por Isabel II de España en el año 1849. En aquel momento, desde el Gobierno, cosa rara, alguien tuvo una mirada científica. Así, entre 1870 y 1910 pasó a denominarse «Comisión del Mapa Geológico de España» y desde 1910 recibió el nombre de «Instituto Geológico de España».
Los cambios de nombre no acabaron ahí. En 1926 se establece su sede definitiva en el edificio del número 23 de la calle Ríos Rosas de Madrid. Y en 1927 recibió su actual denominación, destacando la minería entre sus objetivos principales. Luego, con la llegada de la democracia, y la reorganización de la Administración, en 1977, tras la promulgación de la Ley de Fomento de la Minería, se convirtió en organismo autónomo.
Pero esa no fue su estación Termini. En 1986 la ley de Fomento y Coordinación General de la Investigación Científica y Técnica le atribuyó el carácter de organismo público de investigación.
Durante unos años, entre 1988 y 2001, se denominó «Instituto Tecnológico Geominero de España» (ITGE)... Todo hasta que en marzo de 2021 fue integrado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dejando de ser un organismo independiente y convirtiéndose en un centro nacional.
Mención aparte merece que desde 1988, el IGME dispone de una litoteca de sondeos en Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba) que, a modo de centro documental, custodia, conserva, gestiona y pone a disposición pública los testigos, ripios y muestras de casi 12 000 sondeos de todas las comunidades españolas, con más de 207 000 m de testigos continuos y dos millones de ripios de sondeos de hidrogeología e hidrocarburos. Las muestras proceden de la propia actividad del Instituto o de cesiones de empresas, la mayoría de sondeos realizados para estudios hidrogeológicos y prospección de minerales metálicos. Custodia asimismo una colección de cerca de 40 000 láminas delgadas con muestras petrográficas.
En su sede de Madrid se atesoran sus importantes colecciones de minerales, rocas y fósiles procedentes de todas las regiones españolas y de antiguos territorios coloniales. El edificio está situado junto a la Escuela de Ingenieros de Minas, del arquitecto Velázquez Bosco. Las mole que podemos contemplar hoy en día es un buen ejemplo de la importancia que se le daba al saber -y extender el conocimiento- en el siglo XIX e inicios del XX. Obra de Francisco Javier de Luque, se trata de un ejemplo extraordinario de museo científico, con un salón central repleto de vitrinas de madera tallada y cubierto por una gran cristalera cenital que cuelga de una estructura de hierro forjado y plomo.
Se accede a la sala principal del Museo a través de una escalera monumental de mármol de Macael, en Almería, cubierta por una gran vidriera, la más grande del edificio tras la de la sala central. En ésta se puede observar el escudo de la II República española, que no fue alterado durante el franquismo. En el techo de la sala central hay un escudo de Alfonso XIII que fue quien inauguró la institución. Por último, la fachada del edificio cuenta con el escudo del águila de San Juan, el yugo y las flechas, que fue instalado en plena posguerra cuando acabó de construirse el edificio. Una institución que resume muy bien los avatares políticos de España.
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