Sociedad

“Conectarse” con la naturaleza, una terapia beneficiosa para “desintoxicarse” de lo virtual

Los psicólogos señalan que en Japón se implementa este tipo de contacto desde la salud integral con los “baños de bosque”

Psicólogos aconsejan el contacto con la naturaleza e interesarse por lo que perciben los sentidos para "desintoxicarse"
Psicólogos aconsejan el contacto con la naturaleza e interesarse por lo que perciben los sentidos para "desintoxicarse"Enrique Díaz / 7ceroGetty Images

El Grupo de Trabajo de Psicología del Medio Natural y Cambio Climático del Colegio Oficial de Psicología de la Región de Murcia (COP-RM) ha recomendado el contacto con la naturaleza y, una vez en ese entorno, interesarse por lo que perciben los sentidos porque, de lo contrario, cree que podría perderse hasta el 90% de los beneficios terapéuticos que puedan obtener.

En concreto, propone un trabajo psicológico del individuo que suponga de nuevo la “reinclusión en su ecosistema”, conociendo en qué consiste, y siendo capaz de convivir con él, “pues ésta será la única opción posible”.

Así, este Grupo de Trabajo apuesta por facilitar la conservación y cuidado del ecosistema y comprender “las relaciones y procesos por los cuales este ecosistema también se encarga de cuidarnos y permitirnos la vida”.

En definitiva, se trata de “poner en el centro la vida, para que comprendamos que esa vida es la que nos permite la nuestra”, según ha hecho saber a Europa Press la coordinadora de este Grupo de Trabajo, Vanesa López, de cara al Día Mundial del Medio Ambiente y al ser preguntada por si se debe recetar las visitas a entornos naturales dada su vinculación con la promoción de la salud.

Me llama la atención lo de recetar, pues precisamente es una de las luchas en las que batalla el psicólogo en su día a día”, ha destacado López, quien apuesta por “salir del modelo médico, en el que vas, te dice qué hacer y el paciente lo hace sin más”.

En el terreno de la psicología, López explica que las personas no necesitan que les digan lo que tienen que hacer “a modo de receta” sino que, más bien, necesitan “cuestionarse por qué hacen lo que hacen y decidir en consecuencia”.

A su juicio, recomendar las visitas al medio natural “es otra cosa” y cree que “hay que ir un poquito más al fondo, o mucho más”. “No creemos en los decálogos que te dicen qué tienes qué hacer para ser feliz, las personas necesitamos menos órdenes y más decisiones propias”, ha precisado.

En este sentido, López ha confirmado que el contacto con la naturaleza tiene “innumerables beneficios” demostrados desde hace mucho. De hecho, ha dicho que en Japón se implementa este tipo de contacto desde la salud integral con los “baños de bosque” (Shinrin-Yoku).

Asimismo, ha ratificado que también la medicina se hace eco de estos beneficios, incluyendo la microbiota, “que es como nuestro segundo cerebro”. Y es que esta microbiota “es mucho más resiliente en personas que viven en contacto con la naturaleza, aumentando su esperanza y calidad de vida”.

Entender los sentidos

Ha reconocido que, “cuando uno va al bosque, al campo, a la playa, o a cualquier entorno natural (salvaje ya queda poco), se relaja únicamente por el hecho de estar ahí”. Sin embargo, ha advertido que se pierden el 90% de los beneficios que se puedan obtener “cuando uno no entiende lo que perciben sus sentidos”.

A este respecto, ha recordado que “nos hemos alejado una barbaridad de lo real en pos de lo virtual”. Por ello, aconseja “empezar por interesarse por lo que pasa fuera de la vida humana”. Por ejemplo, invita a preguntarse “¿Qué huelo?; ¿qué veo? o; incluso, ¿cómo sabe?”. De hecho, ha puntualizado que los geólogos usan el gusto para distinguir entre distintos tipos de minerales.

López ha señalado que este tipo de preguntas “te enseñan dos cosas: una, cómo funciona lo que hay alrededor y cómo te influye, lo que se convertirá en una herramienta singular para cada uno; y dos, a hacerte preguntas, y trasladar este buen hacer en desuso a nuestra vida personal”.

Reducir las pantallas

Al ser preguntada por el uso que se debe hacer de las pantallas (de ordenador, móvil o tablet) en la vida diaria, López ha señalado que la pauta a seguir es “sencillísima”, ya que hay que emplear estos dispositivos “el mínimo que cada uno sienta que es capaz de asumir (cada cual se desintoxica a su ritmo)”.

“La vida tecnificada de hoy nos obliga a estar mucho tiempo frente a la pantalla, por lo que una vez que esas obligaciones (trabajo, estudios...) terminen, seguro que ya has estado incluso demasiadas horas frente a ella”, ha señalado.

“Las personas saben que tanta pantalla no les va bien, pero otra cosa es cambiar eso”, ha admitido López, quien señala que, llegados a este punto, “ayuda mucho lo que comentaba antes de hacerse preguntas, ya que es la clave”.

En cuanto a la “desconexión”, López prefiere hablar, “más bien”, de conexión. “Tampoco hay una regla de oro porque no todos somos iguales ni tenemos las mismas circunstancias ni preferencias”, puntualiza.

“Si te digo que dos horas, quien lea esto mañana dirá que tiene que dejar el móvil esas dos horas, le durará dos días y no habrá conectado con nada”, según López, quien apuesta por ver estas medidas “como un todo y no como una medida basada en el reloj”. “Cada uno debe descubrir qué necesita realmente y qué le hace feliz, y con ello reducirá ese tiempo virtual casi sin darse cuenta, sencillamente, perderá interés”.

“Por cierto, si a alguien le parece que dos horas al día para estar consigo mismo es suficiente (hoy día parece casi ciencia ficción dejar tiempos en blanco), que piense que el día tiene 24, de las cuales, en esta sociedad ya casi nadie respeta ni disfruta de forma natural las 8 sagradas de dormir”, ha remarcado.

Beneficios asociados

Al ser preguntada por los beneficios que este tipo de prácticas traen consigo, López recuerda todos los efectos fisiológicos que supone el actual modo de vida “virtual y consumista” en cuanto a salud mental (aunque físico y mental siempre están ligados y no debemos perder esto de vista).

A este respecto, ha remarcado que el contacto con la naturaleza “aporta paciencia, pistas sobre cuáles son nuestros ritmos naturales (sí, los del reloj no lo son), te enseña a tolerar la frustración, aumenta la sensación de comunidad, el cuidado por uno mismo a través del cuidado de lo otro y la sensación de control sobre tu vida”.

Además, López ha explicado que este contacto con la naturaleza “te enseña lo que ahora llaman la ‘slow life’, una vida más tranquila y acompasada con los ritmos de la naturaleza. Siempre digo que lo más revolucionario que uno puede hacer hoy en día, son dos cosas: pensar y plantar un huerto”.