Opinión
Los lunes al sol en el centro de Bilbao
Mariano Rajoy ha vuelto a conseguirlo. «En España, el que resiste, gana», escribió Camilo José Cela. Hace casi un cuarto de siglo, el entonces Banco Zaragozano, que presidía José Ramón Álvarez Rendueles, regaló una especie de pisapapeles de metracrilato con el logo de la entidad y la frase del Nobel de literatura. En el cuartel general de campaña de Clinton, cuando aspiraba a la presidencia de los Estados Unidos, su jefe de campaña, colocó un gran cartel en el que se podía leer «¡la economía, estúpido!». El inquilino de la Moncloa, sin embargo, no necesita que nadie le recuerde la máxima de su paisano Cela. La resistencia está en su ADN y, por ahora, tiene éxito.
Rajoy, más allá de Cristina Cifuentes e incluso de Montoro, un ministro que nunca dice nada que no haya pensado, empieza a despejar su camino hasta 2020. Más allá, lo desconocido, pero eso quizá sea un asunto de otros. El PNV de Urkullu y Ortuzar, porque es tan práctico como hábil, alumno aplicado de la legendaria y eficaz diplomacia vaticana, permitirá que los Presupuestos Generaldes sigan adelante y den un cierto aire a un Gobierno que, contra todo pronóstico, puede agotar la legislatura. Un dato revelador. En Bruselas, los documentos de la Unión Europea confirman que nunca ha habido temor de que España no alumbrara sus Presupuestos.
El PNV pasará la factura correspondiente y se encarecerá un poco más, aunque estaba descontada, pero hay otras claves, incluidos los nombres de los negociadores decisivos. Bilbao es la zona cero de las protestas de los pensionistas, quejosos con una subida del 0,25%, en versión jubilados de los lunes al sol. La gran mayoría de los manifestantes bilbainos son, por extracción social, votantes del PNV y les importa más su dinero que el 155 en Cataluña.
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