Opinión

Rivera contra Schumpeter

Albert Rivera afronta ahora su propia incógnita schumpeteriana. ¿Puede Ciudadanos ganar las próximas elecciones? Sí, sí que puede. Él líder de los naranjas está convencido y, además, empieza a convencer a sus rivales, sobre todo a los del PP . Hay ministros deprimidos que admiten que los dirigentes de Ciudadanos, cuando tratan con ellos, se comportan como si estuvieran a punto de gobernar.

La gran cuestión que planteó Schumpeter (1883-1950) en «Capitalismo, socialismo y democracia» fue: «¿Puede sobrevivir el capitalismo?». El economista austríaco, uno de los más influyentes del siglo XX, junto con Keynes y Hayeck, se respondía con un «No; no creo que pueda. Pero esta opinión mía, lo mismo que la de cualquier otro economista (...) carece por sí sola de todo interés». Schumpeter, que tenía un ego tan inmenso como el de muchos argentinos, el de algún asesor mediático de Rivera o el de Pablo Iglesias, intentaba ser el mejor jinete de Viena, el mejor amante de Europa y el mejor economista del mundo. Ya mayor, confesaría –seguía sin tener abuela– que había logrado dos de esos objetivos, pero nunca dijo cuáles. El economista, no obstante, en las mismas líneas que profetizaba el desastre del capitalismo, que moriría de éxito y sería sustituido por el socialismo, matizaba su aserto para justificar que el capitalismo, «por naturaleza, nunca puede se estacionario». Es decir, podría adaptarse.

Rivera, ahora, juega fuerte en Madrid con el caso Cifuentes. Cree que le despeja el futuro. Rajoy sabe que perder la Comunidad sería una catástrofe. Tampoco está claro que a Ciudadanos le perjudique que Gabilondo gobierne la Comunidad madrileña. Al mismo tiempo, notables del antiguo equipo de Aznar confiesan que votarán a Ciudadanos, mientras el líder naranja es festejado en los despachos de la banca y los negocios.

El gran desafío de Rivera, en la lógica schumpeteriana, consistiría en sobrevivir a su propio éxito, si Rajoy y el PP no lo impiden. Ciudadanos tiene en su proyecto el germen de su propia destrucción, si no se adaptan. Los naranjas, además de la regeneración, reclaman un sistema electoral mucho más proporcional –más justo, dicen–, sin admitir que pueden ganar las próximas elecciones, pero que con un sistema electoral mucho más proporcional sería casi imposible que el centro derecha vuelva a gobernar en decenios. Eso sí, Luis Garicano, responsable de economía de Ciudadanos y lector de Schumpeter, puede explicarle a Rivera cómo adaptarse. Como el capitalismo. Puigdemont sigue en Berlín.