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Hoteles sostenibles
Palma de Mallorca, un paraíso de lujo verde gracias a sus hoteleros
El Hotel Bonsol es un emblemático hotel familiar en la isla, con casi 70 años de creación, es pionero en el uso de placas solares y apuesta por la compensación de emisiones CO2
Un paraíso de calas, vegetación y aguas cristalinas, eso es, en pocas palabras, Palma de Mallorca. Para quienes hayan tenido la oportunidad de visitar o pasar una temporada en esta isla no hace falta explicar por qué miles de turistas de todo el mundo llegan a conocer este maravilloso enclave.
Mallorca es la más grande de las Islas Baleares de España, ubicada en pleno mar Mediterráneo, es conocida internacional mente como uno de los destinos de lujo de todo Europa en la temporada de verano, porque disfrutar de su belleza y sus entornos naturales no tiene precio.
Así, Hotel BonSol, uno de los hoteles más legendarios de la isla fundado por una familia mallorquina- explicó a LA RAZÓN cuáles son las prácticas a favor de la sostenibilidad que usan en su establecimiento. «Estamos en un entorno privilegiado y es nuestro deber cuidarlo», dijo Martín Xamena, Director del Hotel Bonsol.
Concretamente, el hotel se encuentra en la Playa de Illetas, en la costa suroeste de Mallorca, a unos 8 km de distancia de la bahía de Palma. En el edificio principal abundan los salones y los rincones acogedores, implementados con muebles antiguos, terciopelos, hermosos cuadros clásicos y preciosas porcelanas, un espacio que replica un castillo medieval.
Cuenta también con 8000m2 de jardines en la zona y su gran terreno alcanza el pie de la playa. La atmósfera se asemeja a la de un oasis encantado rico en palmeras, pinos y un conjunto de plantas, flores y piscinas de una belleza impresionante impresionante que recuerdan a lagos salvajes con cascadas.
Pioneros en la isla haciendo uso de placas solares
Este establecimiento abrió sus puertas hace ya casi 70 años, desde sus inicios ha tenido un gran compromiso con el medio ambiente, reduciendo siempre al mínimo el impacto que el hotel pudiese tener en el entorno. La familia que lo fundó y lo regenta son grandes defensores de los sistemas innovadores, optimizan la utilización de recursos, tales como placas solares, de hecho, BonSol fue el primer hotel de la isla en instalarlas en 1968,
Asimismo, usan climatización de la piscina con el calor emitido por los frigoríficos de las cocinas, producción de agua caliente con el calor producido por las enfriadoras de aire acondicionado, doble canalización de agua para un uso de aguas grises en los inodoros, uso de calderas de cascara de almendra para la producción de agua caliente. Fruto de este compromiso con el medio ambiente, el hotel también ha implantado un sistema verificado de gestión ambiental (EMAS).
Compensación de emisiones
«No hay ninguna duda de que hoy en día el mayor problema medioambiental es la huella de carbono que producimos, y continuando con nuestro compromiso por proteger el medio ambiente, evaluamos opciones para compensar las emisiones de CO2 producidas por el Hotel BonSol» dijo Xamena.
«Tras un largo estudio, se optó por la opción de plantar la cantidad necesaria de árboles en Costa Rica, entre otras razones, porque este país había sufrido una severa deforestación en los años 50, y era necesario reforestar estas zonas», añadió.
Para la familia, los problemas medioambientales no se reducen a un espacio único, sino que es una «responsabilidad global y de mutua cooperación». El sector hotelero de Mallorca, en su mayoría, es muy cuidadoso con el entorno, pues viven de ello, por ello, Xamena quiso externalizar su contribución a un país que también necesitaba ayuda.
Caletas protegidas, montañas de caliza, ruinas romanas y monumentos moriscos, acompañan este paraíso que, a su vez, tiene una oferta gastronómica y cultural que son la debilidad para millones de visitantes que regresan cada año. Tanto su gente como todos los que integran el sector de la restauración y el turismo son conscientes de la importancia de cuidar el medioambiente.
Por su parte, la experiencia en Bonsol es única y familiar, ideal para desconectar y disfrutar de uno de los lados más íntimos de la isla. La atención es lo más parecido a estar en tu propia casa, muchos de los empleados trabajan aquí por más de 30 años y casi el 80% de huéspedes son clientes que vuelven cada año. Sin duda se trata de un resort que vale la pena conocer y a cada uno de los que integran esta gran familia.
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