La entrevista
Quique Mira: «Pasé de llenar discotecas a llenar parroquias de jóvenes»
El fundador de Aute y WayUpp cuenta su conversión y cómo pasó de compartir su fe en Instagram a hacerlo en la mismísima Plaza de San Pedro del Vaticano
Con sus 27 años, asegura que con 19 años le cambió la vida para siempre, prácticamente como una revelación. Teniendo todo lo que supuestamente le debía hacer feliz, decidió dejarlo todo para acercarse más a Dios, después de una conversación con un sacerdote. Desde ese momento y sin pertenecer a una familia creyente, Quique Mira comenzó a compartir su conversión en redes sociales. Desde entonces es una de las caras más visibles de los jóvenes católicos, tanto que ha llegado a dar conferencias en Estados Unidos. Hace unas semanas también lo hacía en la mismísima Plaza de San Pedro, en Ciudad del Vaticano, durante un encuentro organizado para españoles por el Jubileo. Desde allí, dio testimonio de su reciente matrimonio con su compañera de vida, una vida en la que, como insistieron, Dios está siempre en el centro.
Pero Quique nunca quiso quedarse en palabras, sino que su vocación emprendedora le empujó a crear una comunidad y una plataforma que ayude a los jóvenes a «encontrar su lugar dentro de la Iglesia». Para ello creó la aplicación Way Upp, que pertenece a su organización matriz Aute, que ya fundó hace cuatro años. Así, espera que Aute pueda ser referente para muchos jóvenes «que se encuentren perdidos o no tengan un entorno favorable para desarrollar su fe».
¿Cuál fue el punto de inflexión de su transformación?
Con 19 años formaba parte de varias discotecas, tenía mi propia marca de ropa, ganaba dinero y podía conocer a mucha gente de mi edad, pero no era feliz. Tras una conversación con un sacerdote, decidí cambiar mi vida y vender mi marca de ropa. Salir de fiesta y ganar dinero está bien pero no debes poner el sentido de tu vida en cosas que en el fondo solo son vías de escape.
¿Cómo consiguió hacerse influencer, con más de 166.000 seguidores en Instagram?
Fue poco a poco. Pero al principio me llamó la atención que mi cambio de vida pudiese llegar a tanta gente. Me di cuenta que el vacío que yo había sentido era casi generacional, lo compartía mucha más gente de mi edad. Casi todos me pedían que necesitaban algo más allá que el contenido que publicaba en redes, y por ello decido crear WayUpp. Desde entonces me enfoqué en aplicar el conocimiento que tenía de medios de comunicación, marketing y creación de contenido a este nuevo proyecto, para llegar a la gente pero de una forma auténtica y con un mensaje profundo, lejos del lenguaje habitual de las redes sociales.
¿En qué consiste exactamente WayUpp?
En mi cabeza siempre ha sido como un espacio para poder pensar entra tantos estímulos que tenemos a diario. Es una aplicación que busca dar respuesta a todas las incertidumbres que tenemos los jóvenes de hoy, mientras se ofrece al usuario iniciativas cerca de su ubicación para poder compartir su fe, así como retiros, parroquias, grupos o incluso voluntariados.
Dada su capacidad de alcance, ¿alguna vez se ha planteado la vocación sacerdotal?
Es algo que me han preguntado alguna vez, porque pasé de llenar discotecas a llenar parroquias (se ríe). Pero siempre he sentido estar llamado a formar una familia y creo que se puede ayudar a la Iglesia de muchas otras formas.
¿Entiende a los jóvenes que se han alejado de la Iglesia por haber recibido la doctrina católica como un castigo o una imposición?
Claro. Cuando el acercamiento a la fe no es desde el sentimiento sino desde reglas u obligaciones, todo se queda corto, no convence. Desde la razón es imposible comprender todo el sentido de la fe y el amor de Dios. Por ello, muchas veces se ha malentendido a Cristo como un Dios castigador, lo que acaba causando rechazo.
¿Siente que fenómenos como Hakuna o Effetá manifiestan un nuevo «boom» de la fe católica y la convivencia en comunidad?
Sí, no sé si en cantidad superamos a otras generaciones, pero los creyentes de hoy están más convencidos que nunca, somos más de verdad. En particular, en grupos como Hakuna o Effetá veo mucha providencia, creo que no es posible que tantas personas hayan coincidido en tantas iniciativas y coordinarse por sí solas y estén consiguiendo volver a llenar las iglesias de jóvenes.
¿Cree que los problemas de salud mental de esta generación deben tener respuesta también por parte de la Iglesia?
Por supuesto. Además, de la intervención de la psicoterapia, creo que es compatible tratar todas nuestras incertidumbres y ansiedad con un director espiritual.
¿Alguna vez se ha sentido juzgado por su juventud?
Sí, pero sobre todo en mi familia, no tanto en las conferencias. A mis padres les ha costado mucho entenderlo, soy el mayor de cuatro hermanos y ninguno de ellos ni mis amigos comparten mi fe.
Ahora, junto a su mujer, pone rumbo a Estados Unidos.
Sí, obviamente mi matrimonio está completamente integrado en mi misión. Somos uno. Y en nuestros planes siempre ha estado la idea de expandirnos. Ahora nos trasladamos a Estados Unidos donde esperamos que siga creciendo Aute y seguir desarrollando WayUpp además de nuevas ideas, así como incrementar nuestra comunidad.
¿Cómo pasó de compartir su testimonio de fe en Instagram a hacerlo en la Plaza de San Pedro ante miles de personas?
En nuestro último viaje a San Francisco, nos explicaron que iba a ser un evento único en la historia, exclusivo para los españoles. Era una oportunidad única que no podíamos dejar escapar. Estoy convencido de que era algo que tenía que formar parte de nuestra misión. No hay mejor forma de llegar a más jóvenes a la vez.