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De la desaladora a la mesa: la sal gourmet que se extrae de la salmuera
El proyecto Sea4Value de Aqualia extrae los minerales y metales presentes en los residuos de la desalación

Los procesos para potabilizar y regenerar agua siempre generan algún tipo residuo. Todo lo que no debe permanecer en ella para que sea apta para el consumo de boca, se queda en la planta de tratamiento. Y prácticamente, todos esos productos pueden tener una utilidad por la que pasan de residuos a materias primas: usos agrícolas o industriales, energía, combustibles, etc. Es la aplicación de la economía circular, que también es parte del día a día en las plantas de regeneración de agua.
En las desaladoras, el residuo mayoritario resultante del proceso de desalación es la salmuera, agua de mar con doble de concentración de sal. Que se devuelve al mar a través de unos difusores que evitan que genere un impacto ambiental local negativo.

Minerales, metales....
Ahora bien, la salmuera contiene recursos minerales y metales, como el litio o el manganeso, esenciales para diversas industrias tecnológicas. Devolverla al mar sin aprovechar estas posibilidades es “no extraer el verdadero valor de esa corriente», como dice Víctor Monsalvo, jefe del Área de Ecoeficiencia en el departamento de Innovación y Tecnología de Aqualia.
Así pues, devolver la salmuera al mar ya no es una opción. Al contrario. Ese departamento de Innovación y Tecnología de Aqualia ha avanzado en los últimos años en diversas líneas de trabajo en su laboratorio de pruebas de Tenerife, donde se desarrollan y validan tecnologías innovadoras en los procesos de desalación de agua de mar. Y de allí ha salido el proyecto Sea4Value.
¡Y sal gourmet!
Además de los minerales, la sal concentrada en la salmuera también ha llamado la atención del área de Innovación de Aqualia. Tanto como para encontrar un uso a otro producto del proceso de desalación del agua de mar y que en lugar de a las industrias o la agricultura se encamine a las cocinas. Alma de mar, una línea de sales gourmet, es el resultado combinar procesos tradicionales e innovadores que ha logrado obtener una sal de alta pureza y enriquecida a la que se le han añadido ocho sabores distintos para darle un toque que la haga especial.
«Una de las ventajas de producir sales a partir de la desaladora es que obtenemos una sal de alta pureza, gracias a que el propio proceso elimina impurezas presentes en el mar», explica Monsalvo.
Para este fin, en Aqualia han desarrollado un proceso sostenible que utiliza exclusivamente energía del sol y del viento, y que combina el sistema tradicional de extracción de salmuera a partir de agua de mar con tecnologías nuevas. «El proceso, detalla Monsalvo, es más eficiente y requiere menos espacio. Gracias a la desaladora partimos de una concentración de sales superior a la del agua de mar. Y adaptamos el método para maximizar la recuperación de sal y garantizar su pureza dependiendo de las condiciones climáticas: sol y viento, fundamentalmente». A partir de ahí, salen los diferentes destinos de la sal resultante: industrial o alimentario, como en este caso.
Normativa para uso culinario
Alma de mar cumple con la reglamentación técnico-sanitaria como sal marina virgen y flor de sal. La marca, que ha registrado en 38 países, es un ejemplo de hasta qué punto se pueden reaprovechar los recursos resultantes de los procesos del ciclo del agua.
En línea con la Ley Europea de Materias Primas, que pretende garantizar un suministro seguro y sostenible de materias primas fundamentales para la industria europea y reducir la dependencia de importaciones, la recuperación de estos compuestos presentes en el concentrado de las desaladoras supone nuevas oportunidades tecnológicas y económicas vinculadas a la desalación.
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