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Medio Ambiente

Desabastecimiento

Luis González Reyes
Luis González ReyesEcologistas en Acción

Faltan múltiples bienes, desde chips hasta acero, y aumenta el precio de otros, como la electricidad. Esta situación es el resultado de múltiples factores. Uno es el logístico: después del parón pandémico, las cadenas globales no se pueden activar automáticamente.

Se suma el modelo económico. Una producción sin almacenamiento y con una alta especialización territorial hace muy vulnerable al sistema. Se añade la crisis económica que se arrastra desde 2007, que impulsa una desinversión, lo que redunda en una menor disponibilidad de bienes, incluso cuando, como ahora, sube la demanda.

Las decisiones políticas también contribuyen. Por ejemplo, el brexit, las restricciones migratorias y la precarización laboral han impulsado la falta de camioneros en Reino Unido.

Pero todo esto es insuficiente para explicar el desabastecimiento. Necesitamos sumar que vivimos en un planeta de recursos finitos cuyos límites ya estamos alcanzando. Por ejemplo, la extracción de plata, necesaria en los móviles, está estancada. También falta energía: el precio del gas es el principal vector del encarecimiento de la electricidad y nuestros suministradores centrales, Rusia y Argelia, no pueden aumentar su extracción por falta de recurso.

El cambio climático también influye. En Taiwan, el cambio climático está impulsando una fuerte sequía. Esto está afectando a la producción de chips, pues Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, líder mundial de esta industria, utiliza 156.000 toneladas de agua al día. Y si no hay agua…

Varias causas del desabastecimiento son coyunturales, pero otras, como las ambientales, son estructurales e irresolubles. Por más dinero que invirtamos, no crearemos plata o gas.