Opinión
Exhibir
Dicen que Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, forma parte de una generación que ya no tiene miedo a ser espiada, vigilada, observada..., sino que, muy al contrario, disfruta de la exhibición. No hace tanto, el exhibicionismo solo era una parafilia sexual, por causa de la cual los afectados sienten un deseo incontrolable de enseñar sus partes íntimas a los desconocidos. Hacer eso les crea una gran excitación que, consumada la manía, acaba disminuyendo su estrés. Aunque, al poco, el exhibicionista vuelva a sentir el mismo impulso, siendo consciente de que es algo repugnante, lo cual le genera también un alto grado de ansiedad. Esta parafilia se puede comparar, en cierto modo, con el efecto que las redes sociales están causando en buena parte de la sociedad, incluidas las personas que pertenecen a la generación de Mark Zukerberg. Mostrarse en las redes sociales ante desconocidos es una manera de desnudarse, de enseñar las partes íntimas al resto del mundo. Por «partes íntimas» debe entenderse: los sentimientos, emociones, miedos, gustos, pensamientos..., el interior de la vida personal. También, el cuerpo, desde los pies desnudos sobre la arena a la ropa íntima lucida en un dormitorio con la cama deshecha. Las reacciones cosechadas ante este exhibicionismo proceden de otras personas que hacen lo mismo, pero que contestan con estupor, susto, desagrado, satisfacción... Los psicólogos suelen achacar al exhibicionista sexual un elevado nivel de retraimiento e introversión, una clara falta de confianza en sí mismo y un enorme déficit en habilidades sociales y comunicativas. Dicen que son personalidades obsesivo compulsivas que actúan así como mecanismo de defensa: con su acción atacan la dignidad de los demás, infunden ansiedad y obtienen una gratificación sexual. El exhibicionista sexual es mayoritariamente varón y pocas veces busca contacto físico. La exhibición en redes sociales es propia de hombres y mujeres, y muchas veces persigue el contacto e intercambio sentimental o sexual. Pero no es que los usuarios sean exhibicionistas en sí mismos, sino que el medio –las redes sociales– los aboca irremediablemente a un trastorno virtual de la personalidad propiciando una conducta que, si careciera de ese medio, la mayoría no desarrollaría, incluso aunque pertenezca a una generación que desea ser observada, mirada y ad/mirada. Pero el medio sigue siendo el mensaje, diría MacLuhan. Como siempre.
✕
Accede a tu cuenta para comentar