¿Cómo se pone el nombre a un coche nuevo? 

No es un trabajo fácil. Poner nombre a un coche nuevo tiene una técnica muy estudiada ya que, del acierto de la elección puede depender un buen número de ventas e incluso el éxito o el fracaso de un determinado modelo en el que se han invertido muchos millones de euros. El último ejemplo es el de Renault que ha elegido el nombre de Austral para su futuro SUV compacto que, a partir del año que viene, sustituirá al actual Kadjar y se fabricará en la planta de Palencia.

El nombre de un vehículo es la culminación de un trabajo de mucho tiempo que se inicia años antes de su salida al mercado. Para encontrar la simbiosis perfecta entre el nombre, la identidad del nuevo vehículo y los clientes a los que se dirige, además de los valores y la personalidad de la marca, intervienen varios actores. Los servicios de marketing, diseño, producto y jurídico trabajan así codo con codo y cuentan a veces con la asistencia de agencias especializadas en la creación de nombres.

Hay tres caminos principales posibles para encontrar un nombre. La primera opción consiste en retomar un nombre histórico, icónico, que ha marcado la historia de la marca y que se puede capitalizar. Es lo que Renault se ha hecho con Mégane, que se ha reinventado y modernizado para convertirse en Mégane E-TECH 100% Eléctrico, por ejemplo. Una segunda opción: seleccionar nombres disponibles en la gran base de nombres ya registrados por cada empresa y que se enriquece constantemente. Tercera y última opción: dejar que fluya la creatividad proponiendo nuevos nombres. La larga lista de varias decenas de nombres se va reduciendo poco a poco a lo largo de una serie de «crash test» jurídicos, lingüísticos y culturales que se realizan en todos los países de comercialización del futuro vehículo. Se obtiene finalmente una terna de tres nombres que se somete al juicio de los órganos de dirección y al CEO, quien arbitra en favor del que más se ajusta a su visión del vehículo.

Renault no siempre aplicó la misma estrategia para denominar sus modelos. Sin embargo, aunque la R seguida de un número se utilizó durante algunas décadas para nombrar a los vehículos de la marca, su sistema de denominación es más bien históricamente nominal. Algunos nombres incluso han ido más allá de los prototipos y los modelos de producción, marcando así la historia del automóvil. Este es el caso por ejemplo de Espace, un nombre repleto de sentido ya que encarna el espacio a bordo, o de Twingo, un nombre muy diferente y dinámico. Otros, como el Zoe o el Clio, son cortos para nombrar a coches de carrocería pequeña.

En el caso de este futuro modelo de Renault, el nombre procedente del latín «austrālis» y ya formaba parte de la base de nombres de Renault desde 2005. Para los directivos de la marca, evoca de inmediato el color y la calidez del sur, la naturaleza relajante, los grandes espacios abiertos y, lo que es muy importante, funciona en muchas lenguas europeas. Por ejemplo. en francés, lo que permite a Renault reivindicar sus raíces, pero también en español, en inglés, en italiano... Esa dimensión internacional corresponde perfectamente a un vehículo que se comercializará en toda Europa. Su fonética es armoniosa gracias a su doble A y a su combinación de consonantes centrales «STR» lo convierte en un nombre fácil de pronunciar y transmite una sensación la fuerza que es buena para un SUV.

El Austral constituye la nueva oferta de Renault en la categoría de SUV compactos, con nuevas tecnologías conectadas y una gran amplitud dentro de su categoría, ya que cuenta con una longitud de 4,51 metros y podrá acoger con total comodidad hasta 5 pasajeros. Será el sustituto del actual Kadjar dentro de la gama y será presentado durante la primavera de 2022. Será un vehículo que se va a fabricar en la factoría de Palencia, ya que se trata de una de las adjudicaciones enmarcadas dentro del Plan Industrial 2021-2024 anunciado por Renault Group el pasado mes de marzo.