Música

Bilbao

Mikel Izal: «Dejamos el futuro de la banda en manos de nuestros seguidores»

Cantante de IZAL

Sin compañía, sin promoción, Izal tienen una legión de fans
Sin compañía, sin promoción, Izal tienen una legión de fanslarazon

Son, sin duda, la gran revelación nacional del año pasado por número de adeptos. Sin compañía discográfica, sumando espectadores de 20 en 20 cuando actuaban una vez al mes en una sala madrileña, Izal ha llegado a agotar todas las entradas de su concierto de hoy en La Riviera un mes antes de la fecha, y el suyo es, sin duda, el nombre que está más veces impreso en los carteles de los festivales del próximo verano. Van a cansarse de leerlo, porque ya han confirmado el SOS de Murcia, el BBK Live de Bilbao, el Sonorama y bastantes otras citas para las que no hay espacio en esta página. Sus dos primeros discos se editaron con la financiación de los fans, y a ellos se han entregado con una gira estajanovista por toda la Península.

-Están hasta en la sopa, y no es fácil llenar La Riviera. Enhorabuena.

-Gracias. Para nosotros es un sueño, y teníamos miedo porque ni en nuestras fantasías se nos ocurría llenarla. Estuvimos tentados de hacer otra Riviera pero no nos atrevimos, optamos por la prudencia.

-Prudencia y trabajo son sus lemas.

-Así de sencillo, aunque hay gente que piensa que hemos nacido por generación espontánea. Somos cinco músicos que llevamos muchos años peleando. Sólo teníamos en la cabeza grabar y componer. Cuando alguien venía a vernos se lo contaba a cuatro colegas y así es como luego venían tres de ellos. Tenemos claro que ha sido a base de trabajo, porque hay un océano de buenos grupos y hemos sacado la cabecita.

–Tantos que a veces parece que hay más músicos que público en España.

-Sí. El pastel es pequeño y demasiada gente se quiere sentar a la mesa. Es algo que se puede aplicar a bastantes ámbitos de la sociedad española. A mucha gente le interesa este trabajo y hay pocos puestos.

-Además, está la desaparición de la industria. Ustedes lo hicieron por vuestros medios.

-Sí, ha desaparecido, o se ha visto muy mermada la venta de discos. En la era de internet eso ha supuesto una enorme crisis, pero los grupos que nos autogestionamos vivimos de tocar, y además me parece bastante justo.

-¿Cuánto cuesta en la tienda un disco de Izal?

-11 eurillos, lo hemos puesto barato.

-Si lo hubieran comprado todos los que les han ido a ver a la gira, serían millonarios.

-Mucha gente nos dice abiertamente que lo han descargado, pero te lo dicen en un concierto por el que han pagado 15 euros. Si alguien se ha bajado el disco pero le ha gustado tanto que va a verte al concierto, yo no puedo enfadarme. El que lo descarga y no le gusta, no va. Pero es importante que la gente vaya a ver a los grupos que le interesan.

-Habiendo hecho ya el camino más difícil ya ni se plantearán una discográfica.

-El primer disco fue por «crowdfunding» y nadie llamó. Para el segundo, «Agujeros de gusano», no teníamos dinero porque habíamos dejado nuestros trabajos. El dinero de los conciertos no nos daba para hacer un disco, ni mucho menos. Y entonces sí que nos llamaron, con mucho respeto, pero no nos convencieron. Nos sentíamos arropados por nuestra gente y preferíamos dejar en sus manos el futuro de Izal y que siga así.

-Han conseguido un sonido reconocible.

-Somos conscientes de lo importante que es la identidad. Si no aportas algo que sólo tengas tú, no vas a poder vivir de esto. Somos cinco cerebros y creo que ahora todo el mundo sabe a qué suena Izal. Eso es fundamental.

-Y entregar buenas canciones.

-Siempre he confiado en la canción. Los temas son los que hacen un grupo grande o pequeño, y es una presión terrible, tremenda, porque si no tenemos diez buenas canciones no pensamos sacar otro trabajo. Las canciones tienen que tener algo para que quieras volver a ponerlas... es algo muy extraño.

-Tienen una cara más guitarrera y otra más bailonga y optimista.

-Intentamos combinar eso con la profundidad de letras. Nos gusta mucho el cachondeo, somos muy payasetes y necesitamos pasarlo bien. Esa mezcla es la que imprime nuestra dirección: decir cosas serias de manera poco seria.

-¿El lado optimista les sale solo?

-Al escribir pienso qué quiero decir. A veces estoy leve y sale «Qué bien» y otras estoy más oscurito. Todo sirve.

-Me va usted a decir que ya han cumplido un sueño, así que dígame otro.

-Yo he vivido los sueños como posibles e imposibles y me gustan los imposibles. Te peleas con ellos, y uno es tocar en el Festival de Glastonbury, aunque fuera a las tres de la tarde.