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Alpine A110: la «S» marca la diferencia

Biplaza, deportivo, radical… y a la vez domesticado. Un coupé concebido solo para quienes buscan disfrutar al volante cada día con una marca mítica

Alpine A110S
Alpine A110SAlpineAlpine

Alpine no es solo la marca deportiva del grupo Renault con un palmarés destacado en el mundo de la Fórmula 1. Es mucho más. Es una página imprescindible en la historia del automovilismo mundial que ha vuelto a renacer sin olvidar sus gloriosas raíces. Y la versión «S» de su conocido A-110 nos permite disfrutar de un deportivo de pura raza con el que disfrutar a tope de cada curva con un sinfín de sensaciones que nos acercan a la emoción de los rallyes. Pero de igual forma, su caja de cambios automática de 7 marchas, que también puedes accionar con levas en el volante, y su motor elástico, nos permiten una conducción sosegada cuando solo necesitamos desplazarnos de un lugar a otro.

Alpine a110S
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Andruet, Andersson, Nicolas, Darniche… o en el panorama español, Lucas Sainz, Tramont, Pradera, Pavón… Todos ellos acapararon victorias en la mayoría de los rallyes del panorama mundial y español en los años setenta con el modelo A-110, que llegó incluso a fabricarse en España con su motor más pequeño. La dirección de Renault hizo renacer la marca de Dieppe y ahora disponemos de la versión «S» que, como en la época anterior, representa a la versión más deportiva y destaca sobre sus hermanos de gama por su atractivo alerón posterior. Un auténtico biplaza como los que ya no se hacen, fabricado pensando en una minoría de clientes que lo que buscan es sentir las sensaciones de un coche de competición cuando aprietan a fondo el acelerador. Pero que igualmente puede ofrecernos un comportamiento sencillo y cómodo en el tráfico de cada día.

Alpine A110S
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Ello es debido a que la caja de cambios automática, de siete marchas y doble embrague, tiene un comportamiento muy suave y su motor se comporta de una manera muy apacible a bajas revoluciones y con una buena elasticidad. De esta forma, el uso diario es similar al de cualquier berlina clásica y es posible realizar largos viajes ya que los asientos anatómicos de fibra, revestidos por un tejido de tacto de alcántara, resultan de lo más cómodos. Frente a nosotros, una pantalla nos proporciona la información de funcionamiento del motor con caracteres analógicos y otra pantalla central sirve para el resto de las conexiones, sonido y el infoentretenimiento.

Pero si hemos invertido sesenta y nueve mil euros para hacernos con un deportivo tan sofisticado como el Alpine A110 S no es para pasear plácidamente todo el día, sino para sentir las sensaciones que nos puede transmitir este motor de cuatro cilindros y 1,8 litros turbo a 0,4 bares, que alcanza una potencia de 292 caballos –cuarenta más que la versión normal– para unos mil cien kilos de peso. Porque entre sus piezas especiales, además de chasis, amortiguadores, barras estabilizadoras más rígidas, autoblocante electrónico o llantas Fuchs, cuenta con un techo de fibra que aligera el conjunto. Gracias al «backet» casi de carreras y a la baja posición del piloto, la sensación es la de pilotar un monoplaza. Entre los dos asientos se sitúa el botón rojo de la puesta en marcha y tres botones más delante para colocar el punto muerto, marcha atrás y marcha hacia delante.

El sonido del motor te envuelve desde bajo régimen. Y cuando llegamos a una zona de curvas es cuando este Alpine A110-S demuestra todo lo que puede dar de su estructura de motor central colocado por delante del eje posterior. Ante el reto de un puerto de montaña complicado no podemos resistirnos a apretar el botón rojo situado en el volante de cuero para pasar al modo Sport. No solo cambia la pantalla de los datos frente a nuestros ojos. Varía el comportamiento mecánico y nos anima a exprimir todas sus posibilidades. La primera, la aceleración. Gracias al «launch control» el coche parece que sale despedido y pasa de cero a cien en 4,4 segundos. Su velocidad punta supera los 250 por hora, pero lo más atractivo es su comportamiento en carreteras viradas. Su potencia máxima la da a 6.600 vueltas y tiene el corte a siete mil, pero por debajo de tres mil vueltas no muestra todo su potencial.

A partir de ese régimen, las relaciones son las de un coche de rallyes con nervio y potencia suficientes dada su ligereza. Precisamente, su peso nos permite frenar en el último metro y entrar al vértice de la curva con mucha fuerza. Un golpe de volante y de acelerador harán que el conjunto se meta en el trazado y salga rapidísimo, con un comportamiento sobrevirador muy fácil de corregir y agradable por el ligero deslizamiento de su parte posterior que nos ayuda a inscribir el coche en el trazado elegido. Es cierto que no es un comportamiento para conductores primerizos, pero muy satisfactorio para quienes disfrutan de la conducción al límite. Y todo ello con un sonido envolvente que aumenta nuestras sensaciones. Por todo ello, el Alpine es una de las alternativas más eficaces y divertidas dentro del mercado de los deportivos puros. Capaz de proporcionar tanto la exclusividad por su característico diseño, como la eficacia de sus prestaciones por su avanzada tecnología y su ligereza. Y lo que es mejor, con una relación entre la eficacia y su precio que, actualmente, no tiene rival. Con versiones como este S, Alpine acrecienta su leyenda.