Prueba
Ineos lanza el Grenadier «pick-up»
Tiene capacidad para cinco pasajeros y añade un espacio de carga de 835 kg donde cabe un europalet
El proyecto personal del patrón de Ineos, Jim Ratcliffe, sigue su curso: la fábrica adquirida a Mercedes en Hambach (donde se producía el Smart) ya está a plena producción. Su primer modelo, el Grenadier, ha causado buen impacto entre los aficionados al todoterreno, ya que conserva el aspecto idealizado del mítico Land Rover Defender, pero ha mejorado sus prestaciones y su confort, adoptando un concepto tecnológico mucho más moderno y eficiente.
Ahora, Ineos lanza un derivado de aquel, manteniendo su nombre pero añadiéndole un apellido: Grenadier Quartermaster. En realidad se trata de la misma base mecánica pero con un chasis alargado 305 mm (lo que lleva la batalla a 3.227 mm y la longitud total hasta más de 5 metros), que ha permitido montar una caja de carga de 1.564 mm de longitud, 1.619 de anchura y 485 de altura, que admite hasta 835 kg de peso.
El nuevo Ineos Quartermaster es un «pick-up» de doble cabina, ya que conserva las dos filas de asientos delante, con espacio equivalente a la otra versión del Grenadier (con la que comparte mecánica). Baste recordar que su robusto chasis independiente de vigas puede equipar un motor de gasolina o diésel de origen BMW, con 6 cilindros, 3 litros y 286 o 249 cv de potencia (respectivamente), con 450 o 550 Nm de par, según el propulsor y la entrega, de forma suave y progresiva.
Ineos se ha esforzado en resaltar las aptitudes «off road» de sus dos modelos (el Quartermaster es más largo entre-ejes, pero mantiene las cotas de vadeo) dotándolo de una caja de cambios automática ZF de 8 velocidades combinada con un convertidor de par afinado por los especialistas de Magna Steyr. Y dos robustos ejes rígidos de la reputada marca Carraro montados sobre muelles y amortiguadores, con brazos de guiado.
En el habitáculo sigue impresionando el tablero de mandos que se extiende por la consola… ¡y por el techo! con interruptores e indicadores propios de un avión clásico. Un buscado signo de personalidad del modelo que no impide que cuente también con una moderna pantalla táctil, con un completo paquete ADAS, airbags, asientos Recaro y un volante con pulsadores en sus brazos. La amplitud y luminosidad (con cristales planos) del habitáculo se complementa con las –opcionales- claraboyas «Safari» en el techo. Sorprende lo bien que va el Quartermaster en carretera, pese a su larga batalla, a sus dos ejes rígidos con tracción permanente y a sus neumáticos de todoterreno. Se comercializa en dos acabados: Fieldmaster y Trialmaster (el más extremo para «off road») y, ambos, llevan de serie gomas BF Goodrich All Terrain T/A o Bridgestone Dueler en llantas de 17 o 18 pulgadas, de tacos y de grandes dimensiones. Pues aun así se puede ir rápido por carretera virada.
Eso sí: hay que acostumbrarse a su dirección de recirculación de bolas, que tiene cuatro vueltas de tope a tope y que no se auto-centra, obligando a manosear mucho el volante. El conductor ni siquiera tiene cuadro de instrumentos delante: toda la información (y más) está en la pantalla central, con múltiples opciones. Incluso tiene detalles típicamente británicos, como el limpiaparabrisas consagrado a la mejor visibilidad… del copiloto.
Pero el Ineos Quartermaster está desarrollado para dar lo mejor de sí fuera de carretera. Para ello cuenta con una sofisticada transmisión 4x4 con acoplamientos mecánicos. Algunos, como el «Modo Off Road», el control de ascenso o descenso o el vadeo de ríos, ofrecen comando eléctrico. Pero para circular por el campo hay que recurrir a la clásica palanca manual de la reductora y, si la cosa «se pone fea», al bloqueo del diferencial central. También es posible hacerlo con los diferenciales delantero y trasero, para una máxima tracción.
Voluntariamente, el Grenadier es seco de reacciones, con sus ejes rígidos y su suspensión por muelles: se buscaba un producto para los amantes del todoterreno. Y hay que reconocer que pasa por cualquier sitio –por difícil que sea- y con absoluta seguridad. La transmisión automática es impecable, igual que los sistemas de control de tracción. Eso sí, el coche es pesado, y eso debe penalizarlo en terrenos blandos como la arena. Pero en tierra, barro y piedras no desmerece en absoluto frente al mejor de sus rivales.
El Grenadier Quartermaster se comercializa en los dos acabados citados y con cualquiera de los dos motores. Y dispone de una amplia gama de colores muy discretos y de una infinidad de accesorios. Hay dos paquetes de equipamiento básicos: Rough y Smooth, que ya incluyen muchos de ellos. En Europa, el vehículo está homologado como N1. Su gama de precios va desde 73.943 hasta 83.343 euros, situándose entre las versiones estándar y especiales del Grenadier.
Ineos ya está ultimando su próximo modelo, que será más pequeño que el Grenadier y llevará el nombre de Fusilier. No sólo será más barato y modelo de acceso a la gama, sino que también supondrá la entrada de la marca en el mundo de la electrificación: llevará un motor híbrido de «autonomía extendida». Esto significa que el motor térmico actúa de generador de corriente y serán los eléctricos los que muevan las ruedas.
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