Opinión

14 de Abril: la desdichada II República

«El 14 de abril es una fecha que está en la Historia de España. Es sabido que fue en 1931, pero los promotores de la antihistórica memoria obligatoria quieren imponer su relato»

El 14 de abril es una fecha que está en la Historia de España. Es sabido que fue en 1931, pero los promotores de la antihistórica memoria obligatoria quieren imponer su relato y que sea una jornada a repetir cual la llegada de un tiempo glorioso y feliz para la Nación. A fuer de insistir parece que algunos se lo han llegado incluso a creer, cuando para nuestra desgracia fue la semilla que germinará cinco años después en la tragedia de la guerra civil.

A la distancia de los 92 años transcurridos, se puede afirmar que se transformó en otro intento de implantación en España del régimen de los soviets que Lenin y Stalin habían impuesto una década antes en el anterior imperio zarista y que había fracasado en 1918 en España. El 17 de agosto de 1930 , unos políticos republicanos de izquierda junto a algunos ex monárquicos y catalanistas acordaron el Pacto de San Sebastián en el Ateneo republicano de la capital guipuzcoana para derrocar a Alfonso XIII y proclamar la república. Tras la incorporación al mismo del PSOE y la UGT poco después, se promovió una revolución mediante una insurrección militar en diciembre, la sublevación de Jaca, que fracasaría quedando aplazada la proclamación para las elecciones municipales del 12 de abril siguiente.

Esas elecciones las ganaron en votos y concejales las candidaturas monárquicas, pero el triunfo de los republicanos en Madrid, Barcelona y otras muchas capitales precipitó la proclamación de la República el día 14. Bien pronto se hizo patente el cariz profundamente anticristiano del nuevo régimen pues el 11 de mayo comenzó en Madrid la quema de conventos e iglesias que se extendió a numerosas localidades españolas, ante una evidente pasividad de las autoridades: «Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano», afirmó Manuel Azaña entonces ministro de la Guerra. –No obstante, oportuno es recordar que se convertirá en el lecho de muerte, en su exilio de Montauban el 3 de noviembre de 1940, como atestiguó el Obispo de Tarbes que le impartió los últimos sacramentos–.

En diciembre de 1933, al ganar las elecciones las derechas, se produjo la insurrección revolucionaria anarquista que ocasionó gran número de víctimas a la que siguió la insurrección socialista y ugetista de octubre de 1934 focalizada en Asturias y reflejada en Barcelona por Companys. Finalmente el 16 de febrero de 1936 el Frente Popular asumió el poder mediante un pucherazo electoral hoy acreditado de forma inapelable por los historiadores Álvarez Tardío y Villa García en su libro «1936 : fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular». DEP la desdichada II República.