Palacios
Palacio del Conde de Campo Alange, de quinta de recreo a colegio en Carabanchel
Por él pasaron Godoy, la condesa de Chinchón o la reina Isabel II
Madrid es, sin duda, mucho más que el centro histórico. De hecho, más allá de los límites de la M-30 hay auténticas joyas arquitectónicos muchas veces desconocidas por la gran mayoría.
Uno de los distritos que más sorpresas guarda en este sentido es Carabanchel, que en el siglo XIX fue el lugar elegido por multitud de nobles para levantar sus palacetes y quintas de recreo.
En esta ocasión nos centramos en el actual colegio Amorós, ubicado en un viejo palacio conocido Quinta del Conde de Campo Alange, construido por Manuel José de Negrete y de la Torre, II conde del Campo Alange y I marqués de Torre Manzanal.
Negrete, un destacado militar, político y diplomático del siglo XVIII, decidió establecerse en la corte en 1786. Adquirió una casa huerta y varias tierras en el alto Carabanchel, a las afueras de Madrid, donde configuró una extensa posesión de 11.83 hectáreas, convirtiéndose así por extensión en la segunda de dicho lugar tras la de los condes de Miranda, la que después heredaría la emperatriz Eugenia de Montijo y en la que se levantó también un palacio, hoy desaparecido.
Mandó construir la casa palacio y las edificaciones auxiliares, además de trazar los jardines y la huerta adyacentes, encargando el proyecto al joven arquitecto Ramón Durán, discípulo de Ventura Rodríguez, cuyo diseño reflejaba un clasicismo barroco italianizante.
El palacete se situó al norte de la finca, cerca de la antigua calle de la Cañada. La residencia, de dos niveles, semisótano y sotabanco, tiene una planta rectangular y tiende a la simetría según un eje norte-sur. Consta de tres cuerpos: uno central y dos laterales que se adelantan ligeramente, semejando torreones. La entrada principal, destacada por un pórtico, lleva a una exedra con una escalera de doble ramal. El interior, aunque reformado, destacaba por el gran salón con vistas al jardín y habitaciones decoradas con suelos de pizarra y alabastro, papeles pintados y chimeneas de mármol.
En los alzados, Durán mostró su influencia de Ventura Rodríguez con elementos como pilares y pilastras rústicas, óculos y balaustradas. Además, se construyeron tres estanques, uno grande con una isla, uno oval y otro mixtilíneo con fuente y mascarón. También se añadieron caprichos arquitectónicos como una faisanera, un criadero de pavos reales y un templete cupulado que originalmente funcionaba como capilla.
Tras disfrutar de la propiedad, Negrete vendió la finca en 1803 a la reina María Luisa de Parma, quien la adquirió para su favorito Manuel de Godoy y su hija Carlota Luisa. Esta propiedad pasó a ser un refugio para ésta y su madre, la condesa de Chinchón, durante los difíciles años de la invasión francesa.
En 1826, tras años de abandono, la finca fue vendida a Manuel Ramón de Villachica, quien restauró la propiedad. La finca cobijó a la reina niña Isabel II y su corte en 1834, durante una epidemia de cólera. 12 años después, pasó a José de Fontagud-Gargollo, un banquero gaditano, y posteriormente al célebre José de Salamanca.
A partir de 1870, el vizcaíno Mariano de Larrinaga adquirió la finca y realizó importantes mejoras. Sin embargo, su hija vendió el conjunto en 1941 a la Compañía de María, que la adaptó para ser un Escolasticado bajo la dirección del arquitecto Luis Moya, que respetó la estructura original del palacete y añadió nuevas construcciones en un estilo coherente, integrando el palacio original en un conjunto de edificios organizados alrededor de un claustro, incluyendo una capilla de planta de cruz griega y cúpula nervada.
Desde 1941, la Quinta del Conde de Campo Alange ha servido como el colegio Nuestra Señora del Pilar, conocido también como colegio Amorós, gestionado por la Compañía de María. La adaptación y ampliación del edificio original para su uso educativo han permitido mantener y preservar esta importante pieza del patrimonio arquitectónico y cultural de Carabanchel.
La Quinta del Conde de Campo Alange es, en la actualidad, un testimonio de la rica historia y evolución de Carabanchel como lugar de recreo junto a otros ejemplos palaciegos como el del Marqués de Salamanca en la finca Vista Alegre.
Dónde
C/Joaquín Turina, 37 (Madrid)
Arquitecto
Ramón Durán (discípulo de
Ventura Rodríguez)
Año de construcción
1786
Nivel de protección
Integral
Uso actual
Colegio Hermanos Amorós, de la Compañía de María (Marianistas)
✕
Accede a tu cuenta para comentar