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Historia

El Paular, refugio artístico y espiritual

Un origen, en la Casa Real de los Trastámara, en 1390, para un lugar que es todo un referente histórico de Madrid

Monasterio de El Paular, en Rascafría Comunidad de Madrid (página oficial)

Un espacio, de la historia de la Comunidad de Madrid, que por alejado de la Villa y Corte, ha permanecido aislado en el devenir de la capital, y también en su relevancia en el turismo que, año a año, llega a la gran ciudad.

Arte en El PaularLR

El 29 de agosto de 1390, en presencia de Juan I, Juan Serrano, obispo de Sigüenza, «hizo a dom Lope el traspaso y canónica colación de la ermita situada en la cabecera del Valle de Lozoya, cuyo nombre era el de Santa María del Poblar, por delegación de don Pedro Tenorio, arzobispo de Toledo». Juan I de Castilla por disposición testamentaria de su padre Enrique II, donaba, así, a la orden cartujana, en la persona de su procurador dom Lope Martínez, monje de Scala Dei y natural de Segovia, sus palacios del Poblar, antiguo pabellón de caza desde tiempos de Alfonso XI. El conjunto monumental del monasterio está declarado como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento desde 1876, es de titularidad estatal y adscrito al Ministerio de Educación Cultura y Deporte. Fue, desde su fundación en 1390 y hasta 1835, un monasterio cartujo, exclusivo de esa orden... hasta que en 1954 empezó a operar como priorato benedictino.

Se estableció el acta de la primera cartuja de Castilla y sexta de las fundaciones cartujanas de España, ubicada, entonces, en la provincia de Segovia, aunque desde 1834 pertenece a la provincia de Madrid, en el espectacular espacio geográfico del valle del Lozoya, a kilómetro y medio de Rascafría y a una hora larga de la capital de España.

Monasterio de Santa María del Paular, en RascafríaCM

Una cartuja que se mantuvo sólida, incluso ante el terremoto de 1755, que fue cuartel general de las tropas de Napoleón en su invasión de España, recibió los envites de la desamortización y objetivo de los rayos. Un monasterio que inspiró a pensadores como Jovellanos o Enrique de Mesa y albergó, tras el paso de los siglos y la llegada de nuevas ideas, a la Institución Libre de Enseñanza y la Residencia de Pintores Paisajistas desde 1918.

Un compendio de estilos artísticos, pues su obra arquitectónica abarca desde el gótico de reminiscencias mudéjares, renacimiento, pasando por el barroco, hasta nuestros días, que tras un proceso de restauración, recupera todo su esplendor en armonía con el majestuoso paisaje de cielo azul, densos pinares e imponentes cumbres que le rodean, en pleno corazón del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

Arte en El Paular

En un tiempo cercano, cercano para un lugar cargado con siglos de historia, cabe recordar que en 1903 un rayo destruyó el chapitel de la torre de la iglesia y produjo un incendio con consecuencias importantes. Esto no impidió que el monasterio albergara entre sus muros a intelectuales de la época. Primero, la Institución Libre de Enseñanza, con don Francisco Giner de los Ríos, que lo eligió como destino de las excursiones de sus pupilos. Posteriormente, entre 1918 y 1953 se instaló la beca de paisajes de pintores pensionados en El Paular. A mediados del siglo XX vuelve la vida religiosa al Monasterio cuando el Estado se lo ofrece a sus antiguos moradores, los cartujos, que lo rechazan. Siendo entonces la cartuja es ofrecida a una comunidad de benedictinos en La Rioja, «La Abadía de Valvanera», cuyos monjes llegan a El Paular el 20 de marzo de 1954. Son monjes benedictinos, de la Congregación «Sublacense», encargados entre otras tareas, de realizar las visitas guiadas al monasterio.

En 2017 se crea un Centro de Espiritualidad Monástica único en Europa, en el que disponen de hospedería, donde acoger a todas las personas que deseen compartir una experiencia monástica. Un espacio ideal de recogimiento, de historia y reflexión.