Opinión

Rabillo del ojo

Alucinada estoy con los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR). El otro día atravesé con el coche uno de esos peajes catalanes tarraconenses que ellos suelen asaltar de cuando en cuando y... bingo. Pasé por allí y no pagué porque, una vez más, lo estaban impidiendo a las bravas, haciendo la señal de la victoria, encapuchados, enarbolando sus esteladas.

Nada más avistarles me invadió una desazón que, súbitamente, me transportó tiempo atrás, a la época universitaria navarra, a cuando veía tan de cerca a los activistas de la kale borroka con sus pasamontañas, haciendo ruido camorrero. El mismo perro con distinto collar, pensé.

El ala más radical del independentismo campa hoy a sus anchas en Cataluña y la cuestión es hasta cuándo. ¿Por qué nadie les hace frente? Te lo pregunto ignorando si, cuando me leas, en unas horas, se ha producido ya alguna detención, cosa que me alegraría, por una cuestión básica de justicia social. Imagina que tú y yo vamos a bloquear un peaje, o a cortar una autovía y, horas después, tranquilamente, regresamos a nuestros hogares sin ningún tipo de penalización. No lo contemplas, ¿verdad? Yo tampoco. Pues así siguen ellos, impunes, amenazando ahora con boicotear la visita que el Rey Felipe VI hará el próximo lunes a Barcelona para entregar los despachos de los nuevos jueces. Ya están avisando al monarca en las redes sociales: «El lunes vienes al barrio del Eixample. Tendremos que ofrecerte una recepción a la altura, ¿no?». Tal y como están las cosas, espero que las autoridades correspondientes tomen nota de la amenaza y eviten males mayores. No está don Felipe para bromas, y menos después del desencuentro que el mundo entero ha podido contemplar y analizar hasta la enfermedad. El Rey asumió, a las puertas de la Catedral de Palma, el rol del árbitro sufridor en una estampa familiar entre suegra, nuera y nieta que, a mi juicio, ha causado un impacto planetario porque la agraviada parecía ser la veterana abuela, nuestra querida doña Sofía, y porque, en un arranque no sé si deliberado, una sobrina política de la Reina madre aprovechó para echar más leña al fuego, vía Twitter. Por cierto, ¿quién lanzó esas imágenes? ¿Quién eres, «Rabillo del Ojo»? ¿Qué tienes contra doña Letizia? Ahí lo dejo.