Seguridad
Los enfermeros murcianos plantan cara a las agresiones
Los profesionales de la Salud de la Región se forman con la Guardia Civil en técnicas de defensa personal para prevenir los episodios de violencia en el ámbito sanitario
Una enfermera es agredida cada dos días en la Región de Murcia. Así lo recogen las estadísticas que maneja el Colegio Oficial de Enfermería de la comunidad autónoma. De hecho, el año pasado se produjeron 178 casos de violencia en el ámbito sanitario, que tienen como víctimas a estos profesionales del sector. Se trata de casi un 8% más que en el año anterior. Y eso si solo hablamos de enfermeros porque, si ampliamos la lupa al resto del personal del mundo de la salud, las cifras asustan: casi 800 sanitarios sufrieron agresiones en la Región en 2024, ejercicio en el que se registraron 661 incidentes de este tipo, lo que representa un 27% más que en el año precedente.
La pandemia ha supuesto un antes y un después en esta preocupante realidad, que acecha a los profesionales de los hospitales y de los centros de salud murcianos. Solo en los últimos 5 años, se han producido en nuestro territorio más de 2.300 episodios de violencia hacia los que nos cuidan. Quizá, la parte positiva -si la hay- es que solo en un 10 % de los casos la sangre llega, como se dice coloquialmente, al río. El resto son episodios de violencia verbal, los más mayoritarios (un 90%), lo que lleva a médicos y a enfermeros a trabajar en un entorno de tensión, de miedo y de ansiedad constantes.
La presidenta del Colegio de Enfermería de la Región, Amelia Corominas, asegura en declaraciones a LA RAZÓN, que «la mayoría de las amenazas no se denuncian, o bien porque los profesionales están sobrecargados, no ponen en marcha el circuito, las minimizan, las consideran ya como algo habitual del trabajo». Por eso, han decidido pasar a la acción y formar a sus profesionales en técnicas de defensa personal, para poder repeler estas agresiones y faltas de respeto. Una instrucción que corre a cargo de la Guardia Civil de Murcia, en virtud de un convenio de colaboración que ha firmado esta entidad con la Benemérita, a través de la delegación del Gobierno.
A pesar que muchos centros de salud y consultorios de la Región están reforzando la seguridad, con la instalación de cámaras de videovigilancia, con botones de pánico, o con la contratación de personal especializado, lo cierto es que el estado de ánimo en el sector es de preocupación, porque están asistiendo a pacientes cada vez más «faltones» y agresivos.
Que no les prescriban un tratamiento, que no les realicen la prueba que ellos demandan, o las interminables esperas en algunos centros, son algunos de los factores que influyen decisivamente en que se abra la «espita» de la violencia.
¿Qué dice el protocolo si se produce una situación de este tipo? Lo primero, hay que avisar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. La aplicación «Alert Cops» permite dar la alarma a la Policía o a la Guardia Civil, pero a veces no hay casi tiempo de reacción. Es ahí cuando los profesionales sanitarios deben actuar: tratando de hacer entrar en razón a ese paciente agresivo, tranquilizarle y aplicar las máximas dotes de persuasión y de negociación. Si todo esto no es posible, es cuando es necesario dar un paso al frente.
«Aquí lo que queremos es que no le pase nada al profesional, que también en el momento que le ponen una mano encima o cualquier cosa de esas, pues sepan hacer algo», explica a este periódico el capitán de la Guardia Civil de Murcia, Francisco del Cerro, uno de los encargados de la formación a cerca de medio centenar de profesionales adscritos al Colegio de Enfermería de la Región.
Desde el sector recuerdan que las agresiones a los sanitarios están consideradas como un delito a la autoridad, al igual que ocurre con otros colectivos como los docentes, o los mismos policías. En función de la gravedad, recuerdan, el presunto agresor podría acabar en un calabozo y, posteriormente, sentarse ante un juez.
La presidenta del Colegio de Enfermería de la Región, Amelia Corominas, explica, ante la seriedad de este asunto, se está barajando la posibilidad de que estos episodios de violencia sean tipificados penalmente como delitos de odio, de manera que los presuntos agresores se enfrenten a una pena mayor por estos mismos hechos. Pero eso es una competencia de estatal del ministerio de Sanidad.
Corominas, además, añade que «creo que es muy triste que, como sociedad, tengamos que estar llegando a este aumento de las penas y a acciones como estas, de tener que defendernos de las personas a las que estamos cuidando y atendiendo».
Por eso, los enfermeros murcianos han decidido plantarle cara a los pacientes irrespetuosos y agresivos, para tratar de poner freno a esta espiral de violencia en el mundo sanitario.