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Medio Ambiente
La ciudad zamorana que ensaya para ser la smart city del futuro
El proyecto SmartWaterLights de ACCIONA aplica el Internet de las cosas (IoT) para la optimización de los servicios urbanos de Toro
La posibilidad de ser una ciudad inteligente, o smart city, no es algo que esté ni previsto ni pensado solo para las grandes. También es un modelo aplicable a las pequeñas. Es la experiencia que se está desarrollando en Toro, (Zamora), de 10.000 habitantes, donde el consistorio local y ACCIONA llevan a cabo el proyecto “SmartWaterLights”, un programa piloto para convertir a la localidad castellana en una de las smart cities más avanzadas de Europa.
Se trata de aplicar el Internet de las cosas (IoT) a la optimización de los servicios urbanos. A propuesta de ACCIONA, que gestiona el ciclo integral del agua en Toro, la compañía y el ayuntamiento están implantando un sistema de monitorización en tiempo real de los principales servicios municipales.
Mediante casi 200 sensores inalámbricos de bajo consumo instalados en farolas, vehículos de servicios urbanos y jardinería, contenedores de basura y en la red de agua, «se obtienen datos relevantes para la gestión y toma de decisiones de las diferentes áreas. Estos sensores están conectados a una red LoRaWan –una red de baja potencia y amplia área de alcance- pensada precisamente para un tipo de dispositivos de bajo consumo, que son los idóneos en este caso porque tienen gran autonomía, -explica Jorge Mostaza, gerente de Zona de ACCIONA-. Es una clase de red que ofrece una comunicación muy efectiva».
Este plan piloto se desarrolla precisamente en Toro, «porque es una población que tiene la extensión idónea para esta tecnología y porque una de las áreas de trabajo es el agua, que gestionamos nosotros aquí». Además, de facilitar la gestión de los servicios, «también podremos saber cómo incide esa tecnología en sus diferentes elementos, como antenas, contadores, plataformas, etc., que son también de diferentes fabricantes. Así, todos podremos tener la foto de qué soluciones aportan los fabricantes para mejorar la comunicación de los datos entre sus equipos y los receptores. Generamos un conocimiento que compartimos entre todos para poder perfeccionar las prestaciones de esos equipos».
Las características de los puntos en los que se han instalado los sensores permiten conocer cómo funciona la ciudad y sus necesidades, «de manera que la gestión se puede realizar de manera muy dinámica según varíen estas».
Un buen ejemplo es el caso de los contenedores de basura, en los que «se colocan sensores de peso, para conocer el volumen de llenado, y de temperatura, para anticiparnos a malos olores, por ejemplo. Con la información que obtengamos podremos determinar de manera óptima las rutas de recogida, evitar acumulaciones puntuales y también trayectos innecesarios. Si, por ejemplo, por los datos de una zona de urbanizaciones, de casas de fin de semana o de vacaciones, sabemos que los contenedores se utilizan más en unos días determinados se pueden adecuar las recogidas y optimizar las rutas de los camiones. Lo que mejora el servicio al ciudadano al tiempo que se ahorran emisiones de CO2 y se reducen costes operativos».
GESTIÓN DEL AGUA
En cuanto a la gestión del agua, «estamos controlando una serie de sectores de la ciudad con amplia población, para conocer el caudal instantáneo que está pasando por un punto o los caudales mínimos nocturnos, cuando la gente menos usa el agua. Que nos pueden indicar si hay una fuga en un momento determinado y adelantarnos a lo que pueda pasar, evitar cortes, etc. Porque en muchas averías ocurre que el agua va al subsuelo y no se entera nadie hasta que sale a la superficie». Paralelamente, «en cuatro sectores estamos controlando, primero, el agua que pasa por el contador mayor de una zona y, luego todos los que vienen detrás, que serían los domiciliarios, de industrias, etc. Así podemos conocer en tiempo real el rendimiento exacto de esa red. O, si hubiera un consumo elevado y anómalo de un particular, por ejemplo, informarle de una posible avería.
En Toro este control de las redes del agua tiene especial interés porque «en el centro histórico hay bodegas que se hacía la gente para su vino y justo encima construían la vivienda, con la característica de que carecen de cimentación. Entonces, una avería puede ocasionar que la vivienda se vaya abajo de inmediato».
En esta fase, que tiene una duración prevista de dos años «estamos en la etapa de toma de datos para poder, luego y en función del resultado del análisis de esa información, tomar decisiones.
Una de las características también destacas de este proyecto reside en que es replicable. El conocimiento y la experiencia que se extraiga de él podrá ser muy útil para implantarlo en otras ciudades de similar tamaño. «En España está empezando ahora a verse cómo funciona esta red, pero hay grandes zonas de Canadá o Rusia que ya lo tienen bastante implantado. Así que aquí estamos siendo unos precursores en el uso de esta tecnología de comunicación LoRaWan.
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