Motor

Porsche mantiene su dominio

El 911 Carrera 4-S se mantiene como el gran referente entre los deportivos de raza. Esta versión con tracción total está a la venta desde 147.000 euros.

55 años y 8 generaciones después, este deportivo sigue siendo la referencia en su categoría
55 años y 8 generaciones después, este deportivo sigue siendo la referencia en su categoríalarazon

El 911 Carrera 4-S se mantiene como el gran referente entre los deportivos de raza. Esta versión con tracción total está a la venta desde 147.000 euros.

El Porsche 911 es un mito indiscutible y la referencia mundial entre los automóviles deportivos. No sólo por sus más de cincuenta años de presencia en el mercado, por sus incontables triunfos en todo tipo de competiciones deportivas y por la belleza de sus líneas. Lo es, sobre todo, por haber sabido evolucionar y adaptarse al paso de los tiempos durante su más de medio siglo de existencia sin perder su liderazgo, lo que además demuestra que el diseño original del profesor Porsche, tanto en la estética como en su mecánica de seis cilindros boxer en posición trasera, fue un acierto completo.

La última evolución del 911, la octava, se presenta con este Carrera 4-S con una estética renovada sobre todo en la parte posterior, donde el cristal trasero parece prolongarse hasta la parrilla sobre el motor con una línea suave y continua que termina en un deflector oculto que sólo surge en marcha, y que sirve para incrementar la estabilidad del tren trasero. En el interior, la era digital también ha llegado a este modelo, de forma que una pantalla sobre la consola central manda todos los sistema de información del vehículo.

Frente al conductor, el volante de tres radios con varias funciones y los relojes clásicos que, con mucha claridad, nos marcan la velocidad y las revoluciones a las que trabaja el motor. Siempre con el estilo de la marca presente en casi todos los detalles. Por ejemplo, la llave es de control remoto. Pero para arrancar el motor hay que girar un mando de estética parecida. ¿Y dónde?, a la izquierda del volante. ¡No podría ser de otra forma en un 911!

Bien situado en el asiento envolvente, empieza la prueba de conducción y, con ello, las primeras satisfacciones. Probamos el cambio de levas en el volante. Divertido y rápido. Sin embargo, la caja PDK de doble embrague y ocho velocidades en versión automática es tan efectiva que, sin duda, voy más rápido dejando a la electrónica este trabajo. Al principio hacemos un recorrido clásico, con el tipo de conducción en posición normal y disfrutando de un paseo relajado. Sólo atentos al tráfico y a las caras con una mezcla de admiración y envidia del resto de los conductores.

Pero al llegar a la zona de curvas, la cosa cambia. El corazón de este Porsche no es sólo el motor biturbo de tres litros y 450 caballos que tenemos en la espalda. En el volante hay una ruleta que, cuando se gira, son como las espuelas que disparan al caballo. Podemos elegir el modo de firme deslizante, especial para carreteras con hielo o nieve, pero no es el caso. Seleccionamos la función «Sport» y las sensaciones se disparan. El régimen sube y el motor cambia de sonido. Las reacciones del coche se hacen deportivas.

Pero nada es comparable a cuando, dando un toque más a la ruleta, pasamos a la posición «Sport Plus». Entonces las sensaciones se disparan tanto como el sonido del motor, que nuevamente se hace más agudo, o el régimen del límite del cambio, que asciende entonces hasta casi las 7.500 vueltas. Hay que estar preparado ya que todo pasa muy rápidamente. Las aceleraciones sin vertiginosas y los 450 caballos parecen muchos más. Eso sí, las cuatro ruedas motrices, el control de tracción, la suspensión activa, la servodirecicón y las ruedas direccionales traseras hacen que el comportamiento sea impecable en todo momento e incluso permite una cierta deriva de la parte posterior para hacer que el conjunto se inscriba mejor en las curvas. Una delicia de sensaciones pero, si elegimos esta última opción, hay que tener una cierta experiencia en conducción al límite. Si te asustas, el «Sport» es más que suficiente.

Con una velocidad punta por encima de trescientos kilómetros por hora, una aceleración de 0 a 100 de poco más de tres segundos y medio, y un precio del orden de los ciento cincuenta mil euros, este 911 Carrera 4-S es claramente un coche para minorías. Exigente, precioso y, para muchos, inalcanzable. Es lógico: es un verdadero Porsche.