Lifestyle

Mario Batali: El acoso sexual hierve en los fogones

Las primeras cuatro acusaciones contra el mediático chef, publicadas este lunes, destaparon un comportamiento obsceno que era la norma en todos sus restaurantes; en uno de ellos había un «cuarto de violaciones»

Batali ha admitido su culpabildiad y se ha disculpado públicamente por su comportamiento
Batali ha admitido su culpabildiad y se ha disculpado públicamente por su comportamientolarazon

Las primeras cuatro acusaciones contra el mediático chef, publicadas este lunes, destaparon un comportamiento obsceno que era la norma en todos sus restaurantes; en uno de ellos había un «cuarto de violaciones».

Que las víctimas sexuales de Harvey Weinstein tuvieran la valentía de señalarle y romper la barrera del silencio ha provocado que otras mujeres se hayan atrevido a denunciar a sus presuntos acosadores. El panorama gastronómico también se ha visto empañado. El acoso sexual ha hervido en los fogones americanos. ¿El responsable? Mario Batali, cocinero icónico y espejo para numerosos jóvenes con ganas de comerse el mundo. Su nombre se suma al de una larga lista de hombres con poder que han sido señalados por abusos. Numerosas mujeres aseguran que el cocinero les hizo proposiciones groseras, comentarios lascivos y las sometió a vejaciones y tocamientos. En concreto, según ha escrito Julia Moskin en «The New York Times» el archifamoso restaurante neoyorquino The Spotted Pig, tan de moda que era fácil encontrarse con Beyoncé y Kim Kardashian, ocultaba un espacio clandestino que los empleados denominaban «la habitación de las violaciones». Lo grave es que los testimonios de las denunciantes son nuevos, pero los hechos datan desde 2006. Situada en la tercera planta del establecimiento, propiedad de Ken Friedman, también acusado por sus malas prácticas, a ella sólo tenían acceso clientes vips, entre ellos Batali (co dueño del restaurante).

¿Lo peor? Una camarera ha confesado durante la investigación que fue testigo de «cómo besaba y metía mano a una mujer inconsciente». La «amenaza roja, le llamábamos», reconoce otra víctima quien revela que «intentó tocarme los pechos. Estaba sirviendo copas en su mesa cuando me dijo que me sentara en la cara de uno de sus amigos». «Construimos los restaurantes con el objetivo de que los comensales lo pasen bien y se sientan mimados, pero creo que me he pasado con mi comportamiento», ha reconocido el acusado. No se trata de un escándalo aislado, según el mismo periódico, ya el «New Orleans Times Pecayube» destapó la noticia de que otra fémina acusaba al conocido restaurador John Besh de abusar de ella.

Helen Rosner, de «The New Yorker», le achaca a Batali tener el ego por las nubes: «Es una persona tóxica». El periodista Bill Buford publicó un perfil suyo en el que incluía frases del acusado del tipo: «Las raíces de loto asadas son como chupar el dedo gordo a la amante del sha». Autor del libro «Heat», relata que durante una cena Batali le dijo a su mujer «O te comes la pasta o te restriego las gambas por el pecho» y a una camarera le espetó: «Cuando llegue el postre podrías quitarte la camisa». En 2009 Jay Rayner le entrevistó en el momento en que se emitía «Spain... on the road again», que presentaba junto a Gwyneth Paltrow. Durante la conversación, Batali dijo al periodista: «Todavía no me has preguntado si me he tirado a Gwyneth, pero te diré que no».

«¿es que eres lesbiana?»

Hoy ha sido acusado por varias mujeres que han vivido, durante los últimos años, distintas situaciones en las que el comportamiento de Batali no ha sido digno de una persona cuerda. Él no ha dudado en reconocer los hechos en un comunicado emitido por «Eater»: «Acepto todas las responsabilidades y estoy profundamente apenado por el dolor, la humillación o el malestar que he causado a mis colegas, trabajadores, clientes y familiares», escribió. Esta es la razón por la que ha decidido mantenerse al margen de sus negocios, para así evitar que su compañía se derrumbe a causa del escándalo. Según «Eater», una de las víctimas confirma que durante una fiesta, hace diez años, el presunto acusado le tocó el pecho mientras simulaba ayudarla a limpiarse la camisa que se había manchado con vino por accidente: «Me alejé de él completamente asqueada», cuenta la afectada. Asimismo, una ex empleada afirma que el afamado cocinero la abrazó por detrás y «respiraba encima mío y algunas veces inhalaba profundamente, como si me oliera». Por último, otra presunta víctima se ha atrevido a confesar que «me puso la mano en el culo y me lo apretó». Al alejarse, su jefe le espetó: «¿Es que eres lesbiana?».

Tales confesiones han indigestado a la industria de la alimentación. La cadena ABC ha retirado al chef de su programa «The Chew», mientras que él ha notificado que se alejará del manejo diario del grupo B&B Hospitality Group, que dirige junto a su socio Joseph Bastianich. Atrás han quedado los años dorados del mediático chef. También prescinden de él Target y Zidian Group, que fabrica salsas bajo su sello. Incluso los productores de su antiguo «show», «Molto Mario», tenían previsto emitir nuevos espacios, que se han quedado en la nevera.