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Medio Ambiente

Un cinturón verde para la costa del mar de Alborán

El proyecto Alboranian Green Belt propone crear líneas forestales en las dos orillas del mar de Alborán

Distribución de las áreas forestales protegidas conectadas con el Alborarian Green Belt
Distribución de las áreas forestales protegidas conectadas con el Alborarian Green BeltLa RazónLa Razón

Las soluciones basadas en la naturaleza (SbN) y las infraestructuras verdes (IIV) son dos herramientas inspiradas en los procesos de la naturaleza y la acción de la biodiversidad para facilitar la adaptación al cambio climático, la gestión de los recursos, el agua, la calidad del aire y el entorno. Ambos están aplicándose en planificaciones y proyectos urbanos y territoriales.

El proyecto Alboranian Green Belt justamente plantea desarrollar una línea de infraestructuras verdes a lo largo de la costa de la cuenca del mar de Alborán, abarcando la costa mediterránea andaluza y las de Marruecos y Argelia.

Se trata de una propuesta de los expertos del Grupo de Investigación de Soluciones basadas en la Naturaleza de la UNIA (Universidad Internacional de Andalucía). El objetivo sería crear un cinturón compuesto de espacios forestales situados a 10 kilómetros de la línea de costa y se adentrarían unos 30 kilómetros hacia el interior. Enrique Salvo Tierra, profesor de Botánica de la Universidad de Málaga explica que «se plantea situar estas islas de biodiversidad en las dos orillas porque hay una continuidad territorial y una interdependencia muy grande entre las riberas norte y sur del mar de Alborán».

Salvo pone de relieve que «en la orilla española hay una serie de aglomeraciones urbanas en un continuo urbanístico y sin apenas campo libre entre ellas. Este cinturón verde suavizaría las temperaturas de esas islas de calor que son los núcleos urbanos, y en las que viven unos siete millones de personas en 14 urbes».

Otro efecto de zonas boscosas cercanas a la costa sería en la retención del suelo «que es un problema importante en el Mediterráneo occidental. La lluvia anual es la misma pero cae toda en menos días y con más intensidad, en diluvios podíamos decir. Así se generan unas riadas tremendas que se llevan el suelo, -que tiene un gran valor económico y ecológico- y, por tanto, no hay retención de agua. La vegetación paliaría este problema».

Como tercer efecto estaría en la mejora de la calidad atmosférica por «se atenuaría cada vez más importante influencia del desierto, que está a pocos kilómetros de las costas. Por tanto, habría una reducción del polvo en suspensión y de episodios de calima».

El Alboranian Green Belt beneficiaría a 12 millones de personas. Pero, eso sí, implicaría también superar el planteamiento actual por el que «los bosques urbanos acaban donde acaban los términos municipales. Al contrario, se trata de fomentar la conectividad entre ellos y evitar la fragmentación».

Pensando en el futuro

Uno de los puntos fuertes de este proyecto está en que «se han tenido en cuenta las temperaturas que habrá en los años 2030-2050. Por lo que las especies más idóneas para regenerar cada territorio incluirían más y diferentes de las que se están utilizando criterios de reforestación convencionales y en los que se están viendo altos niveles de fracaso». Salvo piensa que se pueden incorporar «especies de otros lugares de clima mediterráneo. Con un árbol central como el algarrobo, más otros complementarios como el acebuche o el madroño, y acompañados con matorral mediterráneo y aromáticas, leguminosas, etc., para crear sotobosque y atraer insectos polinizadores».

La fase de investigación del proyecto finalizará previsiblemente a finales de año y a partir de ahí sus autores se proponen remitirlo al Plan de Infraestructuras Verdes del Ministerio de Transición Ecológica y al programa europeo Interreg.