Los parlamentos autonómicos: una historia de éxito

Tras el paréntesis estival, la Asamblea de Madrid retoma en septiembre la plenitud de las tareas parlamentarias. Después de la reunión de la Mesa el pasado lunes para analizar los centenares de escritos presentados en agosto, la Junta de Portavoces fijó los temas a tratar en el primer pleno del periodo de sesiones, que tendrá lugar el jueves 14 de septiembre. En paralelo, las comisiones de la Asamblea comenzarán su labor el próximo lunes 18 de septiembre.

Este inicio de los trabajos del primer periodo de sesiones de la XIII legislatura se complementa con las reuniones que la presidenta Isabel Díaz Ayuso mantendrá, por propia iniciativa, con los portavoces parlamentarios de los partidos con representación parlamentaria. El objetivo es conocer sus inquietudes y propuestas para mejorar la vida de los madrileños. Sería deseable que este habitual y fructífero encuentro, ya tradicional en Madrid, fuera imitado por otros presidentes de gobierno.

Y así, los 135 diputados que fueron elegidos por los madrileños el pasado 28 de mayo se encontrarán en disposición de llevar a cabo las labores de control al Gobierno y las tareas legislativas propias de una cámara parlamentaria. Originariamente, su función principal era la legislativa, pero durante los últimos tiempos ha cobrado mucha fuerza la competencia de control a la labor del gobierno, de gran importancia, puesto que permite que los diputados conozcan en detalle cómo se prestan los servicios públicos y puedan hacer propuestas de mejora o expresar su disconformidad con aquello que creen que no funciona correctamente.

En lo que respecta a la función legislativa, el programa electoral del actual Gobierno contiene una serie de propuestas de nuevas leyes o modificaciones de las anteriores. Por ese motivo, una vez que los proyectos lleguen a la Cámara de Vallecas, los diputados podrán aprobarlos o no, y modificarlos mediante el proceso de enmiendas con el objetivo de mejorarlos. También es posible para los distintos grupos parlamentarios proponer normas bajo la forma de las proposiciones de ley. Una parte relevante de esta labor legislativa es la tramitación del proyecto de Presupuesto de la Comunidad de Madrid para el año 2024, que llegará a Vallecas a finales de octubre y conllevará dos meses de trabajo de los diputados.

Sería recomendable que esta destacada labor que van a desarrollar los diputados madrileños sea presidida por un debate enriquecedor y vivo, que se aleje de los insultos y enfrentamientos que desde hace algunos años han empobrecido nuestra vida política.

Todo esto que va a suceder en la Asamblea durante los próximos meses lleva aconteciendo desde hace 40 años. La Asamblea de Madrid empezó a trabajar en el verano de 1983 y, desde entonces, todas estas labores se han desarrollado afortunadamente sin solución de continuidad. ¡Cómo ha avanzado nuestra región desde entonces! ¡Qué diferente es este Madrid del que existía hace cuatro décadas!

El sistema autonómico, fruto de la Transición, contempló la existencia de parlamentos regionales. Desde entonces han sido un instrumento valioso a través del cual varias generaciones de diputados se han esforzado en mejorar los servicios públicos y el nivel de vida de los ciudadanos, acertando en mayor medida por el hecho de atender a la extraordinaria riqueza y diversidad existente en las regiones españolas. En la actualidad, hay unos pocos que reniegan de la Transición y de nuestro modelo autonómico. Son pocos, pero son poderosos porque existen políticos en España que están dispuestos a atender sus imposiciones. Por eso, es importante, en estos momentos de incertidumbre, recordar el éxito durante cuatro décadas de los parlamentos de las diferentes comunidades autónomas.

Enrique Ossorio Crespo

Presidente de la Asamblea de Madrid